El amor a la cinematograf¨ªa
EN 1927, EL POETA peruano Carlos Oquendo de Amat ten¨ªa 22 a?os y hab¨ªa escrito 18 poemas. Cuatro de ellos en 1923 y los restantes en 1925. Consideraba que era ya el momento de publicarlos en libro y recurri¨® a una imprenta lime?a para que su deseo se hiciera realidad. El libro llevaba por nombre Cinco metros de poemas, y el autor hab¨ªa indicado que no lo quer¨ªa como un libro normal sino que fuera una larga tira de papel doblado como un acorde¨®n. Para muchos, este capricho obedec¨ªa a sus lecturas dada¨ªstas, futuristas, ultra¨ªstas creacionistas, surrealistas, adem¨¢s, los poemas acusaban la influencia de los ismos. Pero ning¨²n cr¨ªtico de la ¨¦poca distingui¨® el amor a la cinematograf¨ªa que lat¨ªa en el poeta y que lo llev¨® a pensar que cada p¨¢gina, en realidad un cuadr¨ªculo de la tira de papel doblado, equival¨ªa a la escena de una pel¨ªcula. Despu¨¦s de los cuatro poemas trabajados en 1923, cuando el poeta ten¨ªa 18 a?os, aparece una p¨¢gina se?alando el Intermedio que anta?o indicaba la pausa previa a la proyecci¨®n del filme principal.
Pero el libro entregado a la imprenta con el convencimiento de que se publicar¨ªa dentro del mismo a?o no sali¨® a la luz hasta 1929. Oquendo de Amat carec¨ªa de ingresos. Viv¨ªa de lo que le proporcionaban algunos amigos, como el narrador Beingolea, y de vez en cuando realizaba alg¨²n trabajo menor que le permit¨ªa un m¨ªnimo desahogo. Atin¨® a realizar suscripciones para el libro que iba a aparecer. Pero las demandas estomacales y de otros tipos mermaban siempre el dinero de los suscriptores. Y aunque no cre¨ªa en milagros ni nada por el estilo, el mismo poemario que aguardaba en la imprenta obtuvo un premio de la Municipalidad de Lima, y ¨¦se fue el impulso decisivo para que Cinco metros de poemas llegara a las librer¨ªas.
Si bien el poeta pasaba rigurosos hambres que los amigos paliaban de vez en cuando, la abstenci¨®n cinematogr¨¢fica era mucho menor. Prefer¨ªa ver una pel¨ªcula de Harold Lloyd o de Mary Pickford a comer un suculento plato de frejoles con arroz. Hab¨ªa nacido en Puno, a orillas del lago Titicaca, y se hab¨ªa trasladado a Lima siendo adolescente. Convertido en uno de los disc¨ªpulos del pensador peruano Jos¨¦ Carlos Mari¨¢tegui, fue un fervoroso lector de El Capital, y a partir de 1930, a la muerte de su maestro pone en un platillo de la balanza la poes¨ªa y en otro las ideas pol¨ªticas y se inclina por estas ¨²ltimas. Sufre c¨¢rcel y torturas, finalmente deportaci¨®n cuando sus pulmones estaban destrozados. Viaja a Francia, luego viene a Espa?a. Muere en marzo de 1936 en un hospital de Navacerrada especializado en atenci¨®n a enfermos de las v¨ªas respiratorias. Est¨¢ enterrado en el cementerio de esa localidad. Vargas Llosa, al recibir el R¨®mulo Gallegos en 1968, lo cit¨® como ejemplo de vocaci¨®n literaria.
En el poema Madre, una de las expresiones m¨¢s tiernas de la poes¨ªa latinoamericana, dice: "Un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura". Tiene poemas de hombre optimista a pesar de lo mal que lo trat¨® la vida: El perfume se volvi¨® ¨¢rbol, Mary Pickford sube por la mirada del administrador, Nadie podr¨¢ tener m¨¢s de 30 a?os, fue toda una premonici¨®n, el poeta muri¨® un mes antes de sus 31. Al iniciar la lectura del poemario nos encontramos con la recomendaci¨®n: "Abra el libro como quien pela una fruta", y se cierra con su Biograf¨ªa, que dice: "Tengo 19 a?os y una mujer parecida a un canto".
Carlos Meneses (Lima, 1930) vive en Mallorca desde 1964. Algunos de sus libros son: El primer Borges (Fundamentos. Madrid, 1999), Poes¨ªa mallorquina de Rub¨¦n Dar¨ªo (Instituto de Estudios Modernistas. Valencia, 1997), El amor seg¨²n Toribia Ilusi¨®n (Ronsel. Barcelona, 1994), Huachos rojos (Barro Pensativo. Lima, 1995) y Tr¨¢nsito de Oquendo de Amat (Archivos Provicionales. Las Palmas de Gran Canaria, 1973).
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