Una gran coalici¨®n gobierna de hecho en Berl¨ªn
Los resultados de ayer apuntalan a¨²n m¨¢s lo que ya de por s¨ª es una recurrente caracter¨ªstica del sistema pol¨ªtico alem¨¢n: el hecho de que el Gobierno -elegido con las mayor¨ªas parlamentarias del Bundestag (C¨¢mara baja)- muchas veces tiene que gobernar de acuerdo con la oposici¨®n, que, con frecuencia, controla el Bundesrat (la C¨¢mara alta, en la que toman asiento los 16 Gobiernos regionales de otros tantos Estados federados). La CDU y su hermana b¨¢vara, la CSU, disponen ahora de 41 de los 69 votos repartidos en el Bundesrat, gracias tambi¨¦n a algunas alianzas regionales con los liberales del FDP. Aunque sean seis votos m¨¢s que los 35 con los que contaban hasta ahora, los democristianos todav¨ªa no alcanzan a sumar una mayor¨ªa de dos tercios, que permitir¨ªa adelantar una oposici¨®n frontal contra la mayor¨ªa gubernamental en el Bundestag.
Aun as¨ª, el poder del Bundesrat es apreciable: m¨¢s de la mitad de las leyes alemanas -aquellas que afectan directamente los intereses de los l?nder- tienen que contar con su visto bueno. El Gobierno rojiverde, por tanto, tendr¨¢ que tener muy en cuenta las posiciones conservadoras a la hora de preparar sus proyectos. Si ¨¦stos se muestran dispuestos a la concertaci¨®n -todo indica que as¨ª lo har¨¢n; una pol¨ªtica de obstrucci¨®n total, hist¨®ricamente, ha tenido altos costes electorales-, Alemania, de facto, ser¨¢ gobernada por una gran coalici¨®n. Ello podr¨ªa permitir la puesta en marcha de profundas reformas econ¨®micas y sociales, seg¨²n augura el ministro de Econom¨ªa, Wolfgang Clement.
Para comenzar, el Bundesrat tiene que aprobar el impopular paquete de medidas fiscales decidido por el Gobierno tras las elecciones del 22 de septiembre. Durante las campa?as de Hesse y Baja Sajonia, los conservadores no se cansaron de condenar lo que llamaron un cat¨¢logo de "48 aumentos de impuestos". Tras la victoria electoral, sin embargo, este rechazo frontal podr¨ªa cambiar: el aumento de la presi¨®n fiscal, al fin y al cabo, beneficia tambi¨¦n a los l?nder, casi todos ellos con problemas presupuestarios igual de severos que los del Estado federal.
A cambio de una actitud m¨¢s conciliadora en este punto, los democristianos han dado a entender que esperan del Gobierno nuevas reformas del mercado laboral, incluida la posibilidad de facilitar los despidos. Otros puntos a concertar en los pr¨®ximos meses ser¨¢n una profunda reestructuraci¨®n de la sanidad y, eventualmente, nuevos cambios en el sistema de pensiones. Son cuestiones que conllevar¨¢n dolorosos recortes al Estado de bienestar alem¨¢n.
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