"Como una tenista contra un 'top ten"

Annika Sorenstam dijo s¨ª. S¨ª al desaf¨ªo. "Es una prueba personal", dijo la sueca, de 32 a?os, que gan¨® 13 torneos en todo el mundo el a?o pasado. "Una prueba que me dar¨¢ motivaci¨®n para practicar por un nuevo objetivo, practicar¨¦ mucho m¨¢s". La mejor golfista del momento jugar¨¢ un torneo de hombres, el Colonial, a finales de mayo, en Forth Worth (Tejas, Estados Unidos).

Sorenstam dijo s¨ª y mientras los mejores golfistas la aplaudieron de inmediato, aunque con matices, mientras los cr¨ªticos se lanzaron al optimismo y auguraron una futura igualdad de sexos en uno de los deportes m¨¢s representativos, sus compa?eras se mostraron m¨¢s tibias, hasta esc¨¦pticas.

Paula Mart¨ª, barcelonesa de 23 a?os, la mejor golfista del circuito europeo -gan¨® la Orden del M¨¦rito en 2002 y qued¨® segunda en el Open Brit¨¢nico-, no cree que el futuro est¨¦ ah¨ª. "A m¨ª", asegura, "me vale ya la situaci¨®n actual. Ni me planteo experimentarlo".

"De todas formas, me parece bien que Sorenstam lo intente. Tiene juego y mentalidad para hacerlo. Pero no creo que pueda ganar un torneo masculino. Eso es muy dif¨ªcil. Tal vez podr¨ªa quedar entre las diez primeras si lograra jugar al ciento por ciento de sus posibilidades. Pero eso es dif¨ªcil que ocurra", dice Mart¨ª desde Australia, donde debuta esta temporada.

"Tiene mucha calidad y fuerza. Sin embargo, sus posibilidades son escasas. Incluso puede costarle pasar los cortes. No es lo mismo jugar en un campo de algo m¨¢s de 6.000 metros, como suelen ser los femeninos, que en otro de m¨¢s de 7.000, que son los utilizados por los hombres. En los pares-3, por ejemplo, nosotras utilizamos una madera 3 mientras que ellos lo resuelven con un hierro 4. A nosotras nos cuesta mucho m¨¢s parar la bola en el green. Y s¨®lo en las salidas nos pueden sacar alrededor de 50 metros. Nosotras lanzamos la bola a unos 250 metros con el driver mientras que los hombres la tiran a unos 300. Y en los hoyos largos nosotras deber¨ªamos pegar el segundo golpe con una madera 3 y ellos con un hierro 5, lo que supone otro inconveniente", a?ade.

"S¨®lo ser¨¢ bueno para el golf femenino si lo hace bien", augur¨® Tiger Woods, el mejor de la historia, que comparte agente con Sorenstam; "si no, ser¨¢ negativo para su circuito". "Pero no es eso", responde Mart¨ª. "Creo que todo el mundo lo ver¨¢ como algo divertido, simplemente como un espect¨¢culo. Saben que es una mujer y que afronta un reto dif¨ªcil".

"Pero el torneo que ha elegido le va muy bien", dice Phil Mickelson, el n¨²mero tres del mundo; "casi todos los hoyos son en dogleg [de dos direcciones, con curva cerrada a mitad de la calle] y los hombres saldremos con hierros. As¨ª que ella, con su driver, nos igualar¨¢ y llegaremos al green con el mismo palo. As¨ª que predigo que lo har¨¢ bien: estar¨¢ entre los 20 primeros. Y no, no creo que a los hombre nos siente muy mal que nos gane una mujer, pero espero quedar delante de ella". "No veo nada malo en que lo intente", dijo Jos¨¦ Mar¨ªa Olazabal; "y ha elegido un buen campo".

Ning¨²n golfista habla de la posibilidad de un circuito ¨²nico en un futuro pr¨®ximo, una utop¨ªa, al parecer, s¨®lo en la mente de los aficionados. Nio siquiera la mayor¨ªa de las mujeres se lo plantea. Tampoco Mart¨ª. "Con salidas desde el mismo tee [las mujeres salen desde los femeninos, que reducen un 10% la longitud del hoyo] no habr¨ªa competici¨®n", explica; "puede que alguna jugadora, de forma espor¨¢dica, hiciera alg¨²n resultado. Pero es como si en el tenis se enfrentara una mujer contra uno de los diez primeros jugadores del mundo. El problema es que no llegamos. A m¨ª me parece bien el planteamiento actual porque es la ¨²nica forma de que se mantenga el inter¨¦s por el circuito femenino".