Arbitrariedad
Esta semana ha vuelto a saltar a los medios de comunicaci¨®n una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa, por la que se declara nulo el nombramiento decidido por la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, a favor de un hermano del actual consejero de Asuntos Sociales. La sentencia retira la comisi¨®n de servicios al hermano, y la concede al escritor Antonio Rodr¨ªguez Almod¨®var. Un fallo que ya adelant¨® este mismo diario el 17 de septiembre del pasado a?o por lo que, tal vez, su vuelta al inter¨¦s noticiable se pueda encontrar en sembrar la duda por la forma de adjudicar las comisiones de servicios. El Tribunal considera que la resoluci¨®n administrativa es arbitraria, ya que no tiene en cuenta los mejores m¨¦ritos del escritor. Sin embargo, a¨²n cuando este dato es francamente llamativo, pues no se entiende demasiado bien que la Administraci¨®n se perjudique a s¨ª misma, concediendo un puesto a quien tiene menos bagaje de saber que otro, tambi¨¦n se puedan contemplar otros aspectos.
Uno de ellos es que la sentencia ha tardado cuatro a?os en dictarse y casi un a?o en ejecutarse. Cinco a?os dan idea de que la lentitud de la Justicia es algo m¨¢s que un recurso para llevar la cr¨ªtica al sistema judicial, ya que pone de relieve la indefensi¨®n del ciudadano frente a la Administraci¨®n de justicia y el da?o profesional, y de vida, que les ocasiona.
Y otro m¨¢s: que la Administraci¨®n confunde -y lo hace con demasiada frecuencia (cons¨²ltese el BOJA)- arbitrariedad y discrecionalidad. Unos conceptos que tiene la obligaci¨®n de distinguir, ya que est¨¢ sujeta a los principios constitucionales de capacidad, m¨¦rito e igualdad.
En cualquier caso, no est¨¢ de mas recordar que, cuando en la adjudicaci¨®n de puestos se enjuician m¨¦ritos objetivamente acreditables como era el caso, la discrecionalidad consiste en un juicio objetivo de idoneidad, sin que pueda la Administraci¨®n ampararse en un margen de apreciaci¨®n libre que no tenga en cuenta los saberes del concursante. Actuar as¨ª es ignorar estos principios y, con ellos, el inter¨¦s p¨²blico, al que se dice se est¨¢ obligado servir. No es poco para una Consejer¨ªa de Educaci¨®n, en la que el dar ejemplo constituye la base fundamental de la educaci¨®n, y en la que no tiene cabida la arbitrariedad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- VI Legislatura Andaluc¨ªa
- Junta Andaluc¨ªa
- TSJ Andaluc¨ªa
- Consejer¨ªas auton¨®micas
- Gobierno auton¨®mico
- Parlamentos auton¨®micos
- Comunidades aut¨®nomas
- Tribunales
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Andaluc¨ªa
- Poder judicial
- Parlamento
- Espa?a
- Proceso judicial
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Justicia