Granada contra la guerra
La ¨²ltima vez que nos manifestamos por la Gran V¨ªa de Col¨®n fue tras el asesinato en Granada por ETA, el 9 de octubre de 2002, de Luis Portillo, fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa. Aquella protesta fue impresionante, sombr¨ªa, silenciosa. El s¨¢bado pasado el tono no pod¨ªa ser m¨¢s distinto. En vez de rabia y dolor, de una sensaci¨®n de impotencia absoluta ante los implacables c¨¢lculos asesinos de la banda terrorista vasca, era la alegr¨ªa de saber que particip¨¢bamos en un movimiento popular internacional a favor de la paz, la sensatez y el di¨¢logo, cuya voz se iba a escuchar, que se ten¨ªa que escuchar.
Mientras avanz¨¢bamos entre el jolgorio, un grupo de irlandeses a nuestro lado recib¨ªa llamadas desde Dubl¨ªn, donde en estos mismos momentos se produc¨ªa una inmensa manifestaci¨®n como la nuestra. No lejos, un grupo de j¨®venes enardecidos enarbolaba un cartel con la escueta advertencia de que Bush sucks cock ("Bush chupa pollas"). Algo nuevo.
Algo nuevo en su d¨ªa fue tambi¨¦n esta Gran V¨ªa de Col¨®n, iniciada en 1891. No le gustaba nada a los que, como Ganivet, consideraban ajenos al esp¨ªritu recoleto de la ciudad la l¨ªnea recta y los ensanches. Adem¨¢s, la construcci¨®n de la avenida hab¨ªa supuesto la desaparici¨®n del barrio morisco y renacentista de la catedral, y hasta de la casa del mism¨ªsimo arquitecto de ¨¦sta, Diego de Siloe. Pero, ?no eran magn¨ªficas las flamantes edificaciones de estilo Art Nouveau que jalonaban la nueva v¨ªa? Bueno, s¨ª. ?No era esplendorosa la imitaci¨®n del inmueble que hab¨ªa ganado un concurso en Par¨ªs en 1899? Pues s¨ª, a su manera. ?No facilitaba la anchura de la calle el acceso a la estaci¨®n de ferrocarril, as¨ª como la fluidez del tr¨¢fico rodado? Cierto. Pero Granada no era la capital de Francia, y destrozar su coraz¨®n para complacer a burgueses, banqueros, especuladores y nouveaux riches constitu¨ªa un ataque mortal a la esencia de la ciudad.
Mientras empezaba a arreciar de veras el fr¨ªo llegamos al Banco de Espa?a, noticia estos d¨ªas como posible sede de la Fundaci¨®n Lorca cuando se traslade a Granada desde Madrid. No creo que al de Fuente Vaqueros, para quien, siguiendo a Ganivet, la Gran V¨ªa hab¨ªa contribuido mucho a "deformar el car¨¢cter de los actuales granadinos", le hubiera complacido tener en tal lugar o tal edificio su fundaci¨®n. Si la de Manuel de Falla est¨¢ arriba, entre ¨¢rboles y jardines, en la colina de La Alhambra, donde (sobre todo por la noche) a¨²n asoma la Granada rom¨¢ntica, ?no merece tanto la del mayor poeta granadino de todos los tiempos?
Los irlandeses segu¨ªan recibiendo llamadas y los j¨®venes meneando su llamativo cartel alusivo a las preferencias er¨®ticas del presidente Bush. Estaba ya a dos pasos la Capilla Real, con su proliferaci¨®n de yugos y flechas, el relieve que muestra la conversi¨®n forzosa de los musulmanes, y la inscripci¨®n sobre la tumba de Fernando e Isabel relativa a su condici¨®n de benem¨¦ritos represores de "la secta mahometana".
La Granada que piensa no quiere m¨¢s persecuciones. Quiere la paz. Lo ha dicho otra vez, muy alto.
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