Chimpanc¨¦s en bicicleta
Tras su paso por el Festival de Berl¨ªn, donde levant¨® encendidas pol¨¦micas entre sectores cat¨®licos, se estrena ahora la pel¨ªcula Am¨¦n, de Costa Gavras, en un casual y adecuado t¨¢ndem con El pianista, de Polanski. Es probable que surja de nuevo la consabida discusi¨®n sobre la posibilidad (o la necesidad) de un cine pol¨ªtico, es decir, pol¨ªtico de izquierdas, porque al otro no se le considera pol¨ªtico. Al menos as¨ª lo dijo Paul Laverty, el guionista de Ken Loach, al presentar en Madrid su ¨²ltimo trabajo, Felices diecis¨¦is: "A nuestras pel¨ªculas les ponen la etiqueta de cine social o pol¨ªtico y as¨ª logran arrinconarlas, pero las suyas, como cuestan millones de d¨®lares, no son pol¨ªticas, sino de entretenimiento. ?Menudo cinismo! Para m¨ª, por ejemplo, Peligro inminente, de Harrison Ford, la estrella oficial de la CIA, no es cine de acci¨®n, sino cine pol¨ªtico, pura propaganda".
Por 'Cine de Barrio' desfilan las m¨¢s genuinas soflamas del franquismo en colores
Hay, s¨ª, muchas salas nuevas de cine, aunque no por ello una oferta variada
?Podr¨ªa decirse otro tanto de las pel¨ªculas espa?olas que el programa Cine de Barrio emite incansablemente en la televisi¨®n oficial? S¨¢bado tras s¨¢bado, desfilan por ¨¦l algunas de las m¨¢s genuinas soflamas del franquismo en colores, con el alib¨ª de que son pel¨ªculas entra?ables. ?C¨®mo han maleado la palabra! La televisi¨®n propaga as¨ª la vieja moral de personajes como los encarnados por Paco Mart¨ªnez Soria, y en el caso de Cine de Barrio con el a?adido de sus solemnes puestas en escena, a veces incluso reincidentes en los mismos arcaicos mensajes, y desde luego m¨¢s adecuadas a temas del coraz¨®n que a cuestiones del cine, pasado o presente. Como m¨¢ximo reflejo de la actualidad recuerdo que en dicho programa fue noticia hace unas semanas la boda de Sara Montiel con su mozo cubano, boda sobre la que precisamente esta semana se ha hecho p¨²blica la cifra que dicen que la actriz ha cobrado por lo que se considera un montaje (?Ay, do?a Sara, Sarita, Antonia... qu¨¦ tiempos!).
A la vez se han conocido las cantidades cobradas por razones de pelo parecido por otras candentes figuras de nuestra vida nacional. Ya s¨¦ que la mediocridad no es exclusiva nuestra. La reciente boda en Par¨ªs de Jean Paul Belmondo acab¨® a pu?etazos contra unos fot¨®grafos porque dicen que el actor hab¨ªa vendido a una revista la exclusiva period¨ªstica de su boda. Y ya puestos, ?Sophia Loren ha grabado un disco con Bill Clinton!
Seguramente todo es propaganda, como dice Laverty, y puede que siempre haya sido as¨ª, como las pel¨ªculas de Mart¨ªnez Soria o el No-Do, al que Cine de Barrio recurre con frecuencia aunque camuflando su aspecto de propaganda pol¨ªtica. "?Estos noticiarios del cine! ?D¨ªos m¨ªo! Siempre sacando carreras de caballos, y una t¨ªa muy elegante rompiendo una botella de champ¨¢n en el casco de un barco, y un chimpanc¨¦ con pantal¨®n corto montado en bicicleta". Es una cita del documentad¨ªsimo libro que sobre el No-Do: el tiempo y la memoria, ha publicado la Filmoteca Nacional. ?Chimpanc¨¦s en bicicleta! En eso se est¨¢ quedando buena parte de lo que sol¨ªa llamarse espect¨¢culo, especialmente en la televisi¨®n.
?S¨®lo se exhib¨ªan pel¨ªculas espa?olas malas en los cines de barrio? ?Eran siempre las mismas? Que cada cual recurra a su memoria puesto que ya no existen aquellos cines de programa doble donde las gentes del barrio acud¨ªan a sentirse calentitos. Hay, s¨ª, muchas salas nuevas en los espacios comerciales, aunque no por ello una oferta variada. En Alicante, que parece ser la ciudad espa?ola con m¨¢s pantallas por habitante (96 ser¨¢n a lo largo de este a?o), espectadores y cr¨ªticos locales se han quejado de que dicho parque no mejore la oferta, que en definitiva se trate de muchas salas para ver las mismas pel¨ªculas, especialmente las americanas de turno. ?En cu¨¢ntas de ellas se proyectar¨¢n Amen o Felices diecis¨¦is? Esta ¨²ltima, coproducci¨®n con Espa?a, ?se exhibir¨¢ alguna vez en Cine de Barrio?
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