La fiscal¨ªa investiga la concesi¨®n de cientos de visados fraudulentos en el consulado de Tetu¨¢n
La sede consular espa?ola dio irregularmente documentos de viaje a falsos turistas marroqu¨ªes
La Fiscal¨ªa General del Estado tiene en su poder, desde noviembre pasado, un informe sobre la concesi¨®n de cientos de visados irregulares a falsos turistas marroqu¨ªes en el consulado espa?ol de Tetu¨¢n (Marruecos). El informe, fruto de la investigaci¨®n realizada por dos inspectores de Exteriores, se ha remitido al fiscal para que ¨¦ste "aprecie si, m¨¢s all¨¢ de las irregularidades administrativas, hay indicios constitutivos de delito" y ordene una investigaci¨®n adicional u opta por querellarse contra el ex consul espa?ol en la ciudad, Navarro de Zuvillaga, seg¨²n la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica.
Excepto el pasaporte, no se aportaban los documentos necesarios para otener el visado
Antonio Luis casi pod¨ªa circular a ciegas por la carretera Tetu¨¢n-Casablanca. Un d¨ªa de oto?o de 1999, su jefe, el c¨®nsul general de Espa?a en Tetu¨¢n, Antonio Navarro de Zuvillaga, de 61 a?os, le mand¨® a Casablanca a recoger a un marroqu¨ª, agricultor. Hasta finales de 2001 hizo muchos viajes hasta la capital econ¨®mica de Marruecos al volante de un Peugeot gris con matr¨ªcula consular. A veces fue a la estaci¨®n de T¨¢nger a buscar al agricultor, que siempre tra¨ªa un lote de pasaportes.
Antonio Luis, el ch¨®fer del c¨®nsul, observ¨® desde un primer momento que el agricultor llevaba una cartera con pasaportes marroqu¨ªes. Cada una de sus estancias en la capital del antiguo protectorado espa?ol coincidi¨® con la expedici¨®n de un pu?ado de visados de turismo a marroqu¨ªes, generalmente obreros, alba?iles, campesinos, tapiceros, ch¨®feres y estudiantes.
Todos ellos resid¨ªan fuera de la demarcaci¨®n consular de Tetu¨¢n, en su mayor¨ªa en el ¨¢rea de Casablanca. Excepto el pasaporte, ninguno aportaba las garant¨ªas requeridas (t¨ªtulos de transporte, extracto de cuenta bancaria, n¨®mina) para la obtenci¨®n del visado de entrada en Espa?a.Todos, sin embargo, lo consiguieron.
La mitad de la decena de integrantes del equipo de visados del consulado atestiguan que el codiciado documento de viaje fue concedido sin efectuarse la tramitaci¨®n habitual. Cumpliendo instrucciones, los empleados consulares rellenaron ellos mismos, a m¨¢quina, el impreso de solicitud de visado -aunque casi nunca lo firmaron- y, con el visto bueno del c¨®nsul, picaron (aposici¨®n de la etiqueta infalsificable) los pasaportes. As¨ª hasta cerca de 300. Navarro de Zuvillaga abonaba de su bolsillo las tasas.
El art¨ªculo 10 B de la Ley de Extranjer¨ªa, y tambi¨¦n la legislaci¨®n anterior, se?ala que los c¨®nsules pueden, excepcionalmente, conceder visados a personas residentes fuera de su demarcaci¨®n siempre y cuando aporten la documentaci¨®n requerida, exista una causa justificada y los solicitantes acudan personalmente al consulado. Nada de esto se cumpli¨®. Desde un punto de vista administrativo, todos esos visados han sido concedidos irregularmente.
Tras la obtenci¨®n de los visados, sus beneficiarios cruzaron la frontera espa?ola y, seg¨²n sospecha la polic¨ªa, no regresaron a Marruecos al cumplirse la fecha de caducidad. Aquellos documentos irregulares dejaron de ser expedidos a finales de 2001, despu¨¦s de que la polic¨ªa local manifestase al consulado su sorpresa por el hecho de que numerosos marroqu¨ªes con visado obtenido en Tetu¨¢n viajaban a Espa?a desde T¨¢nger en lugar de hacerlo a trav¨¦s de la cercana Ceuta. Sal¨ªan por T¨¢nger porque est¨¢ mejor comunicado con Casablanca.
Los testimonios del ch¨®fer y de 10 miembros del equipo consular de visados han sido incorporados al informe elaborado, a finales de noviembre, por dos inspectores del Ministerio de Asuntos Exteriores que pasaron tres d¨ªas en la sede consular de la antigua plaza de Primo de Rivera.
