El Rayo no sabe jugar contra diez

Un chollo esto de jugar con uno menos en Vallecas. Le ocurri¨® al Sevilla hace dos jornadas y se llev¨® la victoria. Le ocurri¨® ayer al Mallorca y se repiti¨® la historia. Por lo visto, es el Rayo el ¨²nico equipo del mundo al que le perjudica la expulsi¨®n de un jugador rival. Extra?o asunto.

Cierto que el c¨¦sped de Vallecas, de por s¨ª indecente, se convierte en estos tiempos de fr¨ªo y heladas en una pista de patinaje. Pero en peores plazas han toreado ambos conjuntos, por lo que nada justifica el horror que fue la primera parte. Todo ocurri¨® en la segunda, a toda prisa, cuando una expulsi¨®n, un error de Etxeberria y un chutazo de Ibagaza dictaron sentencia. Por partes: se precipit¨® Poli en aquella jugada que nada anunciaba, con Azkoitia remontando la banda derecha, pero le entr¨® abajo, torpemente. Vio la amarilla, claro, que era la segunda. En el consiguiente saque de falta, Bolic, pese a que Manzano hab¨ªa sembrado su equipo de centrales, cabece¨® picado y el bal¨®n se fue dentro.

Ese gol, con el Mallorca en inferioridad, apestaba a definitivo. Adem¨¢s, ya por entonces M¨ªchel hab¨ªa dejado de vivir encadenado a la banda. Iba ¨¦ste por libre y el Rayo vivi¨® sus mejores momentos. Pero lleg¨® la pifia de Etxeberria, que mand¨® dentro de forma lastimosa aquel cabezazo suave y tontorr¨®n de Pandiani.

Pod¨ªa considerarse un magn¨ªfico resultado aquel empate, pero Manzano fue valiente y puso en escena a Carlos. Y, como nunca es tarde, apareci¨® Ibagaza para lanzar al palo un disparo cuyo rechace aprovech¨® el reci¨¦n llegado Carlos. Jugaba con 10 el Mallorca, s¨ª; y con 11 el Rayo. Como si no. Cuando este equipo, el vallecano, se empe?a en perder, no hay quien le pare.