Medias verdades y sondeos
Recientemente, la prensa de Alicante se ha ocupado de los m¨²ltiples procesos electorales que, este a?o y el siguiente, marcar¨¢n su impronta en la Universidad Miguel Hern¨¢ndez (UMH). Informaci¨®n abundante, art¨ªculos de opini¨®n, sondeos, etc. De algunos de estos ¨²ltimos, pueden deducirse conclusiones, digamos que, pintorescas, que no tendr¨ªan mayor importancia si no pudieran coadyuvar a la confusi¨®n de quienes no conocen los avatares de esta universidad y se asombran del penoso espect¨¢culo que reflejan los medios de comunicaci¨®n. Veamos algunos ejemplos.
La voluntad de todos los sondeados en rechazar "de manera contundente la politizaci¨®n de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez". Conclusi¨®n: esta idea dominante ser¨ªa com¨²n a todos y cada uno de sus miembros sea cual fuere el colectivo al que pertenezcan. ?Ojal¨¢! Pero la historia es muy pu?etera cuando se intenta maquillar eventos. Se nos ha olvidado ya que los or¨ªgenes de la UMH son total y absolutamente pol¨ªticos. El proyecto de una quinta universidad valenciana ubicada en Elche fue, en su d¨ªa, del socialista Joan Romero cuando tuvo responsabilidades en la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y era claro: fundamentalmente, pero no exclusivamente, titulaciones t¨¦cnicas que estaba demandando el contexto socioecon¨®mico de las comarcas del sur del pa¨ªs valenciano. Universidad que nacer¨ªa tutelada por la de Alicante, a la que a su vez complementaba, y progresivamente ir¨ªa ganando autonom¨ªa hasta su total independencia. Tomando la idea , pero no el proyecto, el entonces presidente de la Generalitat Eduardo Zaplana la hizo suya, us¨¢ndola como ariete contra el rector Pedre?o, segregando de la Universidad de Alicante su centro m¨¢s emblem¨¢tico: la Facultad de Medicina (grav¨ªsima decisi¨®n pol¨ªtica de la que ahora sufrimos las consecuencias). Y que nadie piense que el resto de facultades y escuelas de esta universidad no fueran excelentes, que lo son, pero de proyecci¨®n social muy distinta. Para ello cont¨® con la colaboraci¨®n de un poderoso lobby de Medicina que, con el tiempo, hab¨ªa perdido influencia en la Universidad de Alicante y aspiraba a conseguir su universidad, a su imagen y semejanza; y la preciosa ayuda de un grupo de tr¨¢nsfugas pol¨ªticos que desde la Universidad de Alicante actuaron de caballo de Troya.
No s¨¦ si los diversos reglamentos, tipical Miguel Hern¨¢ndez, se ajustan a la legalidad o no, supongo que s¨ª; pero su tufillo pol¨ªtico s¨®lo lo puede negar el que no quiera ver el trasfondo que hay en ellos, el contumaz optimista, o los beneficiados. Pero lo que m¨¢s me ha dolido de uno de los sondeos ha sido lo que manifiesta "otro m¨¢ximo responsable de uno de los centros m¨¢s importantes de la universidad", porque me temo que va siendo ya una opini¨®n demasiado generalizada entre los bienpensantes. Tiene raz¨®n cuando afirma que la sensaci¨®n de guerra intestina, sin tregua, es m¨¢s aparente que real y que el profesorado no abdica de sus responsabilidades docentes y de investigaci¨®n, sin desvincularse de la pol¨ªtica universitaria. Yerra totalmente en su juicio cuando afirma que buena parte de la culpa la tiene Medicina: "Al salir de la Universidad de Alicante", afirma, "quer¨ªan lujo asi¨¢tico y cuando se les ha atornillado las tuercas han chirriado. Esto parece una jaula de grillos". Mal andamos cuando se opina que la misi¨®n del gobierno de una universidad es "atornillar" a un centro, indica que algo no est¨¢ funcionando como deb¨ªa. Pero, adem¨¢s, este tipo de afirmaciones gratuitas pone de manifiesto el profundo desconocimiento de la realidad en Medicina. En primer lugar, todos los que en ella trabajamos no somos un colectivo homog¨¦neo, no s¨®lo en aspectos ideol¨®gicos sino tambi¨¦n en asuntos cotidianos. En la famosa Junta de Facultad en el Colegio de M¨¦dicos (como si la Universidad de Alicante no tuviera un espl¨¦ndido Paraninfo), un 28 de mayo, el ¨¦xito de los segregacionistas fue por muy pocos votos; despu¨¦s de un periodo de presiones, promesas, compraventa de votos, etc. Resultado legalmente impecable, pero ¨¦ticamente cuestionable y que puso en evidencia la profunda divisi¨®n de la Facultad en dos mitades. Despu¨¦s de aquello la grieta ha ido profundiz¨¢ndose por algunas actuaciones discriminatorias; ante la indolencia de unos, el nihilismo conformista de otros, el oportunismo de los pescadores en r¨ªo revuelto y la voracidad de los insaciables.
