Clemente tiene la llave de Anoeta
La Real Sociedad se estrella contra la mara?a defensiva del Espanyol
Cuando se march¨® de la Real Sociedad, Javier Clemente se guard¨® la llave que abre Anoeta. Cada vez que vuelve se lleva algo. La anterior, con el Tenerife, gan¨® por 0-2 y ech¨® a John Toshack del banquillo donostiarra. Desde entonces, hace casi un a?o, las cosas han cambiado mucho por San Sebasti¨¢n. De hecho, nadie ha vuelto a ganar all¨ª a la Real. Ni en la era Olabe ni en la era Denoueix. Clemente tambi¨¦n ha cambiado. Ahora es el responsable del Espanyol, de su cambio de cara y actitud, hasta sentirse capaz de plantar cara a cualquiera. Al l¨ªder, tambi¨¦n.
Clemente acudi¨® a Anoeta con una estrategia muy ajedrecista, incluso belicista. Dise?¨® una doble barrera para parar el talento y la capacidad goleadora de la Real. En la primera, la infanter¨ªa, Fredson y Maxi, ten¨ªan el deber de mirar antes a Karpin y Xabi Alonso, respectivamente, que a sus propios compa?eros. No los dejaron ni a sol ni a sombra. Por detr¨¢s estaba Domoraud, la escoba del Espanyol. A ¨¦l le toc¨® emparejarse con Khokhlov, sustituto ayer del sancionado Nihat. M¨¢s atr¨¢s a¨²n, los centrales, acompa?ados de un italiano con mucha escuela, Torricelli, y en la cola, Toni. Mucha gente, demasiados bolos que derribar para la Real antes de llegar a la diana.
REAL SOCIEDAD 0 - ESPANYOL 0
Real Sociedad: Westerveld; L¨®pez Rekarte, J¨¢uregui, Sch¨¹rrer, Aranzabal; Xabi Alonso (Aranburu, m. 46), Karpin; Tayfun, Khokhlov (De Paula, m. 85), Barkero (Gabilondo, m. 77); y Kovacevic. Espanyol: Toni; Torricelli, Lopo, Soldevilla, David Garc¨ªa; Domoraud; Tamudo, Fredson (Morales, m. 64), Maxi, Roger (De la Pe?a, m. 78); y Milosevic (?scar, m. 87). ?rbitro: Pino Zamorano. Amonest¨® a Roger, Kovacevic, Soldevilla, Tamudo, Sch¨¹rrer y Aranburu. 26.786 espectadores en Anoeta.
Para descifrar la mara?a, Reynald Denoueix recurri¨® a un equipo remodelado. Cambi¨® de ubicaci¨®n a Karpin. Lo situ¨® en el doble pivote, acompa?ando a Xabi Alonso. Ante la baja de De Pedro, lesionado mientras espera la resoluci¨®n de su expediente, coloc¨® en la izquierda a un chaval, Barkero. Por juventud o descaro, fue el ¨²nico que se salt¨® la rigidez del gui¨®n.
Clemente plante¨® un partido tan trabado, tan inc¨®modo para un equipo como la Real, siempre obsesionado con marear la pelota y el f¨²tbol aseado, que la acci¨®n requer¨ªa saltarse los academicismos. Y a la Real le cost¨® desmelenarse. S¨®lo lo hizo cuando apretaban el reloj y el p¨²blico.
Nadie se desubicaba, nadie perd¨ªa el sitio, siempre perfectamente colocaditos todos. Aparte de Barkero, apoyado por Aranzabal, que rompieron la cadera de Torricelli, en la Real s¨®lo se movi¨® de su sitio J¨¢uregui, y por consentimiento del Espanyol. Fue una jugada aislada, un ¨²nico momento en el que el central lleg¨® con el bal¨®n solo hasta la media punta. Una an¨¦cdota.
