?Por qu¨¦ se equivoc¨® tanto el Gobierno con el 'Prestige'?
A estas alturas del caso Prestige ya pocos dudan de que los gobiernos de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y de Manuel Fraga cometieron importantes errores y han mostrado graves carencias pol¨ªticas, tanto al decidir qu¨¦ hacer con el barco como a la hora de asumir responsabilidades y liderar la respuesta social y pol¨ªtica necesaria para mitigar las consecuencias medioambientales y econ¨®micas de la marea negra. A lo largo de las ¨²ltimas semanas en Galicia me he encontrado con militantes o votantes de toda la vida del PP que, en privado, manifiestan sorpresa y decepci¨®n por la actitud de ambos gobiernos. Las mentiras de Manuel Fraga, que neg¨® de forma vehemente y reiterada que estuviese de cacer¨ªa en el momento en que hab¨ªa que tomar las primeras decisiones, y su incomprensible retraso en implicarse personalmente en la tragedia social que significaba la marea negra ser¨¢n muy dif¨ªciles de olvidar y perdonar, no ya por sus opositores, sino por muchos de sus partidarios. Esas mentiras, m¨¢s que los errores que todos estaban dispuestos a disculpar, han hecho un enorme da?o a su imagen de pol¨ªtico honesto y trabajador, y ser¨¢n un pesado lastre en el final de su vida pol¨ªtica. Amenazan con convertir su presencia en una negra sombra en pena arrastr¨¢ndose por los lugares de Galicia que visite en los pr¨®ximos meses.
Algo parecido se puede decir de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y de los principales ministros implicados en el caso. Con la notable excepci¨®n del de Medio Ambiente, Jaume Matas, al que en Galicia no se le acusa de nada, sencillamente porque se desconoce su existencia. La pr¨¢ctica ausencia de los responsables del Gobierno del Estado en el teatro de los hechos y su p¨¢nico a bajar a la arena de las playas e implicarse en la tragedia como hicieron los representantes de la Casa Real es para m¨ª algo incomprensible. Como lo es su incapacidad para percibir la importancia de esa marea social que se ha puesto en marcha en Galicia, de forma paralela a c¨®mo avanzaba hacia sus costas la marea negra, y que pienso que tendr¨¢ importantes consecuencias pol¨ªticas.
Pero m¨¢s que intentar entrever esas consecuencias, aqu¨ª y ahora me interesa comprender las razones de la actitud evasiva del Gobierno. Resulta cuando menos sorprendente que unos pol¨ªticos "populares" hayan sido tan insensibles a las preocupaciones de la opini¨®n p¨²blica. Pienso que es importante identificar esas causas, porque s¨®lo as¨ª ser¨¢ posible extraer lecciones ¨²tiles para enfocar los problemas actuales en Galicia y adoptar decisiones para evitar, o cuando menos mitigar, situaciones similares en el futuro.
Una explicaci¨®n consiste en atribuir esos errores a la ideolog¨ªa de laissez faire y a la pol¨ªtica de mercado que defiende y practica el Gobierno de Aznar. Es verdad que un exceso de celo privatizador y reductor del sector p¨²blico puede contribuir a explicar esa imagen tercermundista de que ni un solo barco de los que se dedican a recoger el vertido en la zona de hundimiento sea espa?ol. Pero no creo que sea ¨¦sa la causa. Se puede ser liberal, practicar una pol¨ªtica de mercado y a la vez disponer de barcos para hacer frente a contingencias de este tipo, como ocurre en otros pa¨ªses. Tengo para m¨ª que la explicaci¨®n no est¨¢ en la ideolog¨ªa, sino en ciertas actitudes y comportamientos que muestran algunos de nuestros pol¨ªticos populares.
El Gobierno no ha sabido responder a la emergencia del Prestige y a sus consecuencias porque, en lenguaje coloquial y castizo, van sobrados. Est¨¢n prendados de s¨ª mismos y han llegado a convencerse de que Espa?a ha ido bien sencillamente porque ellos est¨¢n en el gobierno ("el milagro soy yo", dijo en una ocasi¨®n Aznar cuando le preguntaron sobre el buen comportamiento de la econom¨ªa). Tienen la creencia de que son el Gobierno elegido y todo les saldr¨¢ bien porque la Providencia est¨¢ al quite. De ah¨ª que Cascos crea que puede llevar el barco adonde le parezca y hacerlo navegar remolcado miles de millas sin que pase nada. Adem¨¢s muchos de ellos creen que esto de la defensa del medio ambiente es cosa de cuatro ecologistas chalados y que la imagen del cormor¨¢n cubierto de chapapote es una argucia de la oposici¨®n para desgastar al Gobierno. La combinaci¨®n de ese ego excesivo con la insensibilidad ecol¨®gica permite entender mejor las causas de los errores y de la falta de reflejos del Gobierno. Si no cambia esta conducta, seguir¨¢ cometiendo errores pol¨ªticos importantes. El siguiente puede ser esa carta que pretende enviar a todos los espa?oles en la que se acusa del desastre al capit¨¢n y se denuncia la deslealtad de la oposici¨®n. S¨®lo recurriendo a sentimientos freudianos es posible explicar ese intento infantil de culpar a la oposici¨®n y pedir su dimisi¨®n. Ser¨ªa un esperpento que ni el mismo Valle-Incl¨¢n podr¨ªa haberse imaginado. Veo las caravanas de Nunca M¨¢is delante de La Moncloa entregando sacos llenos de cartas rechazadas y manchadas de chapapote. ?Vaya imagen internacional! El ir sobrados y esa falta de sensibilidad ecol¨®gica est¨¢n tambi¨¦n impidiendo a los populares percibir la marea social que se ha puesto en marcha en Galicia y sus consecuencias pol¨ªticas a medio plazo. Una marea social que va m¨¢s all¨¢ de las manifestaciones de la plataforma Nunca M¨¢is. Resulta revelador observar la transformaci¨®n que est¨¢n experimentando los medios de comunicaci¨®n gallegos. Acostumbrado durante a?os a ver el servilismo y la dependencia pol¨ªtica de la mayor¨ªa de los medios de comunicaci¨®n de mi tierra, constituye ahora una agradable sorpresa comprobar que una parte significativa de la prensa gallega ha redescubierto su funci¨®n cr¨ªtica y ha asumido un compromiso con la informaci¨®n veraz. Seguramente una actitud distinta no hubiese sido aceptada por sus lectores, como sucedi¨® con la informaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos. Pero, en cualquier caso, es algo que espero que haya venido para quedarse. Galicia no ser¨¢ la misma despu¨¦s del caso Prestige.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la UB.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.