La torera roja
La artista Mar¨ªa Antonia Hidalgo evoca en una muestra a Juanita Cruz, matadora republicana que vest¨ªa falda
"A pesar del da?o que me hicieron en mi patria los responsables de la mediocridad del toreo de 1940-50...?brindo por Espa?a!". As¨ª reza el epitafio del mausoleo de Juanita Cruz (Madrid, 1917-1981), primera matadora de toros de la historia, que usaba en las corridas traje de luces y falda, particip¨® a lo largo de su vida en casi 700 festejos y lleg¨® a tener como compa?ero de terna a Manolete. Republicana, se exili¨® con la guerra civil y a su regreso a Espa?a, en 1946, padeci¨® el reglamento taurino franquista que prohib¨ªa a las mujeres torear. Desde entonces, ya no quiso ver corridas.
La artista gaditana Mar¨ªa Antonia Hidalgo (San Roque, 1962) ha recurrido a su figura en la exposici¨®n Investiduras, abierta en la galer¨ªa ?lvaro de Sevilla hasta el 1 de febrero. ?sta es la primera muestra de una serie sobre mujeres creadoras que prepara Hidalgo. "Las vestiduras siempre han condicionado a las personas. A Juana Cruz le condicion¨® en su carrera y su vida el uso de la falda para torear. Se granje¨® las cr¨ªticas de los compa?eros toreros, que le exig¨ªan el uso de la taleguilla o el traje de rejoneadora", explica la autora, que ha recreado en pinturas sobre tablas y telas "la odisea" de esta mujer singular.
Juana Cruz pas¨® su ni?ez frente a la plaza de toros de Las Ventas. Debut¨® en Las Ventas el 2 de abril de 1936, despu¨¦s de haber toreado m¨¢s de 50 festejos en otras plazas, pues su carrera comenz¨® en Le¨®n en 1932. Su falda bordada llamaba la atenci¨®n. Cuando estall¨® la guerra, se march¨® a Venezuela. Recorri¨® Hispanoam¨¦rica y tom¨® la alternativa en M¨¦xico, en 1940. En 1947 regres¨® a Espa?a. "Lo intent¨®, pero no la dejaron. Un pol¨ªtico aleg¨®: "Si es roja", cuenta.
La moda, la lidia y la citada torera son el eje de la exposici¨®n. Danzadores y toros pintados en hilo y seda con metal oxidado y papel pueblan, junto a faldas de luces imaginadas, las obras de Hidalgo, que desde hace a?o y medio investiga a creadoras."Siempre me ha extra?ado que apenas haya obras de mujeres en los museos. He reunido ya a 117 artistas, pero cada vez me aparecen m¨¢s y no s¨¦ d¨®nde meterlas", a?ade Hidalgo, que tiene en proyecto exhibir un obelisco con "las caras de todas serigrafiadas".
Al terminar la carrera de Bellas Artes, se especializ¨® en Florencia en serigraf¨ªa textil y pintura al temple. Residi¨® en Italia desde 1992 a 1997 trabajando en un taller japon¨¦s de serigraf¨ªa textil y como profesora de pintura. En Mil¨¢n, conoci¨® a Bibi Russell, impulsora del Proyecto Moda para el Desarrollo, a quien le entreg¨® algunos dise?os. "Emplea a muchas mujeres, desde madres solteras a ni?as. Imprimen dise?os y manufacturan textiles".
En el transcurso de su investigaci¨®n sobre artistas, descubri¨® una fotograf¨ªa de Juana Cruz en un libro de la periodista americana Muriel Feiner, titulado La mujer en el mundo del toro. La curiosidad y el inter¨¦s la movieron a proseguir la b¨²squeda. Trat¨® de localizar a alg¨²n familiar de la matadora, cuyo marido y apoderado, Rafael Garc¨ªa Ant¨®n, escribi¨® a la muerte de su esposa un libro sobre su vida. "Juanita Cruz, su odisea apareci¨® en 1982 en una tirada de 1.000 ejemplares que ¨¦l coste¨®. Habl¨¦ con su hijo. Y comprend¨ª lo que hab¨ªa sufrido ella cuando me cont¨® que su madre jam¨¢s habl¨® de su profesi¨®n y no quer¨ªa ver los toros porque se pon¨ªa triste".
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