El cuaderno del cart¨®grafo
TRIESTE, TODAV?A, sigue siendo una ciudad de frontera. Se cruzan en sus calles las voces, los personajes que un d¨ªa recorrieron las p¨¢ginas de Svevo, Saba, Slataper -siempre vivos en los reflejos del caf¨¦ Tommaseo- y la arquitectura que un d¨ªa Joyce describiera, contemplando la ciudad desde San Sabba. Magris nace en Trieste y quiz¨¢ es este hecho lo que en gran parte decidir¨¢ la condici¨®n de su escritura. Una condici¨®n que, ante todo, le lleva a mirar, narrar una extra?a geograf¨ªa de afueras lejanos o pr¨®ximos que en su movimiento configurar¨¢n el espacio intelectual de su trabajo, su territorio de escritor.
Con una brillante intuici¨®n premonitoria se cita con ese laboratorio espiritual que fue el Imperio Austroh¨²ngaro que, en los d¨ªas del fin-de-si¨¨cle, precipita su mito en un proceso de disoluci¨®n de lenguajes y formas, dando lugar al mundo fragmentado que la Chandosbrief anunciara. Desde esta primera lectura ir¨¢ construyendo un mapa de literaturas e ideas que pesar¨¢ a designar la Mitteleuropa de nuestro imaginario. Con dicho mapa se descentra la geograf¨ªa habitual de una memoria en crisis para abrirla a un cruce de relaciones nuevas como las que se recorren en Lejos de d¨®nde. Joseph Roth y la tradici¨®n hebraico-oriental. La fuga del shtetl oriental pone en camino a aquellos hebreos europeos que pasar¨¢n a ser fermento de nuevos relatos, entre la piedad y la iron¨ªa. Magris los acompa?ar¨¢ en el umbral de sus silencios o en la escritura cifrada de su memoria.
Un viaje que, m¨¢s adelante, hallar¨¢ en El Danubio el verdadero alcance de una fascinaci¨®n. Viaje sentimental, si queremos, por una geograf¨ªa que la historia ha delimitado pero que vuelve ahora a imponerse con toda su complejidad. Un libro que describe la historia de una Europa rescatada, m¨¢s all¨¢ de las fronteras cada vez m¨¢s borrosas. En sus l¨ªmites, todos aquellos nombres que arrastran el tiempo de una historia que se transforma, que cambia su rostro, libera sus fronteras, establece un tiempo y espacio nuevos pendientes de habitar. Se trata de volver a pensar esa nueva situaci¨®n que Magris, como cart¨®grafo moral, vuelve a dibujar en sus ensayos posteriores como Microcosmos y Utop¨ªa y desencanto. Ya se trate de los acontecimientos m¨¢s cercanos o de aquellos otros que decidir¨¢n la historia, la mirada de Magris sigue atenta al ritmo de intervalos e inflexiones, de aquellos tiempos que marcan el cambio de las ¨¦pocas, de la nuestra. Una mirada que fascina por saber reunir en sus notas aquellas voces cuyo eco atraviesa las fronteras.
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