Con el presidente en el banquillo
Cos, el t¨¦cnico que comparti¨® su cargo con el due?o del Palam¨®s, cree en la f¨®rmula y desea seguir con Piterman en el Racing
Chuchi Cos es el entrenador m¨¢s at¨ªpico de Espa?a. Ejerce en el Palam¨®s, el decano del f¨²tbol catal¨¢n, que milita en Segunda B. Hasta ahora, a su diestra, en el banquillo, se ha sentado Dimitri Piterman. Juntos han formado con el ex jugador espanyolista Robi un triunvirato t¨¦cnico inaudito.
Piterman, un estadounidense de origen ucranio, era ni m¨¢s ni menos que el m¨¢ximo accionista y presidente del club gerundense. Es decir, a la tirantez y fricciones inherentes a sus cargos, a?¨¢dase que compart¨ªan pizarra, vestuario y banquillo. Cos, sin embargo, defiende la f¨®rmula. Echa mano de los resultados -ascendieron de Tercera a Segunda B al Palam¨®s, que se mantiene en puestos que le permiten aspirar a so?ar con un nuevo ascenso- y asegura que en los cursillos de entrenador se vende que el futuro est¨¢ en el trabajo en grupo.
El desaf¨ªo se agranda por momentos. Piterman, tras hacerse con un importante paquete accionarial, acaba de ser nombrado presidente del Racing. Cos, que contin¨²a en el banquillo del Palam¨®s y que ayer, ya sin Piterman al lado, dirigi¨® al equipo en el partido que disput¨® en L'Hospitalet, puede ser pronto reclamado para ejercer en Primera.
"Yo soy el presidente y quien pone la pasta y me gusta saber todo lo que pasa". Bajo este principio, expresado sin ambages por Piterman, se desarroll¨® la f¨®rmula que ha permitido que t¨¦cnico y presidente, que no tiene el carnet de entrenador, se sentaran en el mismo banquillo y compartieran la direcci¨®n del equipo. Cos, de 34 a?os, hab¨ªa jugado de delantero centro. Empez¨® su carrera en el Racing juvenil para pasar por numerosos equipos de Segunda A y Segunda B, como el Barakaldo, el Jerez, el Numancia -en la ¨¦poca en que disput¨® una recordada eliminatoria de Copa contra el Barcelona-, el Pontevedra, el Palam¨®s y el Tropez¨®n. En la ciudad catalana hizo el curso nacional de entrenadores, en la misma promoci¨®n que Calder¨¦, Moratalla, Alexanco o el actual t¨¦cnico del Terrassa, Miguel ?lvarez.
Piterman le expuso abiertamente su filosof¨ªa cuando lo reclut¨®. "Mira", le dijo, "quiero ser el entrenador. A m¨ª me gusta dar espect¨¢culo, ir siempre a ganar. Yo no tengo carn¨¦, pero conf¨ªo en que, junto a ti, podamos desarrollar una buena labor". Cos acept¨®. "Comulgamos con las mismas ideas", cuenta; "y nos complementamos. Dimitri es muy inteligente y buen comunicador. Sabe motivar a los jugadores y, si es necesario, les promete en el vestuario una prima por ganar el partido. Yo preparo los entrenamientos y en las charlas, muchas veces, soy quien acaba de definir las jugadas en la pizarra. Eso s¨ª, ¨¦l quiere saberlo todo al detalle. Por qu¨¦ no funciona determinado fichaje o cosas muy concretas: por qu¨¦ un jugador no hace bien las coberturas por la banda en la defensa. En fin, todos los detalles t¨¦cnicos. Tambi¨¦n aporta ideas y sugerencias. Todo es razonado".
Piterman es muy impulsivo. Un ejemplo. En un partido reciente, el rival de turno, el Lleida, se qued¨® con diez jugadores. Piterman quiso dar entrada inmediatamente a un delantero. Cos le explic¨® los motivos por los que era preferible esperar. Al final, resultado positivo.
"Lo probamos todo, como en un laboratorio", explica Cos. Graban los partidos, corrigen errores, preparan los siguientes y controlan la alimentaci¨®n y los horarios de los jugadores, algo que en Palam¨®s les ha resultado f¨¢cil porque la mayor¨ªa viven en unos apartamentos de Piterman.
?Qui¨¦n decide los cambios? ?Qui¨¦n da las consignas desde la banda? "Todo est¨¢ consensuado. Dimitri es muy norteamericano. Y en el f¨²tbol americano o el baloncesto es habitual un intercambio constante de ideas entre varios entrenadores antes de decidir", resume Cos.
Desde Santander se observa con recelo que el Racing pase a ser presidido por Piterman. Cos, nacido en la ciudad c¨¢ntabra y cuya familia contin¨²a viviendo all¨ª, dice entenderlo: "Tambi¨¦n hubo mucha inquietud cuando lleg¨® a Palam¨®s. '?D¨®nde nos va a llevar este loco?' se preguntaba la gente. Ahora hasta las se?oras le aclaman por la calle. Todo lo que ha prometido lo ha cumplido. Ahora tiene que ir despacio. Primero, desea reducir la deuda del club y asegurar su continuidad en Primera". Y sentencia: "Si me dice que vaya con ¨¦l, voy con los ojos cerrados".
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