Hospitales
Los candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid gozan de buena salud. Ni est¨¢n enfermos ni la actividad pol¨ªtica mina, que se sepa, la salud de quienes elaboran sus programas electorales. A pesar de ello, las ¨²ltimas propuestas rezuman una hipocondria aparentemente patol¨®gica, porque a todos les ha entrado una fiebre casi obsesiva por construir hospitales en la regi¨®n. No un hospital ni dos, sino muchos hospitales, como si Madrid hubiera entrado de s¨²bito en estado de emergencia.
El candidato del PSOE, Rafael Simancas, ha dicho p¨²blicamente que, si gana las elecciones, piensa levantar cuatro centros hospitalarios como cuatro soles. Los municipios beneficiados ser¨ªan, seg¨²n dijo, los de Aranjuez, Parla, Alcobendas y alguno del corredor del Henares. Simancas tiene un aspecto saludable, quiz¨¢ algo triste por los disgustos que le dan los suyos, pero no parece enfermo. Tampoco da imagen de achacoso Fausto Fern¨¢ndez, el hombre que ha elegido Izquierda Unida para conquistar la Puerta del Sol. El acelerado encanecimiento del pelo y de sus doctorales barbas no responde a ninguna afecci¨®n. Todo parece indicar que ese proceso de plateado intenso es m¨¢s bien consecuencia de las ¨²ltimas trifulcas en el seno de su coalici¨®n y de los malos augurios electorales. Lo cierto es que don Fausto no har¨ªa cuatro, sino cinco hospitales en Madrid, si los ciudadanos le bendijeran con su voto el 25 de mayo. Cuatro, Simancas; cinco, Fern¨¢ndez: ?qui¨¦n da m¨¢s?
Pues m¨¢s, mucho m¨¢s dice que da Esperanza Aguirre. Ni cuatro, ni cinco, sino siete se?ores hospitales son los que promete la candidata del PP, dejando en precario la oferta de la izquierda en materia sanitaria. Do?a Esperanza apuesta por la salud en su campa?a exhibiendo un aspecto inmejorable y una holgura en la falda que le proporciona gran seguridad en s¨ª misma. Su encomiable pugna por el cuerpo Danone ha sido vistosamente complementada con ropa de Zara, una revoluci¨®n popular del armario, que realiz¨® tras descartar el mono de miliciana, que siempre hace pistoleras.
Si la se?ora Aguirre gana las elecciones, los centros sanitarios brotar¨¢n como setas en los cuatro puntos cardinales de la regi¨®n. Bien es verdad que en la oferta va incluido el hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, donde hace dos a?os pusieron la primera piedra y a¨²n no han puesto la segunda. Tambi¨¦n est¨¢ el de Aranjuez, que prometi¨® Gallard¨®n en las pasadas elecciones del 99 y que en cuatro a?os ni siquiera han encontrado una piedra para inaugurar las obras. Es evidente que las promesas electorales de Esperanza Aguirre han dejado ostentosamente al aire el trasero de Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz, el actual consejero de Sanidad. Ech¨¢niz sostuvo contra viento y marea que en Madrid no hac¨ªan falta nuevos hospitales y ahora viene la candidata de su partido y promete siete de un golpe. Y no s¨®lo eso, el se?or consejero ha venido defendido como un logro poco menos que hist¨®rico la reducci¨®n a seis meses de la espera m¨¢xima para ser operado, mientras que el compromiso de do?a Esperanza es que nadie tenga que guardar cola mas de 30 d¨ªas.
Albino Navarro, que fue un buen director regional del Insalud, dice que la sanidad p¨²blica es capaz de absorber recursos de forma ilimitada, porque siempre es mejorable. Puede mejorarse la gesti¨®n, distribuir los medios con mayor acierto e incentivar a los profesionales para optimizar su rendimiento, pero al final hay que poner m¨¢s dinero, y ese dinero, detraerlo de otro lugar. Es decir, justo lo contrario de lo que han hecho con la sanidad militar, en cuyo desastre merecer¨¢ la pena fijarse m¨¢s detenidamente.
Una vez constatada la buena salud de los tres candidatos a la Comunidad de Madrid, est¨¢ claro que su coincidente inter¨¦s por otorgar un trato preferente a las mejoras en el sistema sanitario no son casuales. Los partidos que representan han debido captar el descontento de la ciudadan¨ªa con el servicio que la Administraci¨®n les presta en el cuidado de la salud y ven all¨ª un fil¨®n de votos. Es verdad que en la atenci¨®n primaria ha habido progresos notables, pero la hospitalaria sigue presentando, desde las urgencias hasta los quir¨®fanos, pasando por las habitaciones, deficiencias verdaderamente intolerables. Todos pujan por una sanidad mejor, lo que hace falta es que quien gane la subasta cumpla.
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