El 'dottore Mascarello'
Los gemelos Papalardo me llaman de Catania y me piden informaci¨®n sobre el "dottore Mascarello". "?Lo conoces? Es un tipo que se ocupa de la cultura en el Ayuntamiento barcelon¨¦s". "?Mascarello? Aqu¨ª no hay ning¨²n 'dottore Mascarello', a menos que se trate", les digo, "de Ferran Mascarell, el cual, efectivamente, es el responsable de Cultura en el Ayuntamiento barcelon¨¦s, aunque ignoro si es o no dottore, lo cual, por otra parte, carece de importancia". "Entonces", me dice Salvo, el peque?o de los gemelos Papalardo, "?le conoces? ?Qu¨¦ tal tipo es?". Yo le digo que el tal "Mascarello" tiene fama de ser una persona muy trabajadora, muy ambiciosa -le encantar¨ªa llegar a ser alg¨²n d¨ªa, no muy lejano, alcalde de Barcelona-, y que, al margen de la pol¨ªtica, como historiador, que tal es su formaci¨®n, se le considera un hombre con un gran rigor y honestidad en lo que hace referencia a la investigaci¨®n y utilizaci¨®n de fuentes y datos hist¨®ricos.
"Pues la ha cagad¨®", me dice Salvo, "il dottore la ha cagado. ?Y c¨®mo!". Y acto seguido Salvo me cuenta que el pasado fin de semana una sobrina suya, Milena, casada con un catal¨¢n de Mollerussa, y una pareja de amigos, un matrimonio de Nicolosi, se fueron a tomar copas al barrio de Gr¨¤cia. Por lo visto bebieron bastante, tanto que al llegar a la esquina de Gran de Gr¨¤cia con la calle de Santa ?gata se encontraron con una placa en la que pod¨ªa -puede- leerse: "Carrer de Santa ?gata. Palerm, 251. M¨¤rtir", y , lejos de escandalizarse, se echaron a re¨ªr, al tiempo que Milena les dec¨ªa: "Fijaos si estaremos borrachos que en vez de leer Catania, 251, leemos Palermo, 251". Y siguieron en direcci¨®n a Lesseps.
Pero a la ma?ana siguiente Milena, ya repuesta de la borrachera, se puso a darle vueltas a aquel Palerm, 251, y tantas vueltas le dio que acab¨® por regresar a la calle de Santa ?gata. Y fue entonces cuando s¨ª se escandaliz¨®. Los responsables del nomencl¨¢tor de las calles de Barcelona hab¨ªan confundido a santa ?gata con santa Rosal¨ªa, patrona de Palermo, y eso para Milena, catanesa de pura cepa, era tan grave como confundir a la Moreneta con la Virgen de la Almudena, por no decir al Bar?a con el Real Madrid.
Total que Milena llam¨® a los t¨ªos Papalardo y se lo cont¨® todo. Los gemelos, que tienen primos y cu?ados en el Ayuntamiento catan¨¦s, se enteraron de qui¨¦n era el responsable del ultraje, "il dottore Mascarello", el mandam¨¢s de la cultura municipal barcelonesa, de la que depende el nomencl¨¢tor de las calles de la ciudad, y ¨¦stos, a su vez, me llamaron para preguntarme sobre el tal "dottore", al tiempo que me ped¨ªan que hiciese algo para remediar tan desagradable, escandalosa situaci¨®n.
Llam¨¦ a mi hermanito Llu¨ªs Permanyer, que lo sabe todo sobre nuestra ciudad, y ¨¦ste me dijo que la confusi¨®n pod¨ªa venir del arquitecto Jes¨²s Portavella, autor de un Diccionari nomencl¨¤tor de les vies p¨²bliques de Barcelona , trabajo muy estimable, seg¨²n me dijo Llu¨ªs, que en su d¨ªa fue premiado por el Ayuntamiento de nuestra ciudad, el cual se encarg¨® de editarlo. En ese libro, el arquitecto Portavella dice que santa ?gata era "de Palermo o de Catania". Y de ah¨ª, probablemente, la confusi¨®n: los funcionarios del nomencl¨¢tor, entre Palermo y Catania, se decantaron por Palermo. Y todos tan contentos.
Pues bien, la cagaron. La cag¨® el arquitecto Portavella, la cagaron los funcionarios del nomencl¨¢tor y, en ¨²ltima instancia, la cag¨® el responsable m¨¢ximo, el "dottore Mascarello". Santa ?gata, si bien se discute sobre el origen de su familia -?catanesa, palermitana, romana?-, era una moza nacida en Catania, de buena familia, cristiana, que en el a?o 251 despu¨¦s de Cristo fue brutalmente torturada por Quinciano, un proc¨®nsul romano, gobernador de la provincia de Sicilia, en tiempos del emperador Decio. Al parecer, el tal Quinciano se enco?¨® con la moza, que era virgen, y ante la negativa de ¨¦sta, hizo que le arrancasen los pechos con unas tenazas. En Catania, en Via Santa Maddalena, se alza la iglesia de Santa Agata la Vetera, que fue la primera catedral de Catania hasta el a?o 1091, en el mismo emplazamiento donde se supone que fue torturada la santa. A¨²n hoy puede verse la l¨¢pida con esta inscripci¨®n: "Hic Quinziana impietas quod in matre clementer suxit Agata crudeliter amputavi" (Aqu¨ª, el imp¨ªo Quinciano hizo arrancar cruelmente de ?gata aquello que ¨¦l mismo chup¨® de su madre). Y despu¨¦s de torturarla, orden¨® que la quemasen viva.
Santa ?gata es, pues, sin ninguna duda la m¨¢rtir patrona de Catania, cuya fiesta, memorable, se celebra en la capital siciliana del 3 al 5 de febrero, y de la que hace un par de a?os tuve el gozo de contarles la peripecia en estas p¨¢ginas.
Dottore Mascarello: conociendo como creo conocer a los cataneses, yo le aconsejar¨ªa que velase para que, lo m¨¢s pronto posible, los funcionarios del nomencl¨¢tor reparasen la afrenta que, m¨¢s por ignorancia que por otra cosa, se ha hecho a la santa patrona de Catania y a sus devotos hijos (entre los que me cuento). H¨¢game caso, dottore, no pierda el tiempo, que la santuzza tiene primos en todas partes. Y r¨ªase del de Zumosol. Citatini, evviva Sant'Aita!
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