El rescate que nunca existi¨®
Las posibilidades de salvar a la tripulaci¨®n de haberse evaluado correctamente el riesgo eran escasas, pero reales
La NASA podr¨ªa haber empezado a planear el rescate de los astronautas s¨®lo un d¨ªa despu¨¦s del lanzamiento, cuando comprob¨® por los v¨ªdeos que ochenta segundos despu¨¦s del despegue se desprendi¨® del dep¨®sito de combustible material pl¨¢stico que golpe¨® el ala izquierda del transbordador. Se analiz¨® el percance y se lleg¨® a la conclusi¨®n de que el percance no entra?aba un riesgo especial. De haber llegado a la conclusi¨®n contraria, ?podr¨ªa haberse intentado un rescate en vuelo de los siete tripulantes? Las opciones disponibles para salvar a la tripulaci¨®n eran escasas y arriesgadas, casi de ciencia ficci¨®n, pero al menos una era posible: enviar otro transbordador.
Normalmente, el lanzamiento de un trasbordador requiere cuatro meses de preparaci¨®n pero los ingenieros de la NASA dicen ahora, en retrospectiva, que el Atlantis habr¨ªa podido salir en una misi¨®n de urgencia en el plazo de una semana. Para ello tendr¨ªan que haber obviado todos los controles de seguridad previos a un lanzamiento pero el Atlantis habr¨ªa llegado justo a tiempo, porque los astronautas del Columbia ten¨ªan combustible y v¨ªveres hasta el mi¨¦rcoles, y a¨²n podr¨ªan haber permanecido en ¨®rbita sin problemas otros dos o tres d¨ªas m¨¢s.
Otra posibilidad con la que se ha especulado, la de abandonar la nave y saltar a la Estaci¨®n Espacial Internacional, era sin embargo nula. De entrada, el Columbia estaba en una ¨®rbita muy alejada de la estaci¨®n espacial y no llevaba combustible suficiente para acercarse. Incluso si hubiera tenido el suficiente hidr¨®geno y ox¨ªgeno l¨ªquido para el desplazamiento, carec¨ªa del m¨®dulo de acoplamiento a la estaci¨®n debido a que tal maniobra no formaba parte de su misi¨®n. La ¨²nica opci¨®n habr¨ªa sido aproximarse flotando en un paseo espacial y s¨®lo dos de los siete astronautas estaban entrenados para realizarlo, Michael Anderson y David Brown.
Por esa raz¨®n, tampoco habr¨ªa sido factible intentar salir de la nave para inspeccionar los da?os en el ala izquierda. Tal paseo habr¨ªa sido suicida al no existir ninguna pieza para agarrarse en el exterior ni contar tampoco con un sistema de propulsi¨®n para lanzarse fuera del trasbordador. Se habr¨ªan quedado flotando y s¨®lo llevaban ox¨ªgeno para ocho o nueve horas.
Los astronautas tampoco estaban entrenados ni equipados para reparar las placas de protecci¨®n t¨¦rmica, supuestamente da?adas por el golpe del material pl¨¢stico que salt¨® del dep¨®sito de combustible a los ochenta segundos del despegue, y que seg¨²n las investigaciones preliminares ha sido la causa del siniestro. La NASA se?ala que es t¨¦cnicamente imposible dotar a los transbordadores de un sistema de reparaci¨®n o reposici¨®n de las losetas aislantes porque hay m¨¢s de 20.000 y son distintas entre s¨ª. "Una vez en ¨®rbita no hab¨ªa nada que pudi¨¦ramos hacer, aunque yo no puedo dejar de pensar en si hab¨ªa algo que hubi¨¦ramos podido hacer y no hicimos", coment¨® ayer el director del programa del trasbordador Ron Dittemore.
Las dificultades para rescatar a los astronautas no justifican la falta de previsi¨®n que ha mostrado tener la NASA, sostienen sus cr¨ªticos. Un hecho es incuestionable: tras la ca¨ªda del material pl¨¢stico sobre el ala izquierda, los responsables de la misi¨®n ni siquiera intentaron examinar los posibles da?os usando un telescopio o alguno de los sat¨¦lites-esp¨ªa; tampoco le pidieron a la tripulaci¨®n de la estaci¨®n espacial que enfocara sus c¨¢maras hacia esa parte del trasbordador. Y dado que la evaluaci¨®n del riesgo fue incorrecta, tampoco analizaron el envi¨® de la nave Atlantis para salvar a los astronautas. Probablemente ha sido la peor decisi¨®n de su historia.
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