"Es una tonter¨ªa enrabietarse cuando no juegas"
Burgos y Esteban sostienen una noble pugna por la titularidad en la porter¨ªa del Atl¨¦tico
Ahora juega Burgos; ahora, Esteban. Otra vez Burgos, otra vez Esteb¨¢n... El carrusel en la porter¨ªa del Atl¨¦tico vuelve a empezar. Luis Aragon¨¦s, el t¨¦cnico rojiblanco, no se ha decidido nunca del todo y, as¨ª, ha repartido los partidos de la Liga entre sus dos guardametas: nueve cada uno teniendo en cuenta que Burgos fue expulsado ante el Sevilla y Esteban ocup¨® su lugar tras sustituir a otro compa?ero. ?Qui¨¦n actuar¨¢ ma?ana en el estadio Bernab¨¦u?
Esteban Andr¨¦s Su¨¢rez (Avil¨¦s, Asturias, 1975), sobrio y austero, arrebat¨® la titularidad desde la d¨¦cima jornada hasta la 16? a Germ¨¢n Adri¨¢n Burgos (Mar de Plata, Argentina, 1969), extravertido, exc¨¦ntrico, genial, irregular y proclive a dar grandes sustos. Sin embargo, en la ¨²ltima cita, contra el Deportivo, Burgos fue quien plant¨® sus enormes manoplas entre los palos. Pendiente queda, eso s¨ª, el juicio que le merezca a Luis una desafortunada salida suya que cost¨® un gol.
?Locos los metas? "S¨ª", afirma Burgos. Y Esteban discrepa: "No te lo puedes permitir cuando por tu culpa se puede perder"
Los dos, Burgos y Esteban, analizan su profesi¨®n, la de portero, y reflexionan sobre la soledad de estos especialistas tanto sobre el c¨¦sped como en el banquillo.
Pregunta. ?C¨®mo se ve y se celebra un gol desde tan lejos?
Esteban. Eres el ¨²ltimo y lo celebras solo. La alegr¨ªa se queda para ti. No te enfocan las c¨¢maras. A veces, como mucho, se acerca alg¨²n compa?ero a darte un achuch¨®n.
Burgos. Pues... en la soledad a la que estamos acostumbrados. Pero, aun as¨ª, yo doy saltos de alegr¨ªa porque soy muy de festejar.
P. Cuando el tanto es en la propia red, ?se descentra uno?
E. En el momento en que sucede te quedas helado, sin reaccionar. Luego, cuando te quedas solo entre intervenci¨®n e intervenci¨®n, le das vueltas y tratas de encontrar el motivo.
B. Es muy simple: un portero tiene que aprender a convivir con el gol por obligaci¨®n.
P. Def¨ªnase en una palabra.
E. Un portero normal
B. Com¨²n.
P. ?Una virtud?
E. La agilidad y los reflejos son lo m¨¢s importante. Yo cargo con el t¨®pico de la elasticidad porque no soy muy alto. Pero es un t¨®pico, insisto: portero bajito con buenos reflejos. Voy bastante bien por alto. No es lo mismo desplazar casi dos metros que 1,75. Es como una gr¨²a: cuanto m¨¢s ligera, m¨¢s r¨¢pido se mueve. Es una cuesti¨®n de margen de maniobra.
B. Nunca hablo de mis virtudes ni de mis defectos por si alg¨²n delantero est¨¢ escondido por ah¨ª escuchando.
P. ?Un defecto?
E. Me veo muchos, pero intento no repetirlos de partido en partido.
P. ?C¨®mo se lleva con sus rivales por el puesto?
E. Casi siempre me ha tocado jugar y me han respetado. La mayor¨ªa no jugaban y, encima, me ayudaban. Nunca me intentaron hacer la cama.
B. Me llevo muy bien con ellos porque soy un tipo positivo y me gusta ayudar. Adem¨¢s, pienso que hay partidos para todos.
P. ?Nunca ha tenido problemas con un compa?ero?
E. Mora, en el Oviedo, no se adapt¨® mucho a su suplencia.
B. Nunca. Si no los buscas, no los encuentras.
P. Los porteros son gente solitaria, loca... ?Cierto?
E. En mi caso, para nada. No estoy loco. No te lo puedes permitir, ya que por ti se puede decidir un partido. T¨² nunca ganas, pero por tu culpa se puede perder. Dentro del vestuario, el portero es de los m¨¢s sensatos. Quiz¨¢, porque te acostumbras a dar vueltas a las cosas por la soledad. El portero dice muchas veces la ¨²ltima palabra en el vestuario.
B. S¨ª, es cierto. Es una posici¨®n muy individual y eso es lo bonito: estar t¨² solo ante el peligro.
P. ?Una man¨ªa?
E. S¨®lo la de procurar que no est¨¦n sucios los guantes.
B. No soy supersticioso.
P. ?Un ¨ªdolo?
E. Zubizarreta.
B. Gatti.
P. ?C¨®mo se lleva ser reserva?
E. Primero, te sientes triste. Despu¨¦s, impotente porque no puedes hacer nada.
B. En el banquillo, intento charlar porque, si no, te alteras pensando que te gustar¨ªa estar ah¨ª.
P. ?Se llega a perder la esperanza de jugar?
E. No; siempre hay que buscar una ilusi¨®n. F¨ªjese en Molina [recuperado de un c¨¢ncer testicular]. Eso te hace reflexionar y darte cuenta de que es una tonter¨ªa enrabietarse y decirte: 'Estoy enfadado y no me entreno'. Esas cosas te hacen abrir los ojos.
B. No, para nada. Al rev¨¦s, soy muy optimista y lo que hago es prepararme porque s¨¦ que, al cabo, podr¨¦ jugar.
P. ?C¨®mo se desplaza a un portero?
E. Si otro est¨¢ jugando bien, no hay vuelta de hoja. Lo ¨²nico que puedes hacer es estar preparado para el d¨ªa en que tengas que jugar t¨². Hay gente que se entrena fenomenalmente, pero luego no juega como se prepara porque no es lo mismo estar con tus compa?eros, sin m¨¢s, que ante 50.000 personas.
B. La ¨²nica receta es mantener las ganas, el deseo, la ilusi¨®n...
P. ?El primer recuerdo futbol¨ªstico?
E. En el pueblo, en un prado, jug¨¢bamos un mont¨®n de gente. Hab¨ªa de 40 a?os y yo ten¨ªa once.
B. A los siete a?os ya jugaba una Liga en Mar de Plata y quedamos campeones
P. ?C¨®mo empez¨® de portero?
E. Siempre lo he sido. Quiz¨¢, por algo que vi en la tele. No me acuerdo.
B. Me llamaba la atenci¨®n el puesto, me gustaba y me divert¨ªa.
P. ?Era malo como jugador de campo?
E. De peque?o, no era de los peores.
B. Era bueno. Jugu¨¦ de central y marcaba goles de cabeza.
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