Las diferencias entre las provincias aumentan en cada convocatoria electoral

La hegemon¨ªa de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) en el Parlament desde 1980 es fruto de sus virtudes pol¨ªticas, pero tambi¨¦n de la ortopedia electoral, que juega a su favor. La Disposici¨®n Transitoria Cuarta del Estatuto de Autonom¨ªa que regula las elecciones al Parlament desde 1980 prima claramente el voto de los electores de las provincias de Girona, Lleida y Tarragona, donde CiU obtiene sus mejores resultados, en detrimento del voto en la provincia de Barcelona, en la que obtienen mejores resultados los partidos de la izquierda.

Las diferencias son muy grandes. En la circunscripci¨®n de Girona se elige un diputado por cada 26.000 electores; en Lleida, uno por cada 20.864; en la de Tarragona, uno por cada 27.076 electores. En la provincia de Barcelona, en cambio, se elige un diputado por cada 47.500 electores. Es decir, el voto en la provincia de Barcelona vale menos de la mitad que en la de Lleida y algo m¨¢s de la mitad que en las de Girona y Tarragona.

Las circunscripciones m¨¢s beneficiadas por el sistema -las de Lleida y Girona- son precisamente las dos en que CiU obtiene tradicionalmente sus mejores resultados. En 1999 la federaci¨®n nacionalista le sac¨® 19 puntos de diferencia a la coalici¨®n formada por socialistas e Iniciativa per Catalunya Verds en ambas provincias, mientras que en Tarragona la ventaja se redujo a siete puntos. En Barcelona, los socialistas lograron s¨®lo el 5% de ventaja sobre CiU, aunque este porcentaje supone m¨¢s de 100.000 sufragios.

Las diferencias entre las circunscripciones se han ido agrandando con el paso del tiempo porque la composici¨®n de la poblaci¨®n ha cambiado. Pese a ello, se sigue utilizando exactamente la misma f¨®rmula pensada para el a?o 1980. Las diferencias del coste de los votos entre Barcelona y Lleida, por ejemplo, ha crecido en 5.000 votos por esca?o en los ¨²ltimos 20 a?os. En 1980, para conseguir un esca?o en Barcelona se necesitaban 22.000 votos m¨¢s que en Lleida, diferencia que en las ¨²ltimas elecciones se ampli¨® hasta los 27.000. Lograr un esca?o en Tarragona y Girona tambi¨¦n se ha ido encareciendo si se compara con Lleida.

La propuesta electoral presentada ayer por los socialistas en el Parlament, inspirada en el modelo vigente en Alemania, elimina las desigualdades entre territorios porque en realidad hace desaparecer las circunscripciones provinciales. En consonancia tambi¨¦n con el modelo que apoya Esquerra Republicana (ERC) -que en los ¨²ltimos a?os ha ido ganando influencia pol¨ªtica tambi¨¦n en el ¨¢rea de Barcelona-, la distribuci¨®n de esca?os entre los partidos se har¨ªa en funci¨®n del resultado global. La f¨®rmula utilizada ser¨ªa la regla D'Hondt, hoy vigente, de ra¨ªz moderadamente proporcional.

Este voto se combinar¨ªa con la elecci¨®n, en otra urna, de diputados comarcales a trav¨¦s de un sistema mayoritario -el candidato m¨¢s votado obtiene el esca?o-. A pesar de que en la pr¨¢ctica el n¨²mero total de esca?os por cada partido vendr¨ªa determinado exclusivamente por los resultados cosechados en el conjunto de la comunidad aut¨®noma, cada comarca se asegurar¨ªa por ley un representante en el Parlament, lo que actualmente no sucede. Por tanto, el diputado comarcal deber¨ªa su esca?o directamente a los votantes de su comarca, con lo que te¨®ricamente quedar¨ªa menos sujeto a la disciplina de su partido.