"Nuestras sociedades no deben permitirse las prejubilaciones"
El ministro franc¨¦s de Trabajo y Asuntos Sociales, Fran?ois Fillon, ha finalizado un viaje por Alemania, Finlandia, Suecia y Espa?a en el que ha comparado los m¨¦todos aplicados para reformar las pensiones, cuesti¨®n que a ¨¦l le quema en las manos porque el Gobierno al que pertenece ha comprometido su responsabilidad pol¨ªtica en una soluci¨®n de aqu¨ª a junio.
El apoyo a la natalidad, con ayudas a la familia mucho m¨¢s importantes de las que se ofrecen en Espa?a, es insuficiente para hacer frente al envejecimiento de la poblaci¨®n y la Rep¨²blica Francesa aborda el problema de recortar la adquisici¨®n galopante de compromisos, descartando el "gesto anglosaj¨®n" de potenciar las pensiones por capitalizaci¨®n, al que la opini¨®n p¨²blica se opone con firmeza.
"El envejecimiento de la poblaci¨®n es un problema estructural, no pol¨ªtico"
Pregunta. En Francia, la edad media de jubilaci¨®n es de 57,5 a?os en el sector p¨²blico y 60 en el privado. ?Retrasar la jubilaci¨®n cinco a?os ser¨ªa una soluci¨®n duradera para el sistema p¨²blico de pensiones?
Respuesta. La tasa de actividad es importante, pero no es el ¨²nico par¨¢metro a tener en cuenta. En Francia, esa tasa de actividad es una de las m¨¢s d¨¦biles de Europa. Esto se debe principalmente a las prejubilaciones, que han sido ampliamente utilizadas en nuestro pa¨ªs por las empresas que quer¨ªan rejuvenecer sus plantillas. Nuestras sociedades no deben permitirse las prejubilaciones. En el futuro, ser¨¢ preciso aumentar la tasa de actividad, encontrando los medios de desarrollar una pol¨ªtica de empleo espec¨ªfica para los seniors. ?A los 60 a?os no se est¨¢ necesariamente fuera de juego! Yo conozco seniors cuyo dinamismo y frescura intelectual har¨ªan palidecer a ciertos juniors.
P. Usted ha dicho repetidamente que si no se reforman las pensiones, habr¨¢ que dividir las jubilaciones por dos o duplicar la tasa de cotizaci¨®n. ?No se arriesga a angustiar a la poblaci¨®n?
R. Lo que ser¨ªa angustioso es no hacer nada. Esto es lo que romper¨ªa el r¨¦gimen de reparto al que los franceses somos tan adeptos. La reforma debe fundamentarse en un diagn¨®stico compartido de la situaci¨®n de nuestras pensiones. Lo que debe guiarnos no es el temor, sino la voluntad de responder a un desaf¨ªo positivo, que consiste en que vamos a ganar alrededor de seis a?os m¨¢s de vida. Es una oportunidad formidable, que simplemente tenemos que anticipar y preparar desde ahora.
P. Ha visto usted en Madrid a su hom¨®logo, Eduardo Zaplana, y a representantes de empresarios y sindicatos. ?Qu¨¦ le interesa de la experiencia espa?ola?
R. Hay dos motivos en este desplazamiento, que he realizado junto con una delegaci¨®n de sindicalistas y de parlamentarios. La primera es determinar el m¨¦todo y las medidas que han adoptado otros Estados. Muchos de ellos, como Espa?a, han logrado crear un consenso en torno a la reforma de las pensiones y es interesante conocer c¨®mo y por qu¨¦ ha sido posible. La segunda raz¨®n es sensibilizar a los franceses sobre la dimensi¨®n europea de esta cuesti¨®n: todos nos enfrentamos al envejecimiento de nuestras poblaciones y cada uno, con sus tradiciones sociales, tiene que reformar su sistema. No es un problema pol¨ªtico o coyuntural, sino estructural.
P. Puesto que los trabajadores p¨²blicos se jubilan en Francia antes que los del sector privado, ?la soluci¨®n consiste en acercar esas diferentes edades de jubilaci¨®n?
R. Es verdad que existen en Francia disparidades entre los trabajadores del sector p¨²blico y del privado. Por ejemplo, los primeros deben cotizar 37,5 a?os para tener derecho a una jubilaci¨®n plena y los segundos, 40 a?os. Estas diferencias son a veces leg¨ªtimas, pero el Gobierno est¨¢ comprometido con el principio de equidad. Es preciso que en el futuro cada uno aporte un esfuerzo comparable. ?La Rep¨²blica es esto!
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