Seguros en riesgo
La publicaci¨®n de resultados pone de manifiesto que el a?o 2002 ha sido extraordinariamente adverso para el sector asegurador, especialmente en Europa, si bien la mayor compa?¨ªa mundial, la estadounidense AIG, tambi¨¦n se un¨ªa esta semana al tren de las decepciones, al arrojar p¨¦rdidas netas en el cuarto trimestre del a?o. En dicho contexto, no es de extra?ar que, en el Reino Unido, la autoridad reguladora se haya visto obligada, de nuevo, a rebajar las exigencias de solvencia a las aseguradoras.
Aunque el origen m¨¢s visible de los males del sector asegurador europeo pueda vincularse a las importantes indemnizaciones que han debido afrontar, primero por los atentados del 11 de septiembre -cuyas p¨®lizas primarias hab¨ªan sido en buena medida reaseguradas en Europa-, y m¨¢s recientemente por las cat¨¢strofes naturales en Europa central, el factor que en mayor medida ha golpeado al sector ha sido el adverso comportamiento de los mercados de renta variable, a los que son mucho m¨¢s sensibles las compa?¨ªas europeas que sus hom¨®logas de Estados Unidos, pues ¨¦stas sistem¨¢ticamente contaban con un menor peso de renta variable en sus carteras.
El factor que m¨¢s ha golpeado al sector ha sido el adverso comportamiento de los mercados de renta variable
La elevada exposici¨®n al mercado de acciones de las aseguradoras europeas les permit¨ªa, durante los a?os de bonanza burs¨¢til, utilizar las rentabilidades tan elevadas, no s¨®lo para retribuir a los capitales propios, sino para reducir las primas cobradas a los asegurados, o incrementar la retribuci¨®n a los capitales acumulados de ¨¦stos. Cuando las rentabilidades burs¨¢tiles se tornan negativas, esa pr¨¢ctica tan agresiva se convierte en una trampa mortal: pone al descubierto la incapacidad de las primas para hacer frente al equilibrio financiero b¨¢sico, seg¨²n el cual las primas deben cubrir las indemnizaciones y los gastos de explotaci¨®n. Esta situaci¨®n se deteriora a¨²n m¨¢s cuando las rentabilidades de las referencias de deuda p¨²blica caen hasta la zona de m¨ªnimos hist¨®ricos y el deterioro de la calidad crediticia de muchas emisiones privadas impide su compra.
El problema no ser¨ªa, por tanto, el de una pol¨ªtica inversora m¨¢s o menos agresiva, sino el de la traslaci¨®n de la misma al proceso de fijaci¨®n de precios, que debe ser realizada sobre la base de una gesti¨®n integrada de los activos y los pasivos.
?ngel Berges y David Cano son socios del Grupo Analistas.
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