?Y ahora ...?
La p¨¦rdida de los siete astronautas del transbordador espacial Columbia es uno de los eventos m¨¢s tr¨¢gicos de la era espacial. Siendo devastador para los profesionales de este sector el admitir que despu¨¦s de 40 a?os de desarrollo espacial todav¨ªa hay hombres y mujeres que pierden su vida en busca de avances cient¨ªficos y tecnol¨®gicos y de la exploraci¨®n de nuestro universo, a¨²n hay otro factor de profunda preocupaci¨®n: el efecto negativo que esta tragedia supone en un sector en profunda crisis. Esta tragedia tendr¨¢ importantes efectos en la industria espacial estadounidense que supone el 80% del volumen mundial del sector y por ello es de esperar un efecto alarmante en la industria europea y en el sector espacial espa?ol.
"Es de esperar un efecto alarmante en la industria europea y en el sector espacial espa?ol"
La industria espacial espa?ola, que emplea a m¨¢s de 3.000 personas altamente cualificadas en cerca de 20 empresas, mueve un volumen anual de 325 millones de euros y se ha ganado en los ¨²ltimos a?os un reconocido prestigio por su alto nivel tecnol¨®gico y de competitividad. Hoy en d¨ªa, los principales actores del sector espacial, tanto comerciales como institucionales, adjudican a empresas espa?olas, en dura competencia con el resto de empresas europeas, proyectos que van desde la fabricaci¨®n de componentes para lanzadores hasta el dise?o de sofisticadas misiones interplanetarias para la exploraci¨®n del universo.
El primer programa que se ver¨¢ seriamente afectado es la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS), la m¨¢s ambiciosa infraestructura espacial jam¨¢s construida. La participaci¨®n europea se basa fundamentalmente en el laboratorio espacial multifunci¨®n Columbus y la nave de transporte autom¨¢tica (ATV) para llevar provisiones, experimentos y equipos a la ISS, as¨ª como para sacar de la estaci¨®n los desechos generados. Dentro de esta participaci¨®n hay una importante contribuci¨®n de numerosas empresas espa?olas. La ISS contaba con la capacidad de los transbordadores espaciales para su construcci¨®n modular. La parada obligatoria de toda la flota de transbordadores pone en serio peligro la construcci¨®n y posterior uso de la ISS. El ¨²nico veh¨ªculo para llevar y traer astronautas es la nave rusa Soyuz, para s¨®lo tres tripulantes. El riesgo de abandono o retraso de la ISS tendr¨¢ un efecto muy negativo en las empresas espa?olas involucradas en el proyecto.
Pero lo peor es que esta tragedia no hace sino profundizar en un a?o de continuas desgracias para el sector espacial en Europa, que es el principal entorno de nuestra industria. En el campo de los lanzadores, el reciente fallo del vuelo 157 del Ariane 5 ECA (10 toneladas), no s¨®lo ha supuesto la destrucci¨®n de dos sofisticados sat¨¦lites de comunicaciones, sino que ha puesto en entredicho todo el programa de verificaci¨®n y pruebas del m¨¢s ambicioso medio europeo de acceso al espacio. Los lanzamientos del Ariane 5 han sido suspendidos hasta que una profunda revisi¨®n del sistema de calificaci¨®n y prueba sea llevada a cabo. Las previsiones m¨¢s optimistas indican que hasta finales de este a?o no se reanudar¨¢n los vuelos. Esta cat¨¢strofe se une a la dur¨ªsima competencia que Ariane sufre por parte de los fabricantes de lanzadores estadounidenses, que, con una parte sustancial de su volumen de negocio asegurado por lanzamientos institucionales (civiles y defensa), presentan una importante ventaja competitiva con respecto al lanzador europeo.
