Delitos en las aulas
El Instituto Andaluz de Criminolog¨ªa de Granada inicia un curso de polic¨ªa cient¨ªfica
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Todo cabe en el interior de unas aulas universitarias. Todo, incluso el crimen. En sus aspectos puramente te¨®ricos, que no haya duda. De hecho, cientos de alumnos buscan cada a?o saber algo m¨¢s sobre cr¨ªmenes, v¨ªctimas, sociolog¨ªa de los delincuentes y otros extremos en cualquiera de los cursos y seminarios que ofrece el Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminolog¨ªa de la Universidad de Granada.
Ma?ana lunes, por ejemplo, comienza la d¨¦cima edici¨®n de uno de los cursos m¨¢s solicitados por el alumnado, el de polic¨ªa cient¨ªfica. El ¨¦xito de la convocatoria ha desbordado las previsiones de los propios organizadores. Se ofertan 60 plazas mientras que el n¨²mero de aspirantes ha rondado el centenar.
Los fundamentos de una investigaci¨®n a¨²n giran alrededor de las huellas dactilares
Entre ma?ana lunes y el pr¨®ximo 3 de abril, los estudiantes oir¨¢n hablar de dactiloscopia (identificaci¨®n mediante huellas dactilares), de inspecciones oculares de la escena de un delito, de bal¨ªstica forense, de cotejo e identificaci¨®n de escritura, de huellas de pisadas, de reactivos qu¨ªmicos o, por ejemplo, de falsificaciones documentales.
En total, cincuenta horas en las que los profesores seleccionados para impartir las materias saben mejor que nadie de lo que hablan. Ram¨®n Romera Mart¨ªnez, jefe de la Brigada de Polic¨ªa Cient¨ªfica de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Granada, y Juan P¨¦rez Peinado, de la misma brigada, son los profesores; pero han sido, y son, cocineros antes que frailes.
Ram¨®n Romera es un hombre culto que lleva muchos a?os en el tajo de la polic¨ªa cient¨ªfica y que considera su trabajo como eso precisamente; como un trabajo meramente cient¨ªfico. Romera insiste en que su oficio "no es especular", y resume su labor diaria de la siguiente manera: "El trabajo de la polic¨ªa cient¨ªfica consiste en cotejar, en comparar y en ofrecer los resultados de esa comparaci¨®n; nosotros nunca especulamos".
Romera, que ha participado en todas las ediciones anteriores de este curso, est¨¢ contento con la aceptaci¨®n que tiene el programa entre los alumnos. "El nivel de asistencia es casi del 90% en todas las sesiones", comenta orgulloso.
El curso, que se imparte en las aulas del Instituto de Criminolog¨ªa, tiene un componente pr¨¢ctico que deja a todos los alumnos encantados. En alguna ocasi¨®n acuden a visitar los laboratorios de la Jefatura Superior de Polic¨ªa granadina para hacerse su propia rese?a policial, es decir, para tomarse las huellas y meterlas en el sistema informatizado. As¨ª, entre ejercicio y ejercicio, todos juegan un poco a ser polic¨ªas.
?A qui¨¦n fuera del ¨¢mbito de las fuerzas de de seguridad del Estado le puede interesar saber de bal¨ªstica, huellas digitales o identificaci¨®n de cad¨¢veres? Curiosamente, a mucha gente. Abogados, por ejemplo, que acuden para conocer las t¨¦cnicas policiales, lo que, sin duda, les puede llegar a ser muy ¨²til en un juzgado.
Conociendo las t¨¦cnicas de trabajo, pueden detectarse posibles errores en el trabajo policial, lo que, en ocasiones, puede venir de perlas para defender la inocencia de un cliente. A Ram¨®n Romera no le parece ning¨²n problema ense?ar sus trucos. ?l insiste. "Hacemos ciencia y no hay nada que esconder". Para Romera, un trabajo bien hecho incluye forzosamente una adecuada recogida de muestras, una correcta cadena de custodia y un an¨¢lisis cient¨ªfico adecuado. Ese trabajo bien hecho puede confrontarse hasta con el discurso del abogado m¨¢s preparado.
