Nuevas protestas a la ONE
Los dos conciertos dirigidos a la Orquesta Nacional de Espa?a (ONE) por Pedro Halffter han servido, entre otras cosas, para medir el temple del joven maestro, puesto que sus dotes y su seria preparaci¨®n estaban suficientemente reconocidas. Pero, sin duda, la mezcla de la interpretaci¨®n responsable y los conflictos laborales o huelgas se avienen mal.
Esper¨¢bamos que en la nueva aparici¨®n de la Orquesta Nacional se reprodujera la protesta de la semana pasada, ya que al ser p¨²blico de distinto ciclo ten¨ªa tanto derecho a la "contestaci¨®n" como el del primero. No se qued¨® corto, pues salud¨® a la orquesta con una considerable pitada y griter¨ªo suficiente para que apenas se entendieran algunas increpaciones.
Orquesta Nacional de Espa?a (ONE)
Director: Halffter Caro. Solista: S. Meyer, clarinetista. Obras de Beethoven, Weber y Scriabin. Auditorio Nacional. Madrid, 24 de enero.
Halffter soport¨® con dominio la respuesta de nuestra filarmon¨ªa a un problema del que tambi¨¦n el maestro fue "sufridor". No ten¨ªa, por lo mismo, que dar explicaci¨®n alguna, como pidi¨® alguien desde la sala. Hizo algo mejor el m¨²sico madrile?o: calm¨® la tempestad con la ayuda de Beethoven, pues la Octava sinfon¨ªa, punto sereno entre la S¨¦ptima -apoteosis del ritmo- y la Novena, canto-himno de la humanidad, es algo tan perfecto, transparente, vivo y mesurado a la vez, que impuso la paz, porque la protesta no volvi¨® a repetirse como el viernes anterior. Lo peor del caso es que estamos ante una suerte de tregua, sin que pueda hablarse, todav¨ªa, de soluciones definitivas o de largo alcance.
Respondi¨® la audiencia con sensibilidad y no neg¨® largos aplausos al director ni a los instrumentistas, sin confundir "ovejas con merinas", como dicen en Castilla. Bien es cierto que, tras el intermedio, actu¨® Sabine Meyer, grand¨ªsima virtuosa del clarinete (Crailsen, Alemania, 1959), como protagonista del Concierto en fa menor, de Carl Maria von Weber, obra que, dentro del estilo filorrom¨¢ntico y elegante, acusa un conocimiento notable del instrumento.
La versi¨®n alcanz¨® unos niveles fuera de serie y as¨ª fue la reacci¨®n del p¨²blico que obtuvo, como premio, un brillant¨ªsimo "encore" de la antigua solista de la Orquesta Filarm¨®nica de Berl¨ªn. Para final, Scriabin y su Poema del ¨¦xtasis. Aun reconociendo en esta m¨²sica perfiles y sentimientos peculiares, no debe considerarse -como hace Mila- "anuncio de Richard Strauss" y basta con repasar las fechas para comprobar que, salvo la Alpina, todos los poemas del alem¨¢n son anteriores a los del ruso. Halffter expuso la obra con buena l¨ªnea y cuidado de detalles, tan singulares en el pensamiento conceptual y sonoro de Alesandre Scriabin. Muchos aplausos, sin disensiones, pusieron punto final a la interesante y movida tarde.
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