El dardo en la palabra
El lengu¨®logo L¨¢zaro Carreter acaba de publicar un libro que resulta un aut¨¦ntico carcaj por cuanto recoge sus ¨²ltimos dardos. As¨ª como Guillermo Tell pon¨ªa el dardo en la manzana, L¨¢zaro Carreter lo pone en esa parte de la manzana que es manzana y no lo es puesto que s¨®lo la significa. Aunque m¨¢s bien lo pone en la pera, porque hay muchos que no es que sumen peras con manzanas sino que toman unas por otras y en vez de llamar al pan, pan, le llaman por ejemplo biscote, bimbo u holgaz¨¢n queriendo decir hogaza, como aquella que dijo candelabro por candelero. Y es que, como asegura el acad¨¦mico, de aquellos polvos nos vienen estos lodos, que no son embarazos aunque s¨ª embarazosos y que resultan muy dif¨ªciles de erradicar porque se generan, con perd¨®n, en la infancia, es decir en la escuela. Es del todo imposible averiguar si son periodistas, tertulianos, locutores, comentaristas deportivos u oradores pol¨ªticos quienes en su d¨ªa, en su d¨ªa escolar, dijeron, por ejemplo, que el est¨®mago ten¨ªa una forma de dos kilogramos o el le¨®n una dentadura muy en¨¦rgica y que el diminutivo de cama era colch¨®n o el masculino de oca, parch¨ªs, pero algo habr¨¢ cuando el r¨ªo suena porque desde luego audicionarse, se audiciona.
S¨®lo que hay remedios que parecen peores que la enfermedad. Aunque no es el arquero Carreter quien los propugna sino el Gobierno de Pujol, que, acogi¨¦ndose quiz¨¢ al un tanto bestia refr¨¢n de que la lengua con sangre entra, quiere penalizar el no uso del catal¨¢n o, como ha dicho Artur Mas con exquisitez tan gr¨¢fica como eufem¨ªstica, quiere apretar un poco las tuercas. ?Apretarle las tuercas a la lengua? Eso m¨¢s que una pol¨ªtica parece una tortura, que no dir¨¦ china para no ofender, porque tambi¨¦n hay chinos que hablan catal¨¢n; aunque tambi¨¦n parezca una perversi¨®n sexual relacionada probablemente con los besos de tornillo. A buen seguro que lograr¨ªan m¨¢s -Artur, Artur Mas- dejando la ferreter¨ªa para cuestiones como quien dice de chapa, de dar la chapa (v.g. las competencias), y d¨¢ndole a la lengua lo suyo, el sabor. Es como lo del Presidente del Constitucional, que por no dejar la lengua quieta se ha metido en unas fontaner¨ªas de ¨®rdago con lo de que en algunas partes de Espa?a manaba el agua en espl¨¦ndidos jaccuzis. mientras en otras corr¨ªan los r¨ªos de Her¨¢clito pasando dos veces y m¨¢s por la misma mugre corporal sin llev¨¢rsela. Deber¨ªa haber tenido presente el circunspecto magistrado que la higiene de la lengua incumbe a la Academia, que la fija, la limpia y le da esplendor, pero que la corporal no figura en la Constituci¨®n ni siquiera bajo la especie de las comunidades. ?A ver si se ha confundido con las comunas, que era donde los jipis, seg¨²n la prensa de sus tiempos, no se lavaban?
Aunque para mal uso de la lengua, el de Bush y Rumsfeld que tachan a Francia y Alemania de vieja Europa y les aconsejan que recuerden las lecciones del pasado. ?Tendr¨¢n que acordarse de cuando Francia y Alemania estaban en guerra porque ¨¦sta quiso hacerse un imperio a base de someter a todos cuanto le rodeaban y m¨¢s? ?O habr¨¢ querido decir que sin los USA no hubieran sido nada, como no lo ser¨¢n si no les quita a Sadam Husein de encima? Sea como fuere, una cosa est¨¢ clara, la voluntad del petrolero Bush se burla no s¨®lo de la lengua en general -la retuerce hasta sacarle las flechas y los yugos-, sino m¨¢s espec¨ªficamente del discurso l¨®gico. Porque la campa?a que lleva para llegar a la guerra representa un aut¨¦ntico desprecio a la inteligencia (y a los gobiernos soberanos, y a la ONU y a la OTAN). Como est¨¢ metido en el negocio del petr¨®leo, como muchos de sus colaboradores y protectores, no parece sino que quiera cabalgar como el Llanero Solitario sobre los pozos iraqu¨ªes, aunque sea a costa de ennegrecer o chapapotear un poco m¨¢s el mundo. De ah¨ª que ennegrezca la sem¨¢ntica y la sintaxis para que, entre tanta oscuridad, nadie sepa si al fin dijo s¨ª a la guerra o lo dijeron por ¨¦l. Por eso y bastante m¨¢s -Artur-, Bush se merece un dardo no en la palabra, porque no la tiene, sino en la lengua. Lo predijo un chaval en la escuela: "Am¨¦rica estaba potenciada por cuatro grandes potencias y 13 colonos. Cinco colonos se dedican a la agricultura y los dem¨¢s a la econom¨ªa".
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