Los marranos y Jim¨¦nez de Parga
Corr¨ªa el a?o 1000 y mientras en las tierras de Jim¨¦nez de Parga a¨²n no hab¨ªan descubierto las fuentecitas de colores -lo de la Alhambra no lleg¨® hasta 237 a?os despu¨¦s- y m¨¢s bien se mataban a decenas en un proceso de rivalidades que llev¨® a la destrucci¨®n de Granada en 1010, por estas marranas tierras que no se lavaban los fines de semana -?exist¨ªan los fines de semana?- Gerbert d'Orlhac, estudiante de Vic y Ripoll y conocido como el "hombre m¨¢s sabio del siglo X", era entronizado papa con el nombre de Silvestre II. Por el a?o 1000 los guarros de los catalanes iniciaban el proceso de emancipaci¨®n de sus propios representantes y creaban las Corts Comtals, el primer antecedente de las Cortes Reales Catalanas. Por el a?o 1000 el arte prerrom¨¢nico estaba consolidado y nac¨ªa, con fuerza inusitada, el arte rom¨¢nico. Por el a?o 1000 alguien usaba ya el catal¨¢n como lengua escrita y faltaba poco para que las Homilies d'Organy¨¤ fueran escritas. Por el a?o 1000... Podr¨ªa continuar tanto como podr¨ªa continuar equivoc¨¢ndome, y no porque falte a la historia, sino porque competir en batallitas hist¨®ricas nos dice mucho de nuestra estupidez y muy poco de nuestra inteligencia. Resulta evidente que el le¨ªdo e ilustrado Jim¨¦nez de Parga ha le¨ªdo de todo menos historia y que su conocimiento del pasado es tan burdo como escaso. Por supuesto, nadie quita m¨¦ritos al esplendor cultural de los ¨¢rabes y los bereberes de Al-Andalus, pero situarlos en el 1000 es tanto como zamparse de la historia la convulsa y sangrienta ¨¦poca de los Omeyas, cuya capital, por cierto, era C¨®rdoba, y no la Granada de Parga. Lo de Granada tard¨® algunos siglos... Pero ?y qu¨¦? ?Vamos a competir? ?Es eso lo que nos pide el presidente del Tribunal Constitucional desde el privilegiado y prestigioso altavoz de su cargo? No s¨®lo nos alimenta la confrontaci¨®n, sino que encima la sit¨²a a ras de suelo, en la zona opaca y sinuosa de los equ¨ªvocos, las simplezas y los patrioterismos m¨¢s caducos. En esta especie de concurso de mejor a?o 1000, guarro catal¨¢n, cerdo andaluz, lo perdemos casi todo, sobre todo la elegancia, y s¨®lo ganamos en imbecilidad. Por tanto, respecto a la historia, solo dir¨¦ lo siguiente: que cada pueblo hizo lo que pudo para intentar escribirla con buena letra. Y a pesar de ello, todos escribimos con renglones torcidos...
No. Jim¨¦nez de Parga no intentaba competir hist¨®ricamente, y ah¨ª lo malo de lo malo de lo dicho. Intentaba despreciar a unos respecto a los otros, aprovech¨¢ndose de la ignorancia supina del respectivo, que en conocimiento hist¨®rico a¨²n es m¨¢s ignorante. Usando una met¨¢fora de trazo grueso, al estilo barriobajero, nos enviaba dos precisos mensajes: el presidente del Constitucional no cree en el dibujo asim¨¦trico de la realidad espa?ola, ergo el presidente del Constitucional no cree en la Constituci¨®n. Quiz¨¢, afinando m¨¢s, Jim¨¦nez de Parga enviaba un dardo a las veleidades federalistas de alg¨²n ex alumno suyo reconvertido en candidato, dardo que se parec¨ªa mucho a un aviso. Dicen que con esa demagogia barata el hombre empieza a trabajarse la tan deseada alcald¨ªa de Granada -objetivo prioritario despu¨¦s de 2004, a?o en que deja su actual cargo- y dicen tambi¨¦n que siempre tuvo el verbo desmelenado. Puede, a tenor de sus "lehendakaris de Oklahoma", sus apasionadas arengas al fervor patrio e incluso sus desprecios a lo catal¨¢n cuando, ya en 1977, dec¨ªa aquello tan bonito a Calvo Sotelo: "Veinte a?os aqu¨ª me han ense?ado que estos catalanes hablan m¨¢s que hacen". Pero con todo, con verbo incontinente incluido, no es de recibo lo que ha ocurrido, y la petici¨®n de dimisi¨®n es de absoluto rigor moral, pol¨ªtico y democr¨¢tico. Me explicar¨¦.
Es de rigor moral porque su incontinencia y su desprecio erosionan directamente la credibilidad del cargo que ocupa, hasta el punto de que lo ponen en cuesti¨®n. ?O no es el cargo de presidente del Constitucional uno de los m¨¢s emblem¨¢ticos y sensibles de nuestro marco institucional? ?O no se trata de un cargo necesitado de una extrema prudencia y ponderaci¨®n? Cuando, desde esa atalaya arbitral, se lanzan proclamas de confrontaci¨®n (proclamas pueriles, pero da?inas), el cargo pierde su sentido primigenio y pasa a ser una arma pol¨ªtica. Jim¨¦nez de Parga, con sus exabruptos, ha hecho algo m¨¢s que de speaker de las tripas, ha puesto el cargo a disposici¨®n del circo, bocado apetitoso de la guerra leonina de cada cual.
Rahola@navegalia.com
Pilar Rahola es periodista y escritora
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.