El programa espacial cient¨ªfico de la Agencia Espacial Europea (ESA) tampoco escapa a esta profunda crisis. El recorte presupuestario que sufri¨® en la conferencia ministerial de noviembre de 2001 supuso la necesidad de realizar un inmenso esfuerzo para mantener un programa que a la postre proporcione a los cient¨ªficos europeos el retorno m¨ªnimo que les permita mantener el alt¨ªsimo nivel de excelencia en campos como la astrof¨ªsica y las ciencias de la Tierra. Todo esto se agrava con el anteriormente comentado fallo de Ariane 5, que ha evitado que otro veh¨ªculo de su versi¨®n anterior lanzase la misi¨®n Rosetta, la m¨¢s ambiciosa del programa cient¨ªfico, cuyo objetivo es analizar in situ la composici¨®n del n¨²cleo de un cometa activo. La ventana de lanzamiento para Rosetta se cerr¨® a finales de enero, lo que hace imposible su viaje previsto hasta el cometa Wirtanen. Varios expertos europeos, entre ellos empresas espa?olas, est¨¢n intentando encontrar la mejor alternativa para esta misi¨®n, que como m¨ªnimo se retrasar¨¢ un a?o, con un coste adicional que puede llegar a los 100 millones de euros.
La crisis global del mercado de las comunicaciones ha tenido tambi¨¦n un efecto muy negativo en los principales constructores de sat¨¦lites europeos, que son algunos de los principales clientes de una parte considerable de empresas espa?olas del sector. No hay que olvidar que en Europa el sector comercial (b¨¢sicamente telecomunicaciones) supone el 50% del volumen del mercado espacial.
Para completar el panorama desolador con el que se encontraba la industria espacial espa?ola antes de la tragedia del Columbia, Galileo, el proyecto espacial europeo m¨¢s esperado y ambicioso, todav¨ªa sigue bloqueado por el desacuerdo entre los pa¨ªses participantes. Galileo consiste en una constelaci¨®n de 30 sat¨¦lites para proporcionar servicios de navegaci¨®n m¨¢s seguros y precisos que el sistema equivalente estadounidense (GPS). Es un proyecto conjunto de la ESA y la Uni¨®n Europea, y aunque ha sido suscrito en m¨¢s de un 100% por los pa¨ªses participantes, ¨¦stos no han llegado todav¨ªa a un acuerdo sobre el reparto de dichas participaciones. Este desacuerdo est¨¢ originando un importante retraso que ha llevado a la industria, y al mismo proyecto, a una situaci¨®n cr¨ªtica.
Las consecuencias de esta dram¨¢tica serie de acontecimientos, lamentablemente ya han empezado a dejarse sentir en las m¨¢s importantes empresas europeas del sector, que han llevado a cabo, o anunciado, cierres parciales o totales de establecimientos y despidos masivos. El agravamiento derivado del desastre del Columbia har¨¢ que la industria espacial espa?ola se vea tambi¨¦n duramente afectada, con la p¨¦rdida de unos puestos de trabajo altamente cualificados, y unas capacidades tecnol¨®gicas que nos ha costado m¨¢s de 20 a?os conseguir.
Es precisamente ahora, cuando la situaci¨®n es cr¨ªtica para el sector espacial en Espa?a, cuando la Administraci¨®n p¨²blica debe reafirmarse en su determinaci¨®n de mantener una soberan¨ªa cient¨ªfica y tecnol¨®gica en el sector espacial. Un mensaje institucional claro y r¨¢pido de apoyo a la industria espacial espa?ola ser¨ªa la mejor manera de mitigar esta crisis. El sostenimiento, puesta en marcha e incluso la aceleraci¨®n de los proyectos espaciales institucionales es la ¨²nica forma de mantener una industria que ha llegado a un grado de excelencia tecnol¨®gica equiparable a los principales competidores europeos y que nos permitir¨¢ no s¨®lo llevar a cabo misiones de monitorizaci¨®n de los recursos terrestres, seguimiento de desastres ecol¨®gicos, vigilancia de incendios, investigaci¨®n b¨¢sica, astrof¨ªsica, comunicaciones, teleeducaci¨®n, biotecnolog¨ªa, aplicaciones de navegaci¨®n a¨¦rea y terrestre, exploraci¨®n del sistema solar y dem¨¢s, sino transferir dicha tecnolog¨ªa a nuestra vida cotidiana, en la que cada vez incorporamos m¨¢s elementos que no existir¨ªan si no se hubiesen desarrollado por necesidades de la exploraci¨®n espacial.
Miguel Bell¨® Mora es director de DEIMOS Space.
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