La aventura de los asesinos
El relativo inter¨¦s suscitado en los ¨²ltimos meses sobre los temas isl¨¢micos ha hecho posible la reaparici¨®n entre nosotros de dos estudios cl¨¢sicos: primero Mahoma, de Maxime Rodinson, en libro de bolsillo, y luego Los asesinos, de Bernard Lewis, cuya primera edici¨®n en ingl¨¦s se remonta a 1967 y que ahora llega en nueva versi¨®n espa?ola y con un pr¨®logo del autor escrito en 2001.
Ante todo, Los asesinos de Lewis es un relato apasionante, casi una novela hist¨®rica de aventuras pol¨ªticas, de fondo teol¨®gico, protagonizada por uno de los personajes colectivos m¨¢s extraordinarios de la Edad Media: la secta ismail¨ª fundada a fines del siglo X por cierto Hasan-i Sabbah que conjugar¨¢ la propaganda de sus creencias con la organizaci¨®n de atentados contra personalidades pol¨ªticas del momento que ejecutaban sus "devotos", a quienes por referencia tal vez al hashish se conocer¨¢ con el nombre de asesinos. Hasan-i utilizaba como centro de poder el castillo roquero de Alamut, en el norte de Persia. Desde all¨ª primero, y luego tambi¨¦n desde otros reductos similares, ¨¦l y sus sucesores enviaron sus comandos mort¨ªferos y montaron la defensa contra sus enemigos, musulmanes o cristianos, hasta ser arrasados por los mongoles, bien avanzado el siglo XIII.
LOS ASESINOS. UNA SECTA ISL?MICA RADICAL
Bernard Lewis. Alba. Barcelona, 2002 235 p¨¢ginas. 20,82 euros
El tema de los asesinos se sit¨²a en el punto de cruce entre dos l¨ªneas muy diferentes de estudio del islam: el aspecto religioso, representado por el ismailismo, en un periodo de auge y crisis de la tendencia shi¨ª, de los seguidores de Al¨ª que por un tiempo parecieron estar en condiciones de imponerse al islam mayoritario sunn¨ª, y, en segundo lugar, la dimensi¨®n de violencia que alcanza en los asesinos el grado de una aut¨¦ntica estrategia del terror. Sin menospreciar lo primero, que en la edici¨®n francesa del libro encontraba un espl¨¦ndido desarrollo en la presentaci¨®n que escribiera Maxime Rodinson, Lewis se centra en la descripci¨®n y el an¨¢lisis de lo segundo, partiendo de una cuidadosa biograf¨ªa del fundador, que de entrada deshace la posibilidad de la leyenda de Samarcanda: por su edad, Hasan-i no pudo ser compa?ero de estudios del poeta Umar Khayyam y del visir Nizam al-Mulk, si bien tuvo tiempo de hacer asesinar en 1092 a este ¨²ltimo.
Hasan-i Sabbah fue un te¨®-
logo y un activista, inventor hasta cierto punto del terrorismo en tanto que instrumento para combatir a adversarios superiores en fuerza militar y procedimiento de intimidaci¨®n para sembrar la inseguridad en las filas enemigas. Los grupos de devotos, con la daga siempre como arma criminal, respond¨ªan a la l¨®gica de los comandos modernos, con la particularidad de que nunca trataban de huir tras cometer sus atentados. Eran aut¨¦nticos m¨¢rtires de la fe. El fondo de la estrategia de Hasan-i es estrictamente religioso. Su b¨²squeda de refugio en Alamut reproduce la h¨¦gira del Profeta y el asesinato es un acto de servicio a la voluntad de Al¨¢: el comentario al conocer el ¨¦xito en la ejecuci¨®n de Nizam al-Mulk -"el asesinato de ese demonio marca el comienzo de la felicidad"- es sim¨¦trico del pronunciado por Bin Laden al conocer el ¨¦xito de la acci¨®n llevada a cabo por sus seguidores. Vale la pena cerrar este comentario con las ¨²ltimas palabras del libro, que reproducen sin cambio las de 1967: "El subyacente esp¨ªritu mesi¨¢nico y la violencia revolucionaria que los hab¨ªa impelido siguieron vivos y sus ideales han encontrado un buen n¨²mero de imitadores. A ¨¦stos, los grandes cambios de nuestro tiempo les han proporcionado nuevas razones para el rechazo ["causas de c¨®lera" en la versi¨®n francesa], nuevos anhelos de satisfacci¨®n y nuevas herramientas para la agresi¨®n ["instrumentos de combate", versi¨®n francesa]". Interpretaci¨®n controvertida hoy.
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