Esp¨ªas en Silicon Valley
Detenidos cuatro ciudadanos chinos por traficar con tecnolog¨ªa inform¨¢tica
Acusado de ser una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, de haber exportado ilegalmente a su China natal tecnolog¨ªa de misiles y por temor a que huya del pa¨ªs en la primera oportunidad, Qing Chang Jiang, un hombre de negocios residente en el Silicon Valley, deber¨¢ permanecer en arresto domiciliario. Tendr¨¢ que llevar consigo siempre un chip electr¨®nico para que puedan controlar sus movimientos y tendr¨¢ que entregar su pasaporte a las autoridades.
Con Qing son ya cuatro los ciudadanos de origen chino de Silicon Valley, la regi¨®n del norte de California centro de la industria de la tecnolog¨ªa de Estados Unidos, detenidos por las autoridades bajo cargos de conspiraci¨®n, espionaje y exportaci¨®n de tecnolog¨ªa inform¨¢tica a China.
Qing Chang Jiang export¨® componentes de 'doble uso' a una dependencia del Ej¨¦rcito de China
Qing, de 51 a?os, ha vivido en Estados Unidos desde 1990, cuando vino a California a estudiar administraci¨®n de empresas, y es el presidente y ¨²nico miembro del personal de la compa?¨ªa EHI Grupo USA Inc./Araj Electronics, que el a?o pasado envi¨® tres amplificadores de microondas a China. Son sofisticados componentes de doble uso, pueden utilizarse para fines comerciales o civiles, como mejorar la calidad de las llamadas telef¨®nicas de larga distancia, y tambi¨¦n para prop¨®sitos militares, en este caso, para afinar la punter¨ªa de los misiles de largo alcance. Qing export¨® las mercanc¨ªas a una direcci¨®n en China que es la sede del Instituto de Investigaciones 54, una dependencia del Ej¨¦rcito de la Rep¨²blica Popular China.
Seg¨²n el Gobierno estadounidense, las exportaciones a tal dependencia est¨¢n prohibidas por ley, ya que constituyen "un riesgo inaceptable para el desarrollo de armas de destrucci¨®n masiva". Jiang se declar¨® inocente de los cargos. De ser condenado, podr¨ªa pasar diez a?os en prisi¨®n y pagar una multa de 250.000 d¨®lares. Su abogada, Lupe Mart¨ªnez, se?al¨® que los fiscales del Gobierno est¨¢n exagerando las acusaciones contra Jiang. "Debemos tener cuidado al utilizar el mantra de la seguridad nacional, no hay que politizar el asunto. ?ste es un caso diferente", dijo Mart¨ªnez, a?adiendo que su cliente ha mantenido empleo permanente y es conocido en la comunidad. Qing vive en la ciudad de Cupertino, uno de los cl¨¢sicos lugares de Silicon Valley donde tienen su sede firmas como Apple Computers o Hewlett-Packard.
En diciembre pasado fueron tambi¨¦n llevados a juicio Fei Ye y Ming Zhong, acusados de conspiraci¨®n para robar secretos comerciales inform¨¢ticos de las firmas Sun Microsystems, Transmeta, NEC Electronics y Trident Mycosystems. Antes, en octubre, se inici¨® el juicio contra otro ciudadano chino, Shayn Yan Ming, un empleado de la compa?¨ªa PetroChina, acusado de intento de robo de programas inform¨¢ticos y c¨®digos secretos para identificar reservas de petr¨®leo. Ross Nadel, una fiscal del Gobierno estadounidense, se?al¨® que era posible que se estuviera dando un incremento de espionaje industrial-militar en Silicon Valley.
En la regi¨®n trabajan decenas de miles de expertos inform¨¢ticos, no s¨®lo estadounidenses, sino de muchos otros lugares del mundo. La zona es conocida como un lugar cosmopolita en el que importa menos la nacionalidad de la persona que su capacidad para la electr¨®nica y los ordenadores. Pero, desde los atentados del 11 de septiembre, las autoridades ponen especial atenci¨®n al menor indicio de actividad que de una u otra manera pueda estar relacionada con "terrorismo" o "armas de destrucci¨®n masiva". Esto ha dado lugar a cierta tolerancia por parte de la opini¨®n p¨²blica hacia las medidas de las autoridades, incluso cuando en algunos casos se exagera el riesgo o se lleva a prisi¨®n a inocentes bajo el pretexto de que son una amenaza para la seguridad nacional.
En el caso de los cuatro chinos detenidos nadie ha protestado. La juez que estudia el caso de Qing ha ordenado que sea vigilado permanentemente, que se le impida salir de los l¨ªmites del condado de Santa Clara y que sea cacheado y que su vivienda y su coche sean registrados cuando se considere conveniente.
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