'Las horas', 'H¨¦roe' y 'Adaptation' parten como favoritas para ganar el Oso de Oro

El filme brit¨¢nico Las horas, dirigido por Stephen Daldry, seguido por el chino H¨¦roe, de Zhang Yimou, y el estadounidense Adaptation, de Spike Jonze, son los tres t¨ªtulos que m¨¢s se repiten en los habituales juegos de quinielas como favoritos para llevarse esta noche el Oso de Oro. As¨ª lo indican tambi¨¦n los term¨®metros ambientales de la revista del festival y el panel de puntuaciones de los cr¨ªticos en Screen International. Pero otros t¨ªtulos y nombres siguen de cerca a los dichos, y entre ellos est¨¢n Mi vida sin m¨ª, de Isabel Coixet, y su protagonista, Sarah Polley.

No son las cuatro citadas las ¨²nicas pel¨ªculas de esta Berlinale que tienen madera de premiables. Hay otras cuyo t¨ªtulo y autor¨ªas no sonar¨ªan a disparate si fueran le¨ªdas en la lista de premios de esta noche. Por ejemplo, Su hermano, un sombr¨ªo y amargo drama del franc¨¦s Patrice Ch¨¦reau, tiene muy altas valoraciones en el panel de la cr¨ªtica; y a La flor del mal, estupenda obra de su compatriota Claude Chabrol, le ocurre otro tanto. Ambos t¨ªtulos se manejan en casi todos los pron¨®sticos y ¨¦stos tampoco se olvidan del retorno a las pantallas por todo lo alto de la eminente actriz Suzanne Flon en el filme de Chabrol.

El espl¨¦ndido trabajo de la inglesa Kristin Scott Thomas en Petites coupures, escrito y dirigido por el franc¨¦s Pascal Bonitzer, no ha pasado al olvido; y menos a¨²n el de la c¨¦lebre actriz china Gong Li, que lleg¨® ayer tirando de una excelente pel¨ªcula de Sun Zhou, titulada El tren de Zhou Yu, que deja ver uno de los ejercicios de estilo m¨¢s ambiciosos y mejor elaborados que se han visto en una Berlinale con muy buen cine dentro, alrededor de una veintena de pel¨ªculas entre las que hay pocos disparates y mucha variedad y riqueza de aventuras po¨¦ticas, testimoniales y narrativas.

Esta variedad y riqueza se ponen de manifiesto en el tacto y la sagacidad con que han sido elegidas para participar en esta Berlinale las pel¨ªculas peque?as, que siempre acaban siendo las grandes, las decisivas y definitorias de la inteligencia y la sensibilidad programadoras. Porque estas vigorosas obras de gente desconocida y con las espaldas desprotegidas son las que abren el verdadero calado que un festival tiene frente al futuro. Basta para justificar esta Berlinale que haya dado cobijo al arrollador estallido de colores africanos de Madame Brouette, de Moussa Sene Absa; y al filme chino Mang Jing, del desconocido Li Yang. La elecci¨®n de estas pel¨ªculas indica que aqu¨ª se sabe ver cine y que hay sentido del riesgo en el esp¨ªritu de la selecci¨®n de las obras. Y este riesgo es el que ha hecho posible el ascenso al concurso de Isabel Coixet y su emocionante Mi vida sin m¨ª, que inicialmente estaba destinada a un rinc¨®n del Panorama y, al revisarse, se capt¨® su excepcionalidad y fue r¨¢pidamente programada para el gran escaparate.

Y la lista de premios no deber¨ªa olvidarse del comprometido filme alem¨¢n Good bye, Lenin!, de Wolfgang Becker, que reventar¨¢ las taquillas berlinesas y har¨¢ dar la vuelta al mundo a su visi¨®n iluminadora del rev¨¦s y el derecho, la comedia y la tragedia, de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn. Ni de tres graves documentos sobre la tragedia de la emigraci¨®n que empuja en las fronteras de Europa: En el mundo, del ingl¨¦s Michael Winterbottom; Piezas de recambio, del esloveno Damian Zozole, y Luces distantes, del alem¨¢n Hans Schmidt.