Gritos, insultos y guardaespaldas
A las tres menos veinte minutos de la tarde, con el cielo descargando peque?os cristalitos de hielo, los coches de lujo de Luis Aragon¨¦s y Paulo Futre cruzaron el port¨®n de acero flanqueado por dos guardaespaldas del chal¨¦ de la familia Gil en la lujosa urbanizaci¨®n madrile?a de La Moraleja. La reuni¨®n que, supuestamente, iba a celebrarse en el Calder¨®n a las cinco de la tarde, hab¨ªa quedado suspendida a media ma?ana, seg¨²n un comunicado matutino del club, en el que se afirmaba sin m¨¢s que Luis dirigir¨ªa hoy el entrenamiento. Pero la realidad es que s¨®lo cambi¨® la hora y el escenario. Pese al intento de despiste, Gil se vio cara a cara con el t¨¦cnico y con Futre.
Aragon¨¦s y Futre hab¨ªan llegado a Madrid desde Jerez en torno a las siete de la ma?ana. Ninguno de los dos hab¨ªa dormido m¨¢s de tres horas la noche anterior. Apenas hab¨ªa aterrizado en Madrid cuando Luis se puso en contacto telef¨®nico con el presidente. En paralelo, Miguel ?ngel Gil Mar¨ªn, el consejero delegado, y Futre se dejaron ver temprano por el Vicente Calder¨®n; y Jes¨²s Gil, por la Cl¨ªnica de la Luz, donde la semana pasada se le implant¨® un marcapasos. All¨ª le revisaron el aparato y, seg¨²n el propio Gil, descubrieron que el domingo, el d¨ªa de sus explosivas declaraciones contra tres jugadores, los latidos de su coraz¨®n alcanzaron una frecuencia de 180 pulsaciones por minuto. Despu¨¦s, todos se reunieron en la lujosa casa del presidente, parapetados tras las vallas met¨¢licas y los setos. All¨ª comieron algo y permanecieron cerca de tres horas grit¨¢ndose y lanz¨¢ndose duras acusaciones m¨²tuamente, seg¨²n uno de los testigos, sobre todo por parte de Luis.
Mientras, unos 30 periodistas hac¨ªan guardia frente a la verja, ante la atenta vigilancia de los guardaespaldas.
Tres horas despu¨¦s de iniciada la cumbre, el coche de Luis se asom¨® por el port¨®n y se pudo percibir su cara de sorpresa ante el espect¨¢culo de las c¨¢maras. Con el rostro cansado y algo descompuesto, el t¨¦cnico se detuvo dos minutos para decir que luego saldr¨ªa el presidente a dar explicaciones. Manolo, el ex jugador que colabora con Futre, acudi¨® a recoger al portugu¨¦s. ?ste, generalmente parlanch¨ªn, apenas dijo una frase: "Nos quedamos hasta junio". Luego, el turno fue para los guardaespaldas de Gil, que advirtieron sin contemplaciones a los periodistas de que "Don Jes¨²s" no iba a salir. Que cada cual le llamara por tel¨¦fono.
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