El bar¨®metro lo marc¨® el p¨²blico, tan apagado que, ante la escasez de lo que ve¨ªa, celebraba como si fueran penaltis los detalles m¨¢s min¨²sculos: las dos ¨²nicas veces que Xabi Alonso sali¨® con el bal¨®n controlado del c¨ªrculo central, o los escasos cambios de orientaci¨®n, siempre en campo propio.
La Real perdi¨® m¨¢s de lo que gan¨® con Karpin en el centro porque no existi¨® la banda derecha. Denoueix tuvo que buscar soluciones, pero se las marc¨® el devenir del partido.
Con la lesi¨®n de Xabi Alonso entr¨® en el campo Aranburu y la reanudaci¨®n fue lo m¨¢s parecido a una estampida. A cada minuto lleg¨® una oportunidad, siempre desde la banda izquierda. En una de ellas Kovacevic estrell¨® el bal¨®n contra el larguero en un cabezazo. La Real record¨® entonces al equipo arrollador de otros partidos, con juego bonito y efectivo, al primer toque y profundo; con cada futbolista en su lugar, unos abriendo el juego, otros centrando, otros rematando.
Por un momento, el Espanyol pareci¨® desmoronado. Pero Clemente volvi¨® a sacar el manual. Dio entrada a Morales, un destructor en el centro del campo, discreto en su trabajo pero experto en el achique. Por arte de magia, el partido recuper¨® las pulsaciones del principio, s¨®lo que la Real miraba con desesperaci¨®n al reloj. Y, para aprovechar esa inquietud, ah¨ª apareci¨® De la Pe?a, sobando el bal¨®n, no perdi¨¦ndolo y s¨ª dando sustos.
Pudo ganar el equipo donostiarra. Tayfun fue el protagonista de la ocasi¨®n m¨¢s clara, aunque habr¨ªa sido el gol menos justo de la temporada para la Real porque el turco lleg¨® en un evidente triple fuera de juego -suyo y de otros dos compa?eros- que el asistente se trag¨®.
El l¨ªder no escondi¨® sus intenciones, no busc¨® otra alternativa a su banda izquierda. La explot¨® hasta que Barkero qued¨® reventado. Entonces, Gabilondo, el zurdo de recambio, insisti¨®. En la ¨²ltima jugada hubo hasta tres balonazos de la Real despejados por la defensa del Espanyol. Pero el candado de Clemente no cedi¨®. S¨®lo ¨¦l tiene la llave.
![Barkero trata de superar por velocidad a Torricelli.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FI7JT7YO7ND572TOK2TJPQI2ZQ.jpg?auth=1e558395c800fd8369d10c4ddd633d307fa3ebcbeb987eefaaa1d319f22a987e&width=414)
Reca¨ªda de Xabi Alonso
Xabi Alonso apenas ha aguantado dos semanas sano. Ayer recay¨® de su esguince de tobillo. Comenz¨® el partido, pero una falta en los primeros minutos le dej¨® renqueante. Tal vez por eso no se movi¨® apenas de su posici¨®n en la cabina de mando. Resisti¨® en el campo hasta el descanso, aunque entonces ya no pudo continuar. Reynald Denoueix le sustituy¨®. El organizador realista se perdi¨® un mes de competici¨®n despu¨¦s de lesionarse en un partido con la selecci¨®n vasca en diciembre. Regres¨® al equipo hace una semana. Sin ¨¦l, cierto, el equipo ha sobrevivido, pero cuando est¨¢ en el campo se hace sentir. La Real gana en dominio y seguridad; es un equipo m¨¢s acompasado. La lesi¨®n llega en un momento crucial para la Real, ¨¦se en el que no s¨®lo debe demostrar que tiene 11 o 12 jugadores, sino una plantilla entera para aguantar el liderato. A la baja de Alonso se unieron las de De Pedro y Nihat y, en el pr¨®ximo partido, la de Aranburu, que vio su quinta tarjeta amarilla. Y el Madrid sigue recortando puntos.
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