Candidata

La presencia de Ana Botella en la candidatura de Ruiz-Gallard¨®n para el Ayuntamiento de Madrid cristaliza el deseo de saltar a la pol¨ªtica que ya hab¨ªa insinuado en marzo pasado. En un partido en el que no se mueve una hoja a espaldas de Aznar, ser¨ªa ingenuo pensar que el ¨²nico asunto que ha escapado a su control ha sido el desembarco pol¨ªtico de su mujer. Las urnas dir¨¢n en mayo si se trata de una operaci¨®n rentable para Ruiz-Gallard¨®n. Ella aporta a su candidatura tres ingredientes: tiene una imagen conservadora, prolonga la estela del aznarismo tras la retirada de su marido y es mujer.

Ana Botella, que se afili¨® a la antigua AP -la de los cinco ex ministros franquistas- en 1978, antes que Aznar, tiene indudablemente una imagen conservadora, incluso muy conservadora, que tal vez sirva para retener los votos de ese sector de la derecha al que cabr¨ªa denominar M¨¢s Papista que el Papa (MPP) y que no perdona a Ruiz-Gallard¨®n iniciativas como la de bautizar una biblioteca p¨²blica con el nombre del socialista Joaqu¨ªn Leguina. Ana Botella es, adem¨¢s, la mujer de Aznar, lo que tal vez pueda disolver la desconfianza del aznarismo m¨¢s ortodoxo hacia Gallard¨®n. Y es mujer, lo que puede tener inter¨¦s electoral a la vista del ¨¦xito que las encuestas pronostican a la candidata socialista, Trinidad Jim¨¦nez.

No es una opci¨®n sin riesgos, porque algunas de sus opiniones, como su defensa del alcalde de Ponferrada, juzgado por acoso sexual a una concejal, pueden tener un fuerte efecto disuasorio en el voto femenino, y lo mismo cabe decir de su tradicionalismo moral y religioso. En todo caso, no es discutible su derecho a entrar en pol¨ªtica, actividad que suele pasar facturas. Pero tambi¨¦n es atractiva, pues la entrada en ella es voluntaria y producto de una ambici¨®n y una voluntad de poder de la que ha dado pruebas durante sus casi siete a?os de estancia en La Moncloa, donde, por cierto, seguir¨¢ residiendo hasta un a?o despu¨¦s de las elecciones municipales.

Ana Botella no es una candidata m¨¢s. A su entronizaci¨®n acudi¨® ayer el secretario general y otros importantes dirigentes del PP, y ya se sabe que ocupar¨¢ el tercer puesto, cuando se ignora qui¨¦n ir¨¢ de segundo; incluso que se har¨¢ cargo de la Concejal¨ªa de Asuntos Sociales si gana el PP, privilegio que, desde luego, no tienen otros candidatos.