La Facultad de Medicina, como instituci¨®n, no puede hacer gala (desgraciadamente) de "lujo asi¨¢tico" y s¨®lo a muy pocos de entre sus miembros los encontrar¨¢ en todos los ¨®rganos de decisi¨®n de la Universidad, en virtud de la peculiaridad de nuestra normativa. Pero, adem¨¢s, todas las facultades de Medicina tienen una peculiaridad que las hace diferentes al resto de centros. El hecho de la singularidad de sus actividades cl¨ªnicas, exige un tipo de profesorado e inversiones dif¨ªcilmente comprensibles desde supuestos tradicionales, lo que la convierte en la facultad m¨¢s conflictiva de todas las universidades. Conocida es la an¨¦cdota que cuando Dios quiso castigar a un rector, le cre¨® no una, sino dos facultades de Medicina.
En estos momentos, la situaci¨®n de la Facultad de Medicina de la Miguel Hern¨¢ndez no ha cambiado sustancialmente (insisto como instituci¨®n, otra cosa es el color del cristal con que cada cual mire esa situaci¨®n) de la que gozaba, cuando no pocos en la Universidad de Alicante respiraron con alivio al ver que la segregaban: los ricos cada vez m¨¢s ricos y el sur esquivando el chapapote. Pero hay algo que cambi¨® profundamente y, aunque no se quiera reconocer, estoy convencido que est¨¢ en la base de muchos problemas. Un colectivo que funcionaba con unas pautas (mejores o peores, es otra cuesti¨®n) de limpieza democr¨¢tica se vio, de s¨²bito, en estado de excepci¨®n; donde la ¨²nica norma era el ¨ªndice todopoderoso. Eso explicar¨ªa, en parte, el malestar y no s¨®lo de los cr¨ªticos. Tambi¨¦n convendr¨ªa que al referirse a este grupo se supiera que no se trata de un todo compacto y uniforme; muy por el contrario cohabitan diversas sensibilidades, or¨ªgenes y motivaciones.
El hecho de la segregaci¨®n de Medicina, en mi opini¨®n, es irreversible, no es necesario recurrir con aparente candidez a consulta con el subdelegado del Consell para facilitarle el puyazo a la espinilla de Maci¨¤. La ¨²nica soluci¨®n, si hay voluntad por los que en ella estamos (por inter¨¦s o por necesidad) es la integraci¨®n en un contexto en el que las reglas del juego (sin cinismos) y la claridad en las decisiones convenzan a la mayor¨ªa sea cual fuere el beneficiado. Lo contrario presenta un futuro incierto y poco grato; hasta que una nueva generaci¨®n, no contaminada en este desafortunado proceso, nos jubile a todos.
Acabar¨¦ con una an¨¦cdota. En febrero de 1977, nos reunimos un grupo de catedr¨¢ticos de Medicina en un conocido restaurante de Alicante para comentar las incidencias de la posible segregaci¨®n. Estabamos casi todos. Por algunos de los asistentes se despotric¨® de la Universidad de Alicante, del populismo de sus estatutos, etc. Recuerdo que yo intervine para comentar que la din¨¢mica en la redacci¨®n de estos estatutos, de cuya comisi¨®n form¨¦ parte, es muy compleja y que no depende s¨®lo de la correlaci¨®n de fuerza, sino tambi¨¦n de factores imprevistos. Puse el ejemplo de la Constituci¨®n Espa?ola, que a punto estuvo de no incluir la anulaci¨®n de la pena de muerte, porque el d¨ªa en que deb¨ªa votarse, hubo un terrible atentado en Madrid. La respuesta de mi compa?ero fue contundente, la recuerdo casi textual: eso se arregla con una comisi¨®n redactora adecuada a nuestro proyecto, en la que la proporcionalidad representativa est¨¦ perfectamente controlada. Ojal¨¢ se equivocase por el bien de todos. Del suyo tambi¨¦n aunque no lo crea.
Emili Balaguer i Perig¨¹ell es catedr¨¢tico de la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Elche.
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