El PP valenciano convierte el trasvase del Ebro en el eje central de su campa?a electoral

El PP de la Comunidad Valenciana ha abandonado todos los frentes para centrarse para las auton¨®micas de mayo en la defensa del Plan Hidrol¨®gico Nacional (PHN) y del trasvase de aguas del Ebro hacia tierras valencianas que prev¨¦ el proyecto aprobado hace un a?o y medio por el Gobierno central. Convencidos de que con esta apuesta obtendr¨¢n r¨¦dito electoral de las claras discrepancias que las diversas federaciones socialistas implicadas -Valencia, Arag¨®n, Catalu?a, Castilla-La Mancha y Murcia- muestran en torno al proyecto hidrol¨®gico, los populares valencianos han echado el resto, pese al peligro que representa la reapertura de la batalla del agua, hasta el punto de implicar a las instituciones.

El Consell y las Cortes Valencianas han acordado apoyar, incluso econ¨®micamente, una manifestaci¨®n a favor del PHN y del trasvase convocada para el 2 de marzo en Valencia por organizaciones agrarias y empresariales pr¨®ximas al Partido Popular. Los partidos de la oposici¨®n acusan al PP de "utilizar" el agua como argumento electoral.

Los dirigentes populares valencianos creen haber encontrado una mina electoral en el voto en contra de los socialistas el d¨ªa de la aprobaci¨®n del PHN. Y est¨¢n convencidos de que esa decisi¨®n, debidamente aprovechada, puede restar votos al principal partido de la oposici¨®n. No en vano, el agua, m¨¢s bien su escasez, en especial en el sur, constituye un problema en el Pa¨ªs Valenciano, especialmente para el sector agr¨ªcola, aunque tambi¨¦n para el urban¨ªstico y el tur¨ªstico. El problema se ha agravado en los ¨²ltimos a?os debido a la sobreexplotaci¨®n de los acu¨ªferos en la cuenca del J¨²car propiciada por la instauraci¨®n de nuevos regad¨ªos en Castilla-La Mancha, pero tambi¨¦n por el constante aumento de la demanda, propiciado fundamentalmente por una expansi¨®n urban¨ªstica que parece no tener freno.

Patriotismo hidrol¨®gico

Hace falta m¨¢s agua, pero no s¨®lo para la agricultura. El PP se llena la boca de promesas hacia los agricultores, pero calla que no es s¨®lo el mundo agrario, al que utiliza como coartada, el que necesita y exige m¨¢s agua. Tambi¨¦n el mundo empresarial reclama nuevas aportaciones h¨ªdricas, y las organizaciones patronales no tienen empacho en reconocer sin ambages que quieren el agua para construir m¨¢s, especialmente en la ya depauperada y ocupada costa valenciana, tanto chalets y apartamentos como campos de golf.

Pero lo que est¨¢ en juego no es el agua -el PHN y los trasvases tardar¨¢n a¨²n muchos a?os en hacer que ¨¦sta llegue a tierras valencianas-, sino la Generalitat. El PP, que gobierna en la Comunidad Valenciana desde 1995, con una c¨®moda mayor¨ªa absoluta desde 1999, es consciente de que la tendencia electoral no le resulta demasiado favorable y de que perder esa mayor¨ªa absoluta puede significar su desalojo de la Generalitat, dado que ni Uni¨®n Valenciana, su primer socio de gobierno en 1995, que se qued¨® fuera de las Cortes Valencianas en 1999, ni el Bloc, que tampoco consigui¨® representaci¨®n parlamentaria, lo volver¨¢n a tener dif¨ªcil en mayo. En esas circunstancias, aunque el PP fuera el partido m¨¢s votado, los socialistas podr¨ªan volver al poder con el apoyo de Esquerra Unida.

De ah¨ª que el candidato popular a presidente de la Generalitat, Francisco Camps, haya recordado una y otra vez c¨®mo asisti¨® desde la vicepresidencia del Congreso a la votaci¨®n del PHN y vio c¨®mo los diputados socialistas valencianos, entre ellos Joan Ignasi Pla, secretario general del PSPV y aspirante a presidir el Consell, votaron en contra de los planes del Gobierno. En su traducci¨®n, "votaron en contra de traer agua del Ebro para los valencianos". El fil¨®n es de tal calibre y toca una fibra tan sensible, seg¨²n fuentes del PP, que se presta a la movilizaci¨®n ciudadana a partir de consignas elementales. Los empresarios valencianos ya se han prestado al juego de lo que un ex dirigente socialista define como "patriotismo hidrol¨®gico". Cierval, la patronal regional, impuls¨® un gran acto de corte empresarial en favor del PHN que se celebr¨® en Valencia a principios de diciembre pasado. Para dar cuerpo al acontecimiento, Cierval invit¨® a los empresarios de Murcia y Almer¨ªa a sumarse a la demostraci¨®n. La invitaci¨®n desemboc¨® en la constituci¨®n de una gran asociaci¨®n de patronales y c¨¢maras de comercio desde Castell¨®n hasta Almer¨ªa en apoyo del proyecto. El propio Camps acord¨® una iniciativa parlamentaria que el PP present¨® en las Cortes Valencianas, que llegaba a exigir que todos los representantes electos en la Comunidad Valenciana, de cualquier partido y en cualquier parlamento, apoyar¨ªan el PHN. El eje de la precampa?a vuelve a cobrar vigencia ahora a ra¨ªz de una manifestaci¨®n convocada por tres asociaciones agrarias provinciales pr¨®ximas al PP, AVA, Fepac y J¨®venes Agricultores de Alicante. La manifestaci¨®n est¨¢ convocada para el d¨ªa 2 de marzo en Valencia y el PP espera que vaya mucha gente, aunque para ello tenga que implicar, incluso financieramente, a las instituciones que controla. Todo con tal de hacer realidad los deseos del presidente del partido, ex presidente de la Generalitat y actual ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, quien ha comentado alguna vez en privado que le gustar¨ªa congregar a "un mill¨®n" de personas en Valencia en una marcha a favor del PHN.

Dicho y hecho. El Consell aprob¨® el pasado martes sumarse a la iniciativa del PP con el objetivo de fomentar la manifestaci¨®n y colaborar con sus organizadores "para lograr la mayor participaci¨®n ciudadana". Y el viernes las Cortes Valencianas hicieron otro tanto en un pleno extraordinario convocado al efecto y que se convirti¨® en un mitin electoral. No hab¨ªa banderitas, ni pancartas, ni m¨²sica; tampoco se hab¨ªan colocado los grandes carteles al uso con el careto del candidato de turno, elementos todos ellos normales en los m¨ªtines electorales, pero cuya presencia no permite el reglamento de las Cortes Valencianas en las sesiones plenarias en el hemiciclo, donde toda esa simbolog¨ªa no tiene cabida y el p¨²blico tiene vetado "dar muestras de aprobaci¨®n o desaprobaci¨®n".