Un grupo espa?ol logra una vacuna que protege a los perros contra la leishmaniasis
Los canes transmiten a los humanos la enfermedad, que agrava a veces el curso del sida
Dos millones de personas contraen cada a?o la leishmaniasis, una enfermedad parasitaria end¨¦mica en 88 pa¨ªses (Espa?a entre ellos) que resulta a veces mortal y agrava en muchos casos el curso del sida. El foco de contagio son los perros, aunque se requiere la intermediaci¨®n de un insecto llamado mosca de la arena. Un grupo espa?ol ha logrado ahora una vacuna que protege totalmente del par¨¢sito al 60% de los perros, evita los s¨ªntomas en otro 20% y los reduce en el resto. Una multinacional farmac¨¦utica se ha interesado ya en el producto, que podr¨¢ comercializarse en dos a?os.
La vacuna ha sido desarrollada por el equipo de Vicente Larraga, del Laboratorio de Parasitolog¨ªa Molecular del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas en Madrid, en colaboraci¨®n con Juan Antonio Castillo y Javier Lucientes, parasit¨®logos de la Universidad de Zaragoza. El trabajo fue aceptado en diciembre por la revista cient¨ªfica Vaccine. En Espa?a hay siete millones de perros, de los que 560.000 (el 8%) est¨¢n infectados por la leishmania, un protista (microbio compuesto por una sola c¨¦lula, pero mucho m¨¢s complejo que una bacteria) no muy diferente del agente que causa la malaria. En los barrios residenciales en que abundan los perros, el porcentaje de animales infectados supera el 30%.
La diminuta mosca de la arena ingiere la leishmania al chupar la sangre de los perros infectados, y luego la transmite a las personas por el mismo procedimiento. Esta mosca tiene unos h¨¢bitos curiosos. "S¨®lo pican las hembras, y s¨®lo al amanecer y al anochecer. En pa¨ªses como Espa?a, donde la enfermedad es end¨¦mica en los perros, casi todo el mundo padece una infecci¨®n latente", explica Larraga.
Cuando una persona padece una bajada de defensas, como en el caso del sida y otras inmunodeficiencias, la leishmania hasta entonces latente empieza a prosperar en el organismo. La versi¨®n que infecta las v¨ªsceras puede causar la muerte. En Europa, el 25% de los infectados con el virus del sida padece a la vez una infecci¨®n de leishmania. "Hay evidencias de que ambos pat¨®genos se favorecen rec¨ªprocamente, lo que redunda en una mayor inmunosupresi¨®n y una progresi¨®n r¨¢pida de ambas enfermedades", dice Larraga. "Las coinfecciones por leishmania y el virus del sida son especialmente graves en el suroeste europeo". Si el contagio entre los perros se frenara gracias a la nueva vacuna, el ciclo natural de la leishmania quedar¨ªa interrumpido (al menos en un 60%), y los humanos tendr¨ªan una probabilidad menor de contagiarse.
Los perros difieren mucho en su susceptibilidad a contraer la leishmaniasis, y esto hab¨ªa supuesto hasta ahora una grave dificultad para probar vacunas candidatas. Los investigadores sortearon este problema utilizando unas dosis masivas del par¨¢sito (casi un mill¨®n de veces mayores que la inyectada por la mosca de la arena en el mundo real). Adem¨¢s, utilizaron leishmanias extra¨ªdas de los insectos reci¨¦n alimentados. Con estas mejoras, los cient¨ªficos lograron que las tasas de infecci¨®n fueran del 100% en ausencia de tratamiento, y pudieron evaluar la eficacia de su vacuna: una protecci¨®n total en el 60% de los perros.
Larraga espera que el porcentaje de protecci¨®n crezca cuando se utilicen dosis de leishmania m¨¢s cercanas a la situaci¨®n real. Los dos laboratorios est¨¢n ahora examinando esas dosis m¨¢s realistas, y abordando otros experimentos de ajuste fino que ser¨¢n necesarios antes de que la vacuna pueda ser comercializada.
La vacuna se basa en una prote¨ªna del par¨¢sito llamada LACK (siglas de "receptor de la kinasa C activada de leishmania"). Este tipo de prote¨ªna existe tambi¨¦n en el perro (y en el ser humano), pero la del par¨¢sito es lo bastante diferente como para que el sistema inmune no se confunda. Se sab¨ªa ya por estudios en ratones que esta prote¨ªna de leishmania era capaz de inducir una buena respuesta inmune (es un buen ant¨ªgeno, en la jerga), y ello a pesar de que no est¨¢ situada en la superficie del par¨¢sito -como suele ser el caso con los buenos ant¨ªgenos-, sino en su interior.
La vacuna no consiste en la prote¨ªna LACK como tal. La informaci¨®n para construir la prote¨ªna est¨¢ en un gen del par¨¢sito, y es ese gen el que los investigadores inyectan debajo de la piel del perro. Estas vacunas, llamadas de ADN desnudo, constituyen actualmente un campo de investigaci¨®n muy activo. Las c¨¦lulas de debajo de la piel se tragan el ADN, lo traducen a prote¨ªna (la prote¨ªna LACK), y exponen ¨¦sta en su membrana externa, donde puede ser reconocida como un agente extra?o por el sistema inmune. Los anticuerpos as¨ª producidos protegen despu¨¦s al animal contra las infecciones del par¨¢sito, puesto que ¨¦ste contiene la prote¨ªna LACK y es por tanto reconocido y destruido por las defensas.
El protocolo, en realidad, es algo m¨¢s complicado. Muchas vacunas se aplican en dos dosis, y ¨¦sta no es una excepci¨®n. Pero la segunda dosis no es de ADN desnudo, sino que introduce el mismo gen en el cuerpo del perro mediante un virus inocuo al que se ha manipulado en laboratorio.
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