?Quiero mi medalla!

He sabido que el ministro de Defensa, Federico Trillo Figueroa, se desplaz¨® hasta Alicante para condecorar al, ahora ya, excelent¨ªsimo alcalde don Luis D¨ªaz Alperi con la Gran Cruz del M¨¦rito Naval con distintivo blanco. Se premia as¨ª el gran amor que siente por el mar y que demuestra "escap¨¢ndose a navegar por esos mares de Dios".

Una vez he comprendido que no es necesario arriesgar la vida salvando n¨¢ufragos o limpiando playas gallegas para merecer la m¨¢s alta distinci¨®n que la Armada puede ofrecer a una civil, desde las p¨¢ginas de este Diario comunico al se?or ministro de Defensa que tambi¨¦n yo siento un inmenso amor al mar tan solo superado por mi irrefrenable afici¨®n a navegar "por esos mares de Dios".

La posibilidad de disponer de medios econ¨®micos con los que hacer realidad mi sue?o de comprar una embarcaci¨®n es ya una entelequia, y eso que los exiguos ingresos familiares puestos bajo mi administraci¨®n no me han sido arrebatados por ning¨²n corsario sinverg¨¹enza, no como a otros. En cambio, todos los alicantinos tendremos que pagar con nuestros impuestos los m¨¢s de mil millones de pesetas que va a costarnos la aventura pirata de Mercalicante, empresa de capital p¨²blico tomada al abordaje a plena luz del d¨ªa y echada a pique mediante un inmenso boquete financiero en la l¨ªnea de flotaci¨®n, mientras el almirante de la nave y miembro del comit¨¦ ejecutivo encargado de su custodia, hoy por imperativo legal excelent¨ªsimo don Luis, se encontraba sin duda navegando "por esos mares de Dios".

Considerando que cumplo sobradamente los rigurosos requisitos que por lo visto son exigibles para la concesi¨®n de la distinci¨®n: ?Quiero mi medalla?