Jean Kerr, una visi¨®n ir¨®nica del teatro
Jean Kerr, cuyo ir¨®nico ingenio y acertada visi¨®n de los absurdos de la vida diaria la hicieron tener una legi¨®n de lectores y espectadores teatrales que re¨ªan con sus obras, como Please don't eat the Daisies, y Mary, Mary, muri¨® el pasado domingo en un hospital de White Plains, Nueva York, a los 80 a?os. La causa fue una neumon¨ªa, seg¨²n comunic¨® su hijo Christopher. Vivi¨® en Larchmomt, Nueva York.
Kerr era viuda del cr¨ªtico teatral Walter Kerr, y estaba familiarizada con el encanto, las asperezas y las locuras egoc¨¦ntricas de la vida del teatro, y sac¨® partido de ese conocimiento. Escribi¨® de forma divertida y a menudo lo hizo sobre el mundo del espect¨¢culo, bromeando sobre qu¨¦ hacer si com¨ªas con un productor que sondeara el mercado (pide una bebida para que parezcas tranquilo, pero no la toques a menos que quieras que piense que eras alcoh¨®lico), o anticipando c¨®micamente cr¨ªticas negativas de sus ¨²ltimos trabajos.
Pero ten¨ªa un don incuestionable para encontrar el lado c¨®mico de las ansiedades m¨¢s habituales en los barrios y en la vida matrimonial. Reconoc¨ªa divertida que escrib¨ªa la mayor¨ªa de sus obras en el coche, aparcado varios bloques m¨¢s all¨¢ del caos de ni?os y mascotas ("No se puede hacer otra cosa que escribir una vez que ya has limpiado la guantera").
Los Kerr debutaron como equipo en Broadway en 1946 con Songs of Bernadette, dramatizaci¨®n de una novela de Franz Werfel sobre la joven francesa canonizada. No tuvo ¨¦xito, como tampoco lo tuvo su comedia Jenny kissed me, publicada dos a?os m¨¢s tarde, sobre un cura cuya vida dom¨¦stica se ve interrumpida por la llegada de la sobrina de su ama de llaves. Brooks Atkinson, en The New York Times, la tild¨® de "pedestre".
Volvieron juntos en 1949 con Touch and go, una revista de la que escribieron los sketches y el texto, dirigida por Walter Kerr. El espect¨¢culo fue un ¨¦xito. Tras contribuir escribiendo otros sketches para otra revista, John Murray Anderson's Almanac, en 1953, Kerr se uni¨® con Eleanor Brooke, que hab¨ªa sido alumna de su marido en la Universidad Cat¨®lica de Washington, para escribir King of hearts. Protagonizada por Donald Cooke, Jackie Cooper y Cloris Leachman, y puesta en escena por Walter Kerr, esta comedia de 1954 sobre un ego¨ªsta artista de tiras de c¨®mic y su secretaria enamorada tuvo una buena acogida del p¨²blico. La adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de 1954, con el nuevo t¨ªtulo de That certain feeling, protagonizada por Bob Hope, Eva Marie Saint y George Sanders, ten¨ªa pocos parecidos con el original de Broadway y no funcion¨®.
El primer gran ¨¦xito de Kerr lo tuvo fuera del teatro con la publicaci¨®n en 1957 de Please don't eat the Daisies, una ingeniosa colecci¨®n de piezas de todo tipo sobre cualquier clase de asunto que concerniese a su vida, desde los perros que tuvo como mascota, las curiosidades y rarezas de la casa de los Kerr, en la que un carill¨®n interpretaba el dueto de Carmen, hasta una parodia estil¨ªstica de la novelista francesa Fran?oise Sagan. El libro se convirti¨® en gran y duradero ¨¦xito de ventas, y despu¨¦s en pel¨ªcula, en 1960, con David Niven y Doris Day. Entre 1965 y 1967 hubo en la NBC una comedia de situaci¨®n con tal argumento.
Los Kerr volvieron a Broadway en 1968 con su comedia musical Goldilocks, con puesta en escena de Walter Kerr, m¨²sica de Leroy Anderson. Atkinson alab¨® a los actores, pero calific¨® de aburrido el espect¨¢culo. Tras poco tiempo en escena, fue retirado, y los Kerr hicieron votos de no volver a mencionar ese nombre.
Kerr volvi¨® a la carga en Broadway en 1961 con Mary, Mary, una comedia que trataba de una pareja de divorciados que parec¨ªan abocados a tener otras relaciones distintas y peores hasta que ambos se topan con el hecho de que todav¨ªa se aman y se necesitan. El cr¨ªtico del Times, Howard Taubman, dio una de cal y otra de arena en su cr¨ªtica, aceptando que hab¨ªa muchos momentos brillantes, pero se?alando la modestia de la trama y lo predecible que resultaba el final. Sin embargo, el p¨²blico llen¨® el teatro noche tras noche y Mary, Mary se convirti¨® en una de las producciones m¨¢s largas de la d¨¦cada.
La adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de 1963, dirigida por Mervyn LeRoy con Debbie Reynols y Barry Nelson como protagonistas, no impresion¨® nada a Bosley Crowter en The Times, que tach¨® al filme de "dos horas convencionales". Mientras tanto, el espect¨¢culo segu¨ªa en Broadway con m¨¢s de 1.500 actuaciones en total.
Jean Collins Kerr naci¨® en Scranton el 10 de julio de 1923 y adquiri¨® el gusto por el teatro desde muy joven. Trabaj¨® en una producci¨®n universitaria de Romeo y Julieta cuando conoci¨® a quien luego ser¨ªa su marido, que entonces daba clases en la Universidad Cat¨®lica de Washington. Poco despu¨¦s de graduarse en Marywood, se cas¨® y prosigui¨® sus estudios en esa universidad, donde consigui¨® un master en 1945. Tanto The song of Bernadette como Jenny kissed me fueron producciones hechas en la universidad por vez primera.
Pese a conseguir fama, fortuna y que creciera su familia, Kerr nunca perdi¨® el sentido del humor autodisculpatorio, muy claro en sus primeros trabajos. Junto a Please don't eat the Daisies, fue autora de The snake has all the lines (1960), Penny Candy (1970) y How i got to be perfect (1978), colecciones de ensayos humor¨ªsticos que reflejaban su visi¨®n del mundo que la rodeaba.
Su familia fue fuente abundante de inspiraci¨®n c¨®mica, campo minado de lo inesperado que exig¨ªa elasticidad y capacidad de improvisaci¨®n. Mujer alta y guapa de f¨¢cil sonrisa, Jean Kerr nunca cometi¨® el error de tomarse demasiado en serio. "No soy una dramaturga natural, en absoluto. Escribo lo que s¨¦", dijo en una entrevista. Hubo quien pensaba que siempre sacaba agua del mismo pozo.-
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