Adem¨¢s de abogados y miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que acuden para complementar la propia formaci¨®n que les ofrecen sus centros de trabajo, hay tambi¨¦n estudiantes o profesionales del mundo de la medicina, de la qu¨ªmica o de la justicia.
Ser¨¢n 60 alumnos los que aprender¨¢n en esta edici¨®n t¨¦cnicas que probablemente les sorprender¨¢n. Porque, adem¨¢s de saber de ciencia y m¨¦todos policiales, los investigadores cient¨ªficos han de ser creativos. Por ejemplo, podr¨¢n escuchar el caso de c¨®mo el grupo de Romera descubri¨® a unos criminales colombianos por las huellas de sus orejas. Para cometer el delito, los malos se hab¨ªan pertrechado con guantes, lo que hac¨ªa imposible encontrar sus huellas digitales.
Pero, desconocedores quiz¨¢ de la creatividad policial, pegaron la oreja a la pared para escuchar alg¨²n ruido. Durante la investigaci¨®n, alguien de los buenos se percat¨® de la huella que, correctamente procesada y cotejada con el original, es decir, con la oreja del delincuente, permiti¨® incriminar sin g¨¦nero de dudas al sospechoso. En cualquier caso, a pesar de la indudable importancia de la oreja en este caso, Romera insiste en que los fundamentos de una buena investigaci¨®n policial a¨²n giran, a pesar de todo, alrededor de las huellas dactilares.
Leyes, v¨ªctimas y delincuentes
Los institutos de criminolog¨ªa han proliferado en los ¨²ltimos a?os. Las universidades andaluzas los han incluido en su oferta educativa, casi siempre vinculados a los departamentos de Derecho Penal de las facultades, y casi todos ellos producen, aparte de cursos de criminolog¨ªa, publicaciones peri¨®dicas y monograf¨ªas que exploran los m¨¢s diversos aspectos del delito, desde la personalidad del delincuente hasta los efectos psicol¨®gicos en la v¨ªctima, pasando por contextos sociol¨®gicos o cuestiones t¨¦cnicas y cient¨ªficas relacionadas con el estudio de las pruebas.
Pero ?qu¨¦ es un crimin¨®logo? Para arrancar no hay que confundirlo con un criminalista, que no es otra cosa que un abogado especializado en Derecho Penal.
Tampoco es un detective privado. Un crimin¨®logo debe tener conocimientos de Derecho y rudimentos de investigaci¨®n policial, pero tambien de psicolog¨ªa, sociolog¨ªa, estad¨ªstica y medicina legal, entre otras cosas. Jes¨²s Barqu¨ªn es el director del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminolog¨ªa de la Universidad de Granada, a la vez que profesor de Derecho Penal en la Facultad de Derecho de esta ciudad.
Barqu¨ªn, quien, por si hay alguna duda, recalca que "no le gusta la sangre", cree que el crimin¨®logo es "una figura a la que habr¨ªa que otorgarle en Espa?a y en otros pa¨ªses de su entorno el papel que tiene en Estados Unidos o Inglaterra". Una de las asignaturas m¨¢s curiosas, al menos para el profano, que debe estudiar un crimin¨®logo, es la victimolog¨ªa, es decir, la ciencia que estudia a las v¨ªctimas de actos delictivos y de los procesos fisiol¨®gicos y psicol¨®gicos por los que ha de pasar quien ha sido el centro de alg¨²n acto delictivo.
Los conocimientos de un crimin¨®logo pueden ser muy ¨²tiles a la sociedad, sostiene el especialista Barqu¨ªn. Estos t¨¦cnicos son quienes tienen la posibilidad, por ejemplo, de reconocer las tendencias delictivas en un determinado contexto sociol¨®gico.
Adem¨¢s, los crimin¨®logos tienen conocimientos para "analizar las incidencias de los cambios legales y penales en la sociedad", a?ade. En Espa?a, seg¨²n Barqu¨ªn, cuando se legisla en el ¨¢mbito penal no se hacen estudios serios sobre la incidencia de los cambios legislativos en el aumento o disminuci¨®n de la poblaci¨®n penitenciaria, al contrario que en pa¨ªses como Estados Unidos, donde s¨ª se hacen, dice, "prospecciones criminol¨®gicas".
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