El sue?o ol¨ªmpico
No hay nada como tener un sue?o. Imaginar algo importante, darle mil vueltas y luchar por ello apasionadamente. Un sue?o estimula el talento, la capacidad de trabajo y hasta la generosidad. As¨ª sucede con las personas, los equipos y a nivel sociol¨®gico. Ahora Madrid tiene un sue?o, lo tiene desde el pasado martes en que el comit¨¦ ol¨ªmpico espa?ol designaba nuestra capital como candidata a los Juegos de 2012. De esos Juegos se ven¨ªa hablando desde hace a?os y ha habido un grupo trabajando en el proyecto, pero ganar por derecho a una ciudad universal y emblem¨¢tica como Sevilla nos ha permitido ya acariciar el sue?o ol¨ªmpico. Digo lo de ganar por derecho porque, al margen de que a Madrid le deb¨ªan una, por quedar fuera de los fastos del 92, su propuesta era bastante mas s¨®lida y contundente que la de su rival. Y lo era no tanto por los estadios, recintos deportivos e instalaciones que prev¨¦ construir como por todo lo que nuestra capital ya tiene y puede aportar a un proyecto de esta envergadura. Aunque los madrile?os seamos cr¨ªticos con ella, ¨¦sta es una gran ciudad europea. Una ciudad moderna, pujante y, adem¨¢s, divertida.
Las infraestructuras de transportes, su ubicaci¨®n geogr¨¢fica como centro de comunicaciones, su disposici¨®n de suelo y la enorme oferta hotelera que posee la convierten en potencia de primer orden para albergar unos Juegos Ol¨ªmpicos. Madrid dispone adem¨¢s de toda clase de servicios, tiene muchas ventajas en materia de seguridad (algo muy importante en tiempos convulsos) y su renombre hist¨®rico y cultural en el mundo entero es incuestionable. As¨ª pues tenemos razones poderosas para iniciar ese sue?o sin que nadie nos llame ilusos, y eso justamente es lo que ha quedado claro el pasado d¨ªa 21 tras la designaci¨®n del COE. A partir de este momento empieza lo m¨¢s duro, un largo y complicado camino para hacer realidad esa ilusi¨®n que al d¨ªa de hoy alimentan m¨¢s de 10 grandes urbes de todo el mundo. La primera prueba de fuego tendr¨¢ lugar en la preselecci¨®n de mayo de 2004, donde elegir¨¢n a las nominadas oficialmente. Es fundamental pasar ese corte con holgura y para ello hay que trabajar contrarreloj en el intento de presentar un proyecto t¨¦cnicamente s¨®lido sin lagunas ni ambig¨¹edades que hagan dudar a los miembros del COI. Catorce meses despu¨¦s, en Singapur, tomar¨¢n la decisi¨®n definitiva. Por los Juegos de 2012 suspiran en principio cuatro ciudades americanas, siete europeas y una africana. Afortunadamente para nosotros, a priori no todas tienen las mismas capacidades ni posibilidades que Madrid. Seg¨²n los expertos, del amplio abanico de alternativas que se le ofrecer¨¢ al Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional nuestras rivales m¨¢s peligrosas ser¨¢n Par¨ªs y Nueva York. La capital francesa, con todo su enorme atractivo, lleva muchos a?os siendo reiteradamente derrotada y Nueva York es nada menos que Nueva York. La Gran Manzana, en su condici¨®n de m¨¢rtir por los atentados del 11 de septiembre, est¨¢ literalmente movilizada en el intento de convertir las Olimpiadas de 2012 en un homenaje reparador. Una fuerza formidable que parecer¨ªa imbatible de no ser por el rid¨ªculo superlativo que los norteamericanos hicieron en Atlanta y los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n en los Juegos de Salt Lake City.
Madrid, en cambio, cuenta con el referente de Barcelona 92, cuyo ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico a¨²n no ha sido superado. Adem¨¢s, nuestra ciudad es la ¨²nica capital de un gran Estado europeo que nunca ha organizado unos Juegos, lo que, seg¨²n ha declarado el presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, Jacques Roge, podr¨ªa conferirle una cierta ventaja. Es importante en cualquier caso que, de no ser elegida Madrid, la elecci¨®n no recaiga sobre una capital europea. Si 2012 fuera para Nueva York, 2016 ser¨ªa muy probablemente para una ciudad de Europa y Madrid estar¨ªa muy bien posicionada. Diez o catorce a?os pueden parecer una eternidad, pero no lo es para alimentar un sue?o, porque lo m¨¢s importante es lo que se hace mientras se sue?a. Habr¨¢ inversiones, imaginaci¨®n, un af¨¢n en com¨²n y una causa viva en la que implicar a toda la ciudadan¨ªa para transformar nuestra ciudad. Como en la m¨¢xima deportiva, aqu¨ª lo importante es competir. Los madrile?os estamos ya en la carrera. El sue?o ol¨ªmpico ha comenzado.
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