Una juder¨ªa entre olivos y frutales

En el tomo X de su famoso diccionario, Pascual Madoz describi¨® el pueblo de Herv¨¢s "situado al pie de altas monta?as, de clima templado, ba?ado por tres torrentes que reunidos forman el r¨ªo Ambroz, y donde reinan los vientos Norte y Oeste". Era 1850. Nada parece haber cambiado. Esa naturaleza viva, al menos, no. Para entonces, ya Herv¨¢s hab¨ªa dejado de pertenecer a la provincia de Salamanca para integrarse en la de C¨¢ceres, y era pr¨®spero gracias al esplendor de la industria textil, aunque la buena tierra de osos que recordara Alfonso XI en su Libro de monter¨ªa segu¨ªa siendo el vergel y el para¨ªso que cantaron despu¨¦s Miguel de Unamuno y Luis Rosales, admiradores de los bosques cercanos.

El recorrido geogr¨¢fico de Pascual Madoz se ajusta hoy a la realidad como un guante. El terreno sigue siendo monta?oso y ¨¢spero por el sureste y parte del norte, y los llanos del oeste siguen siendo buenos para los olivos y los frutales; y lo que no ocupan ¨¦stos son bosques, o prados naturales, o monte bajo; y las monta?as m¨¢s altas est¨¢n cubiertas de nieves gran parte del a?o (entre estas alturas, una: el Pinajarro, lugar emblem¨¢tico en la naturaleza de la zona).

Una escala ¨ªntima

Ya en el pueblo, de 4.000 habitantes, la juder¨ªa es el centro m¨¢gico. Construida primero con madera de casta?o y adobe, y luego, tantas veces, con fantas¨ªa: parece dise?ada de manera que produzca un efecto concreto en el espectador, a una escala ligeramente inferior de lo que llamar¨ªamos tama?o real, para realzar los sentimientos de acogida y de intimidad. Una ordenaci¨®n desordenada. Existe incluso aqu¨ª una calle que llaman "la m¨¢s estrecha del mundo". Calle de direcci¨®n ¨²nica: para viajar hacia atr¨¢s en la historia.

En realidad, el barrio jud¨ªo, que pertenece a la Red de Juder¨ªas de Espa?a Caminos de Sefarad (junto a C¨¢ceres, C¨®rdoba, Girona, Oviedo, Toledo, Tudela, Ribadavia, Segovia y Tortosa), es ahora la suma de la antigua juder¨ªa y de varias calles populares, quiz¨¢ un gui?o del tiempo a la convivencia religiosa entre cristianos y jud¨ªos del Herv¨¢s medieval. Cuenta el erudito local Marciano de Herv¨¢s que en 1492, cuando se expuls¨® a todos los jud¨ªos de Espa?a, viv¨ªan todav¨ªa entre esas calles unas cuarenta y cinco familias, y su sinagoga se hab¨ªa convertido en una de las m¨¢s importantes de la provincia. Algunas de aquellas familias de tejedores, m¨¦dicos y mercaderes pose¨ªan buenos casta?ares y peque?os vi?edos (para elaborar el vino kasher) en las mejores tierras de los alrededores: Collado, Qui?ones, Mediano. Las que se exiliaron perdieron casi todos sus bienes, el resto se convirti¨® al cristianismo. Los conversos formaron entonces la Cofrad¨ªa de San Gervasio, un nombre de cristiano viejo ligado al origen del de Herv¨¢s. En la actualidad, muchos apellidos (Aceras, Andrade, Gil, Vega, Z¨²?iga...) recuerdan el pasado jud¨ªo.