El documento, redactado por Juan Mar¨ªa L¨®pez Aguilar, diplom¨¢tico destinado en la Inspecci¨®n General de Servicios, y Secundino Vicente, comisario de polic¨ªa adscrito a la Direcci¨®n General de Asuntos Consulares, fue remitido al subsecretario del ministerio, Jos¨¦ Pedro Sebasti¨¢n de Erice.
?ste decidi¨®, a su vez, en diciembre, "enviar el informe a la Fiscal¨ªa General del Estado para que aprecie si, m¨¢s all¨¢ de las irregularidades administrativas, hay indicios constitutivos de delito" y pida una investigaci¨®n adicional u opte por querellarse contra el c¨®nsul, seg¨²n se?al¨® a EL PA?S la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica (OID).
A la espera de lo que decida la fiscal¨ªa, Navarro de Zuvillaga, que ces¨® voluntariamente en su cargo a finales de julio, no ha sido sancionado por Sebasti¨¢n de Erice por sus faltas administrativas, precisa la OID.
"Esto es indignante", afirma por tel¨¦fono Navarro de Zuvillaga, ahora jefe de servicio en el gabinete t¨¦cnico de la Subsecretar¨ªa de Exteriores. "Me entero por la prensa de la existencia de esa inspecci¨®n. Me siento indefenso, porque ni los inspectores se han dirigido a m¨ª ni he le¨ªdo su informe. No he cometido irregularidades, pero no voy a entrar a discutir lo que usted me traslada. S¨®lo responder¨¦ cuando tenga conocimiento oficial de lo que se me acusa", agrega.
Navarro de Zuvillaga ignora las faltas que se le reprochan porque el reglamento de la Inspecci¨®n General de Servicios prev¨¦ la elaboraci¨®n de informaci¨®n reservada que no se comunica al afectado.
El ex c¨®nsul sab¨ªa, no obstante, que se hab¨ªa llevado a cabo una investigaci¨®n en Tetu¨¢n, porque un compa?ero suyo de promoci¨®n le inform¨® amistosamente el pasado oto?o.
Las denuncias se remontan a 1999
Las denuncias sobre anomal¨ªas de todo tipo cometidos en el consulado de Tetu¨¢n circulaban desde finales de 1999. Eran objeto de comentario en la Embajada de Espa?a en Rabat y en el ministerio de Asuntos Exteriores, en Madrid, al que hab¨ªan llegado cartas an¨®nimas y firmadas en las que se denunciaba la situaci¨®n.
En EL PA?S se recibieron tambi¨¦n dos llamadas de espa?oles residentes en Ceuta, que se identificaron, y que se?alaban el at¨ªpico funcionamiento de la representaci¨®n diplom¨¢tica.
Joaqu¨ªn Benet, un corredor de seguros residente en Tetu¨¢n, aprovech¨®, por su parte, una recepci¨®n con motivo de la visita del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, al norte de Marruecos en el a?o 2000 para manifestar al s¨¦quito su disgusto por lo que aparentemente suced¨ªa en la sede consular. Hasta la prensa marroqu¨ª se hab¨ªa hecho eco de la situaci¨®n an¨®mala, aunque sin dar detalles.
Carlos Carderera, el entonces subsecretario, orden¨® que se hiciese una primera inspecci¨®n en Tetu¨¢n en noviembre de 2001. Corri¨® a cargo de Mariano Uriarte, cuyo informe no recog¨ªa ninguna disfunci¨®n. "De acuerdo con la directriz marcada, mi informe tuvo dos partes", explica Uriarte, actual c¨®nsul general en R¨ªo de Janeiro. "Hubo una escrita m¨¢s gen¨¦rica y otra verbal en la que llam¨¦ la atenci¨®n sobre las circunstancias especiales que all¨ª concurr¨ªan".
El rey Mohamed VI acababa entonces de llamar a consultas a su embajador en Madrid "y no era el mejor momento para tirar piedras contra nuestro propio tejado destapando una posible escandalera", recuerda un diplom¨¢tico que pide permanecer en el anonimato. "Por ese motivo", a?ade la misma fuente, "se quisieron olvidar las observaciones orales" del inspector Uriarte. Hace seis meses, lleg¨® a Tetu¨¢n un nuevo c¨®nsul, Carlos Blasco. Pidi¨® insistentemente una investigaci¨®n que, por fin, obtuvo en noviembre y cuyas conclusiones obran ahora en poder de la fiscal¨ªa.
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