El pulm¨®n de la metr¨®poli
El Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla ampl¨ªa su extensi¨®n en 9.000 hect¨¢reas
Despu¨¦s de unas fechas que suelen someternos a una cierta agitaci¨®n, aunque sea festiva, la naturaleza andaluza nos brinda la oportunidad de recuperar el sosiego. Los primeros d¨ªas de enero invitan a olvidar el bullicio navide?o en alguno de los espacios naturales de la regi¨®n y, en particular, aquellos asociados a las grandes metr¨®polis.
Precisamente una de las ¨²ltimas ampliaciones que ha experimentado la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andaluc¨ªa ha tenido como protagonista al Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla que, a finales del pasado noviembre, sum¨® a su per¨ªmetro m¨¢s de 9.000 hect¨¢reas, hasta rebasar las 175.000 hect¨¢reas que ahora ocupa. Aunque buena parte de los nuevos terrenos protegidos pertenecen al Parque Forestal Las Navas-Berrocal, una finca de titularidad p¨²blica situada en Almad¨¦n de la Plata, tambi¨¦n han contribuido a esta ampliaci¨®n las 1.620 hect¨¢reas recibidas, parad¨®jicamente, como compensaci¨®n ecol¨®gica por la construcci¨®n del futuro embalse de Melonares, muy discutido por su impacto ambiental.
Es en invierno cuando se manifiesta, con m¨¢s intensidad, una de las se?as de identidad de esta sierra, ya que en ella se registran las precipitaciones m¨¢s abundantes de toda la provincia. Esta circunstancia explica la existencia de numerosos cursos de agua, como los r¨ªos Viar, Huesna y Retortillo que cruzan el parque, y las espl¨¦ndidas masas de bosque mediterr¨¢neo adehesado, en las que se mezclan encinas, alcornoques, quejigos y, ocasionalmente, algarrobos.
La dehesa ocupa un tercio de todo el parque natural, y constituye, como en otras zonas peninsulares, un magn¨ªfico ejemplo de la convivencia entre los aprovechamientos tradicionales y la conservaci¨®n de los recursos naturales que los hacen posibles. Este manejo de baja intensidad, junto al alivio clim¨¢tico y alimenticio que procuran estos viejos bosques transformados por el hombre, han permitido su mantenimiento como h¨¢bitat predilecto para una nutrida representaci¨®n de la fauna silvestre.
En la c¨²spide depredadores escas¨ªsimos, como el ¨¢guila imperial, acompa?ados de carro?eros, igualmente amenazados, como el buitre negro o el alimoche. Escalones inferiores de esta pir¨¢mide los ocupan especies de gran inter¨¦s cineg¨¦tico, como el ciervo, el jabal¨ª, el conejo, a¨²n abundante en las zonas de matorral, y la liebre, propia de terrenos m¨¢s despejados. La nutria contin¨²a siendo la reina de los cauces, y el cielo est¨¢ dominado por multitud de aves, entre las que destaca el nutrido grupo de las rapaces y la valiosa cig¨¹e?a negra. El bosque mediterr¨¢neo se va modulando en funci¨®n de la humedad y temperatura de cada una de las zonas en las que crece. En los terrenos m¨¢s frescos abundan los alcornocales, asociados, no pocas veces, a otras formaciones vegetales, como casta?ares, melojares y quejigares. Estos ¨²ltimos, propios de vaguadas y umbr¨ªas, son la antesala de los bosques de ribera, quiz¨¢ el ecosistema m¨¢s atractivo del parque, en donde, desde la primavera, se concentran los visitantes huyendo de los rigores del clima andaluz.
Aqu¨ª, en h¨²medos parajes salpicados de alisos, sauces, olmos, chopos, ¨¢lamos y fresnos, al abrigo de un matorral bien conservado en donde destacan las especies trepadoras, es posible encontrar uno de los tesoros menos conocidos de este parque. La Sierra Norte, a semejanza de lo que ocurre en otras zonas monta?osas de Andaluc¨ªa, re¨²ne importantes colonias de mariposas, algunas de ellas particularmente atractivas por su escasez. Invertebrados que son particularmente abundantes en el entorno de la ribera del Huesna, ya que estos animales viven ligados a enclaves bot¨¢nicos poco alterados, dada la estrecha relaci¨®n de las larvas con la flora que les sirve de alimento.
Pero junto a estos elementos vivos, la Sierra Norte de Sevilla atesora otro valioso patrimonio, el geol¨®gico, injustamente relegado a un segundo plano. El karst del Cerro del Hierro, modelado sobre calizas ricas en arrecifes y colonias de antiguas esponjas, es uno de los m¨¢s interesantes de toda Andaluc¨ªa. La explotaci¨®n de los minerales de hierro que se concentran en sus cavidades ha permitido la exhumaci¨®n de un curioso relieve que da lugar a las peculiares formas que se dibujan en este escenario.
Los batolitos -masas de rocas- de El Pedroso y El Real de la Jara tambi¨¦n han originado un paisaje peculiar. Las rocas gran¨ªticas, algunas de llamativas formas esf¨¦ricas, salpican las dehesas, enriqueciendo con sus tonalidades gris¨¢ceas el juego de verdes y ocres que predomina en estos ecosistemas. Y a¨²n se pueden unir a esta n¨®mina de geodiversidad los manantiales que dan origen al r¨ªo Huesna, en las proximidades de San Nicol¨¢s del Puerto, y la cueva de los Covachos, en Almad¨¦n de la Plata.
Comentarios y sugerencias a prop¨®sito de Cr¨®nica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es
La red se extiende
Cuando en abril de 1984 la Junta de Andaluc¨ªa asumi¨® las competencias en la protecci¨®n de espacios naturales, el balance de territorio amparado por la ley estaba muy lejos de alcanzar las cifras actuales.
Al Parque Nacional de Do?ana (72.000 hect¨¢reas con sus zonas perif¨¦ricas de protecci¨®n) s¨®lo lo acompa?aba el Parque Natural del Torcal de Antequera (M¨¢laga, 1.200 hect¨¢reas), y entre ambos apenas ocupaban el 0,6 % del territorio andaluz.
En pocos a?os se declararon 21 reservas naturales y un paraje natural, todos ellos humedales de gran valor, as¨ª como cinco parques naturales. Era el pr¨®logo de la red, mucho m¨¢s extensa, que se estaba gestando. Por fin, en junio de 1989 el Parlamento andaluz aprobaba la ley que recog¨ªa el definitivo inventario de espacios naturales protegidos. La nueva norma tutelaba 28 reservas naturales, 31 parajes naturales y 22 parques naturales, adem¨¢s del Parque Nacional de Do?ana, dependiente del gobierno central.
Pero la red ha seguido creciendo. Hoy son ya 127 los espacios protegidos en Andaluc¨ªa, con una extensi¨®n de 1.600.000 hect¨¢reas, lo que supone m¨¢s del 18 % de la superficie andaluza y el 39 % de todo el territorio protegido en Espa?a.
En tr¨¢mite de declaraci¨®n se encuentran el Parque Natural del Litoral Tarifa-Algeciras (C¨¢diz), con 19.000 hect¨¢reas; el Paraje Natural de Albor¨¢n (Almer¨ªa), que extender¨¢ sobre 264 kil¨®metros cuadrados, y se han iniciado las gestiones para la creaci¨®n del Parque Nacional de los Subdesiertos de Almer¨ªa.
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