Nuestros deberes
Mientras Estados Unidos clama insistente que se acaba su paciencia por los incumplimientos de Irak y concluyen los preparativos para una respuesta militar, aqu¨ª el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, reh¨²ye sus deberes parlamentarios y se limita a reiterar la m¨¢s plena sumisi¨®n al amigo Bush en todo momento. En cuanto al l¨ªder de la oposici¨®n socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, apenas ha ido m¨¢s all¨¢ de declararse adverso, de manera bastante primaria, a una guerra que seg¨²n sabemos concita en su contra a la amplia mayor¨ªa de los encuestados en los sondeos. Ambos deber¨ªan reparar en nuestros deberes en el ¨¢mbito internacional, derivados de la Constituci¨®n de 1978, de la pertenencia a la Uni¨®n Europea y a la Alianza Atl¨¢ntica, as¨ª como del Convenio sobre la Defensa renovado en abril de 2002 con Estados Unidos.
Aceptemos que en estos tiempos sea impensable aplicar el supuesto del art¨ªculo 63 apartado 3 de la Constituci¨®n, a tenor del cual "al Rey corresponde, previa autorizaci¨®n de las Cortes Generales, declarar la guerra y hacer la paz". Para abrir las hostilidades b¨¦licas contra el r¨¦gimen de Sadam Hussein bastar¨¢n las atenciones que el presidente de Estados Unidos tenga con el Congreso de Washington. Pero ?se ver¨ªa Espa?a arrastrada a esa guerra autom¨¢ticamente? Aqu¨ª, los portavoces oficiales, de Aznar para abajo, se limitan a repetir que fuera de Bush no hay salvaci¨®n y luego a?aden vaguedades sobre la posici¨®n de Naciones Unidas. ?Qu¨¦ se ha hecho de aquel principio b¨¢sico seg¨²n el cual en la lucha antiterrorista no valen atajos que conculquen los derechos humanos? (v¨¦ase la portada de The Economist, "Is torture ever justified?"). Adem¨¢s, a nuestro pa¨ªs, por ser ahora uno de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, le corresponde forjar dicha posici¨®n, que deber¨ªa ser debatida en el Congreso de los Diputados.
Abundan las proclamas europe¨ªstas, pero las disposiciones recogidas en los art¨ªculos 12 y 19 del t¨ªtulo V del Tratado de la Uni¨®n Europea, adoptado en Niza en febrero de 2001, prescriben que los Estados miembros apoyar¨¢n activamente y sin reservas la pol¨ªtica exterior y de seguridad de la Uni¨®n y que se abstendr¨¢n de toda acci¨®n contraria a los intereses de la Uni¨®n o que pueda perjudicar su eficacia como fuerza de cohesi¨®n en las relaciones internacionales. Tambi¨¦n establecen que los Estados miembros han de coordinar su acci¨®n en las organizaciones internacionales y en particular en el Consejo de Seguridad, donde habr¨¢n de concertarse entre s¨ª para asegurar la defensa de las posiciones e intereses de la Uni¨®n. ?Qu¨¦ han hecho los nuestros al respecto?.
La Alianza Atl¨¢ntica se comprometi¨® en Praga el pasado noviembre a ayudar a Naciones Unidas en el efectivo cumplimiento de la resoluci¨®n 1441. Pero si estallara el conflicto con Irak ser¨ªa la propia OTAN quien decidir¨ªa el papel a desempe?ar, como acaba de recordar el nuevo comandante supremo militar aliado en Europa, general James Jones. En cuanto al ya citado Convenio de Cooperaci¨®n para la Defensa que vincula a Espa?a y a Estados Unidos, nada sabemos de las consultas entre los titulares del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Secretar¨ªa de Estado, fijadas en la Declaraci¨®n Conjunta Piqu¨¦-Albright, ni de la funci¨®n del reci¨¦n creado Comit¨¦ Bilateral de Defensa de Alto Nivel (CBDAN), ¨®rgano de los de car¨¢cter pol¨ªtico en ese ¨¢mbito. ?Cu¨¢ndo nos informar¨¢n?
Cierto que Espa?a ha concedido a Estados Unidos unas instalaciones de apoyo (IDAS) y unas autorizaciones de uso (ADUS) en el territorio, mar territorial y espacio a¨¦reo espa?oles para objetivos dentro del ¨¢mbito bilateral o multilateral (OTAN) del Convenio. Pero cierto tambi¨¦n que seg¨²n el Convenio cualquier uso que vaya m¨¢s all¨¢ de estos objetivos exigir¨¢ la autorizaci¨®n del Gobierno espa?ol. Por eso, es preciso saber si, conforme a las previsiones del apartado 2 del art¨ªculo 12 del Convenio, se han concluido acuerdos sobre el uso, en tiempo de crisis o guerra, de instalaciones, territorio, mar territorial y espacio a¨¦reo espa?ol por los Estados Unidos de Am¨¦rica para objetivos que vayan m¨¢s all¨¢ de los ¨¢mbitos bilateral y multilateral a los que se circunscribe el Convenio. Continuar¨¢.
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