Si quieres, puedes

Cada d¨ªa, cuando el reloj biol¨®gico de mis hijos me despierta impepinablemente -sea cual sea el d¨ªa de la semana- a las 7.30 (muchos dicen que tengo suerte), me replanteo el sentido de la vida y me pregunto si merece la pena levantarme con lo bien que se est¨¢ en la cama. El dilema dura unos segundos, hasta que los gritos -o alg¨²n manotazo- de los peque?os pueden m¨¢s y abro los ojos a la realidad m¨¢s inmediata, que es levantarme. Quiz¨¢ todo esto no me ocurrir¨ªa y mis despertares ser¨ªan m¨¢s optimistas si tuviera afici¨®n por la literatura de mejora personal y ansias de superaci¨®n, pero como no es ¨¦se mi caso sigo aquejada de ciertas carencias de rendimiento y efectividad. Todo esto lo solucionan en Excellence, un espacio dedicado en exclusiva a la mejora personal y profesional a trav¨¦s de libros, cursos, tertulias, conferencias, juegos... Lleva tres a?os funcionando y es todo un ¨¦xito de p¨²blico.

'Excellence' es un espacio donde la gente encuentra herramientas para mejorar sentimental y profesionalmente

N¨¦stor Oller estudi¨® econ¨®micas y se dedic¨® algunos a?os a realizar cursillos para empresas. La cosa parec¨ªa tener gancho, pero ¨¦l quer¨ªa crear un concepto nuevo a partir de la nada. Su cabeza empez¨® a cavilar. "Nuestros padres no se preocupaban de mejorar", cuenta N¨¦stor, "la religi¨®n llenaba los vac¨ªos. Ahora la gente se cuestiona las cosas y se plantea si su trabajo le gusta o no y si su vida les llena lo suficiente. Hoy existe una b¨²squeda, pero no tenemos la religi¨®n". N¨¦stor sigui¨® pensando: "Si ocurre esto, ?por qu¨¦ no crear un espacio donde la gente encuentre las herramientas para mejorar sentimental y profesionalmente?". Y se lanz¨® a ello. Ahora cuenta con un equipo de 20 asesores y su centro est¨¢ instalado en la car¨ªsima Rambla de Catalunya. Puede decirse que N¨¦stor Oller se aplic¨® su propio m¨¦todo de superaci¨®n personal y ha triunfado.

Cuando uno entra en Excellence se encuentra una serie de p¨®sters de autoayuda ideales para colgar enfrente de la cama -como ser¨ªa mi caso- o en el despacho, o simplemente en el recibidor. Son frases para darte coraje, con una foto sugerente que ayuda a la comprensi¨®n de la sentencia. Por ejemplo: "Si no cuidas bien a tus clientes, alguien de otra empresa lo har¨¢ por ti". En la foto se ven dos manos que se encajan amistosamente. En otro cartel me encuentro un palo de golf enrollado a un ¨¢rbol: "Cuando algo no acaba de funcionar, lo mejor es... ?seguir practicando!".

Pasados los p¨®sters encontramos decenas de libros de autoayuda. Los hay para mejorar profesionalmente, para aumentar la autoestima, para perseverar, para no desmoralizarse, para aliviar el parto, para comer mejor, para desarrollar las habilidades personales... Mientras, una m¨²sica de fondo -que tambi¨¦n se puede conseguir en la tienda- te va guiando en la selecci¨®n. Llegan luego los juegos para mentes inteligentes, y las camisetas con frases que puedes ir repitiendo todo el d¨ªa para levantar la moral, y un minisupermercado de frutas y cosas aparentemente frescas y saludables. Al final, exhausto de tanta calidad de vida, te encuentras con la barra de un bar, cosa que se agradece. Ignoro si sirven alcohol porque a la hora en que yo estuve all¨ª -por la ma?ana- los clientes se lanzaban al croas¨¢n y el caf¨¦ con leche. Y para que al cliente no le pesen los euros del desayuno, encima de la barra hay colgado un cartel en ql que se anuncia que el 0,7% de lo que uno se gasta va destinado a una causa justa. N¨¦stor me cuenta que en el a?o 02001 se recaudaron as¨ª 3.452,98 euros -el 0,7% de los beneficios totales de toda la empresa-, que se repartieron entre Acnur y la Fundaci¨®n Vicente Ferrer. Puede que el gesto anime a consumir o que lo que se consuma sepa mejor, lo cierto es que la sala que se encuentra al fondo estaba llena de se?oras desayunando felizmente.

Seg¨²n los folletos de propaganda, el objetivo de Excellence es que la excelencia personal est¨¦ al alcance de todo el mundo. Por eso las conferencias y tertulias son gratuitas. Y quiz¨¢ por eso la sala que N¨¦stor me ense?a antes de marcharme se llena cada tarde. Alguno de los temas: c¨®mo perder kilos, felicidad y familia, liderazgo en la vida cotidiana, la comunicaci¨®n en la pareja, c¨®mo llevarnos bien los hombres con las mujeres, despertar al ni?o que llevamos dentro. Las propuestas son infinitas, como los cursillos que, durante ocho horas y previo pago de 60 euros, ampl¨ªan el conocimiento de estos temas.

Antes de marcharme repaso los p¨®sters por si encuentro alguno que se adapte a mis necesidades. Y enseguida doy en el clavo. La frase es corta y muy sencilla, ideal para mentes con falta de voluntad como la m¨ªa: "Si quieres, puedes". Bajo la frase hay una foto de un desierto de arena y en primer t¨¦rmino un ¨¢rbol frondoso. Eso me ir¨ªa bien para empezar el d¨ªa. Creo que mi capacidad de automotivaci¨®n a las 7.30 se incrementar¨ªa sensiblemente. Deber¨ªa comprarlo: mi familia seguro que lo agradecer¨ªa, pero tambi¨¦n me falta decisi¨®n, as¨ª es que antes deber¨ªa buscar otro p¨®ster -quiz¨¢ una camiseta- para solventar este otro problema. En fin... a este paso mejor ser¨¢ que repase los cursillos de Excellence y vaya organizando las clases seg¨²n mis carencias. No muy animada, compro el peri¨®dico y me encuentro en primera plana a Bush dispuesto a arrasar Irak por las bravas. ?se s¨ª que tiene claro lo de "si quieres, puedes".