EE UU acelera el despliegue militar en Irak
Bush ordena el env¨ªo de 35.000 soldados para completar una fuerza de 100.000 antes de fin de mes
Estados Unidos tendr¨¢ m¨¢s de 100.000 soldados en torno a Irak antes de que termine el mes. La cifra supera el plan inicial y subraya la determinaci¨®n absoluta de George W. Bush de preparar la campa?a militar, a pesar de que el clima pol¨ªtico nacional e internacional pide paciencia para que los inspectores de la ONU, que tratan de encontrar supuestas armas de destrucci¨®n masiva en el pa¨ªs, puedan hacer su trabajo. Varios aliados de EE UU, incluido Tony Blair, han pedido a Bush que no precipite su decisi¨®n. Fuentes de la Casa Blanca aseguran que las posibilidades de guerra en febrero "han disminuido".
En la noche del pasado viernes, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, firm¨® de golpe las ¨®rdenes de despliegue de tropas que deb¨ªan haberse repartido a lo largo de las dos pr¨®ximas semanas. La movilizaci¨®n afecta a 35.000 soldados. Los nuevos contingentes estar¨¢n en la zona del golfo P¨¦rsico antes de que termine el mes. Rumsfeld firm¨® la primera orden significativa de despliegue -25.000 soldados- el 24 de diciembre. Esta semana moviliz¨® a otros 5.000 y el viernes envi¨® la notificaci¨®n a 35.000 m¨¢s.
Blair: "El 27 de enero no debe contemplarse bajo ning¨²n concepto como un ultim¨¢tum".
Dado que en la zona del Golfo hay ya 60.000 soldados estadounidenses, las ¨²ltimas movilizaciones permiten al Pent¨¢gono superar con creces la cifra de 100.000 soldados que inicialmente deb¨ªan estar desplegados antes de acabar el mes. Los planes contemplan que a finales de febrero los efectivos se hayan duplicado y rocen los 250.000, el n¨²mero de la guerra de 1991.
Aunque la invasi¨®n dise?ada por el Pent¨¢gono requiere como m¨ªnimo un cuarto de mill¨®n de soldados, fuentes militares insisten en que la campa?a -exclusivamente a¨¦rea en su primera fase- puede comenzar con menos de 100.000 soldados en el momento en el que Bush d¨¦ la orden de ataque.
Sin embargo, el diario The Washington Post cita a un alto cargo del Gobierno estadounidense que resum¨ªa de este modo el clima actual en la Casa Blanca: "Las posibilidades de guerra se han reducido. No tenemos un plan bueno de ataque; los inspectores tienen un acceso sin precedentes a Irak; acabamos de empezar a facilitarles la informaci¨®n de nuestros servicios de espionaje; tenemos que darles m¨¢s tiempo para ver si esto funciona. No hay ninguna raz¨®n para parar ese proceso a menos que no pueda avanzarse m¨¢s". Salvo, por supuesto, que los inspectores encontrasen un arsenal de armas de destrucci¨®n masiva o unas instalaciones para fabricarlas, lo que desencadenar¨ªa un ataque sin miramientos.
Seg¨²n este diario, el Gobierno de Bush empieza a aceptar que una guerra en febrero ser¨ªa precipitada, aunque sea, en t¨¦rminos de estrategia militar, el mes m¨¢s adecuado para un ataque. De hecho, el Gobierno ha cambiado la gram¨¢tica de sus portavoces para transmitir una sensaci¨®n in¨¦dita de paciencia. Desde el pasado jueves, cuando el primer avance de los inspectores de armas al Consejo de Seguridad de la ONU habl¨® de la falta de pruebas sobre el supuesto arsenal iraqu¨ª de armas de destrucci¨®n masiva, la Casa Blanca ha restado trascendencia al valor de la pr¨®xima cita en Naciones Unidas. El 27 de enero los inspectores har¨¢n un an¨¢lisis m¨¢s detallado de su trabajo; EE UU sostiene ahora que esa fecha es "una m¨¢s", un tr¨¢mite que no tiene en absoluto el car¨¢cter de ultim¨¢tum que hab¨ªa ido adquiriendo. Hasta ahora cab¨ªa la posibilidad de que Bush formalizara su decisi¨®n de atacar al d¨ªa siguiente, cuando ten¨ªa previsto pronunciar en el Capitolio su discurso sobre el estado de la Uni¨®n. Ahora la Casa Blanca no confirma siquiera la fecha de ese discurso, que puede poner a Bush en una posici¨®n inesperadamente inc¨®moda.
El principal aliado de Bush en su agresividad contra Irak, Tony Blair, que tambi¨¦n ha hablado del 27 de enero como "una fecha que no debe contemplarse bajo ning¨²n concepto como un ultim¨¢tum", ha transmitido al presidente de EE UU su inclinaci¨®n a vincular cualquier decisi¨®n militar al trabajo de los inspectores, lo que puede posponer meses -o quiz¨¢ a?os- la operaci¨®n.
Francia insiste tambi¨¦n en dar tiempo a la inspecci¨®n y, sobre todo, desea que EE UU regrese al Consejo de Seguridad antes de lanzar un ataque. Par¨ªs, que tiene derecho de veto en la ONU, s¨®lo apoyar¨ªa la operaci¨®n militar si hay pruebas contundentes contra Sadam Husein; las acusaciones no demostradas de EE UU romper¨ªan la unanimidad entre los cinco miembros permanentes, por no hablar de la oposici¨®n frontal que mostrar¨ªan algunos de los no permanentes tan poderosos como Alemania.
Para complicar m¨¢s las cosas, el Gobierno de Turqu¨ªa ha permitido que el Pent¨¢gono inspeccione sus bases a partir del lunes, pero no ha dado todav¨ªa un permiso formal para el despliegue de tropas estadounidenses que requerir¨ªa la operaci¨®n de ataque Norte-Sur dise?ada por el Departamento de Defensa. El secretario de Estado, Colin Powell, ha reconocido que los l¨ªderes turcos atender¨ªan con m¨¢s inter¨¦s los requerimientos militares de EE UU si hubiera un "consenso internacional", es decir, una nueva resoluci¨®n de la ONU que aleja en el horizonte las posibilidades inmediatas de guerra.
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