Guarra
Lo que se lee en los peri¨®dicos y lo que se oye en las radios es una bagatela comparado con lo que se dice en las tabernas a prop¨®sito de lo que pasa en el mundo, y del papel¨®n de ese se?or con bigote que anda todo el santo d¨ªa ri?endo a la gente y diciendo a sus propios votantes que son unos estultos (en esto puede que no carezca de raz¨®n, el hombre). Los bares, qu¨¦ lugares, son espacios ideados por la divinidad para que los ciudadanos se explayen como les plazca, con tal de no tocar la paciencia ni la entrepierna de los contribuyentes. La gente est¨¢ locuaz y con ganas de ejercer de mosca cojonera para cualquier tipo de autoridad impuesta. En numerosas cantinas de la Prospe y en aquelarres elitistas de El Escorial, ya se refieren al presidente del Gobierno como m¨ªster Azwar (en ingl¨¦s, war es guerra).
Eso de cambiar la uve doble por la ene en el apellido del inquilino de La Moncloa se debe a un gringo algo montaraz y asilvestrado que estudia filolog¨ªa hisp¨¢nica en Madrid y que ha perdido la raz¨®n por culpa de una gata relacionada con movimientos antiglobalizaci¨®n. El muchacho se llama Bartolomew, pero todos le llaman Bart, como al chico de los Simpson. Bart ha llegado m¨¢s lejos en sus fusiones ling¨¹¨ªsticas. Enamorado de los juegos de palabras, Bartolomew ha inventado un c¨®ctel sem¨¢ntico que ¨¦l sintetiza lac¨®nicamente chapurreando en castellano y bromeando con el ingl¨¦s: "War is g¨¹erra, g¨¹erra guarra, m¨ªster Azwar" (la guerra es guarra, se?or Azguerra).
El d¨ªa de ayer, envuelto en presagios inquietantes, tambi¨¦n fue pr¨®digo en esperanzas. Da toda la impresi¨®n de que aqu¨ª se est¨¢ cociendo el principio de una nueva era. Hac¨ªa tiempo que no conoc¨ªamos en el planeta tal unanimidad de opini¨®n en sectores tan aparentemente alejados, desde el Santo Padre hasta los chinos, pasando por millones de personas an¨®nimas que ayer clamamos por todos los rincones del mundo un grito elemental: no a la guerra. No en nuestro nombre.
Como bien dice el gringo asilvestrado, la guerra es guarra. Pero es que ¨¦sta hiede. En Madrid est¨¢ Moncloa. En Madrid huele a mierda.
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