?D¨¦ficit cero?
El Ministerio de Hacienda public¨® hace unos d¨ªas los datos de ejecuci¨®n presupuestaria del Estado hasta noviembre. El saldo entre ingresos y pagos no financieros en t¨¦rminos de caja alcanz¨® un ligero d¨¦ficit de 332 millones de euros, frente a un tambi¨¦n ligero super¨¢vit de 392 millones un a?o antes. A pesar de este empeoramiento y de que en diciembre se genera tradicionalmente un abultado d¨¦ficit (m¨¢s de 3.000 millones de euros en los dos ¨²ltimos a?os), no parece que est¨¦ en peligro el objetivo de cerrar el a?o con un d¨¦ficit del Estado de 3.763 millones (un 0,5% del PIB). En t¨¦rminos de contabilidad nacional, el saldo fue superavitario por 6.861 millones. La mitad de la enorme diferencia con el d¨¦ficit de caja parece explicarse por la distinta contabilizaci¨®n de los pagos por intereses, pero la otra mitad, no se sabe, pues Hacienda no da mayores explicaciones. Ello hace dif¨ªcil valorar la verdadera situaci¨®n financiera del Estado, pues no sabe uno con qu¨¦ cifras quedarse como m¨¢s representativas.
La inflaci¨®n est¨¢ da?ando el potencial de crecimiento, pero ayuda para contener el d¨¦ficit p¨²blico
En todo caso, parece que el objetivo de d¨¦ficit se va a cumplir, lo que plantea preguntas adicionales. Si los presupuestos se dise?aron a partir de un crecimiento real del PIB del 2,9% y ¨¦ste va a quedar previsiblemente casi un punto por debajo, ?c¨®mo est¨¢ siendo tan f¨¢cil alcanzar el objetivo de d¨¦ficit? ?Acaso el d¨¦ficit p¨²blico es ajeno al crecimiento de la econom¨ªa? Ya quisieran los ministros de Hacienda que fuera as¨ª, pero, desgraciadamente, no lo es. La explicaci¨®n est¨¢, por un lado, en que, si bien el PIB real va a crecer menos de lo previsto, el PIB nominal va a hacerlo por encima, debido al desbordamiento de la inflaci¨®n. Cuanto m¨¢s crecen los precios y los salarios nominales, m¨¢s se recauda. La inflaci¨®n, pues, est¨¢ causando un da?o a la competitividad y al potencial de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola, pero est¨¢ siendo de gran ayuda para contener el d¨¦ficit p¨²blico y para reducir la ratio deuda/PIB. Por otro lado, la recaudaci¨®n por el impuesto de sociedades crece nada menos que un 17%, 12 puntos por encima de lo previsto, lo que no tiene nada que ver con la evoluci¨®n de los beneficios reales de las empresas, sino con el afloramiento de plusval¨ªas fiscales para acogerse al tipo reducido del 18% que se estableci¨® en la Ley de Acompa?amiento de los PGE-2002. Pero esto no es sino un adelantamiento de impuestos, es decir, pan para hoy y hambre para ma?ana.
Otro hecho relevante en el ¨¢mbito p¨²blico fue la presentaci¨®n de la Estrategia de Emisiones del Tesoro para 2003. Nada menos que 78.800 millones de euros necesitar¨¢ el Tesoro el a?o pr¨®ximo, de los cuales, 13.745 millones (el 1,9% del PIB) ser¨¢n para cubrir las necesidades de financiaci¨®n del Estado generadas en el a?o (8.821 millones de d¨¦ficit no financiero y 4.924 de adquisici¨®n de activos financieros) (gr¨¢fico izquierdo). A la vista de estas cifras, uno se pregunta d¨®nde queda eso del d¨¦ficit cero. Se empieza a vislumbrar un agujero en la Ley General de Estabilidad Presupuestaria, el mismo que tiene el Pacto de Estabilidad y Crecimiento europeo, y es que la cifra relevante a vigilar no es tanto el d¨¦ficit en t¨¦rminos de contabilidad nacional como la necesidad de endeudamiento y el crecimiento de la deuda (gr¨¢fico derecho), que es lo que determina la presi¨®n del sector p¨²blico sobre los mercados financieros. Pero, ya se sabe, hecha la ley, hecha la trampa.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social (Funcas).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.