El Gobierno negocia con Marruecos la devoluci¨®n de inmigrantes subsaharianos
La mitad de las 16.504 personas que llegaron en patera el a?o pasado no eran marroqu¨ªes
El delegado para la Extranjer¨ªa, Ignacio Gonz¨¢lez, anunci¨® ayer que Espa?a negocia con el Gobierno de Marruecos para que ¨¦ste acepte "de manera inmediata" la devoluci¨®n de los inmigrantes irregulares de terceros pa¨ªses que llegan a Espa?a desde sus costas. Esa previsi¨®n est¨¢ recogida en un acuerdo firmado en 1992 entre ambos Estados, pero las autoridades marroqu¨ªes lo han incumplido sistem¨¢ticamente. De ponerse en pr¨¢ctica, simplificar¨ªa la repatriaci¨®n de m¨¢s de 8.000 africanos no marroqu¨ªes que cada a?o arriban en pateras a las costas de Andaluc¨ªa y de Canarias.
"Hemos convenido la necesidad de poner en pr¨¢ctica de manera inmediata las previsiones que se contienen en el acuerdo de repatriaci¨®n suscrito entre Espa?a y Marruecos en 1992", declar¨® el delegado del Gobierno. "Ese acuerdo contempla la readmisi¨®n por Marruecos de sus ciudadanos, aspecto que se cumple razonablemente, y tambi¨¦n de los ciudadanos de terceros pa¨ªses que entran en Espa?a desde su territorio. Estamos preocupados porque en este ¨²ltimo apartado no est¨¢ funcionando. Hemos convenido dinamizarlo y ponerlo en pr¨¢ctica", a?adi¨®.
El delegado del Gobierno hizo esta declaraci¨®n durante un receso de las conversaciones que mantuvo en Madrid, a puerta cerrada, el grupo de trabajo hispano marroqu¨ª sobre inmigraci¨®n. Junto a ¨¦l escuchaba con atenci¨®n el jefe de la delegaci¨®n llegada de Rabat, Mohamed Dryef, quien no quiso responder a ninguna pregunta de los periodistas. Dryef es director general del Ministerio del Interior de Marruecos.
El acuerdo al que se refer¨ªa Ignacio Gonz¨¢lez fue firmado el 13 de febrero de 1992, en Madrid, entre los entonces ministros del Interior de Espa?a y de Marruecos, Jos¨¦ Luis Corcuera y Driss Basri. Su art¨ªculo 1 dice textualmente: "Las autoridades fronterizas del Estado requerido [en este caso, Marruecos] readmitir¨¢n en su territorio, a petici¨®n formal de las autoridades fronterizas del Estado requirente [Espa?a], a los nacionales de pa¨ªses terceros que hubieren entrado ilegalmente en el territorio de este ¨²ltimo procedentes del Estado requerido [Marruecos]".
Incumplimiento
Las autoridades de Rabat s¨®lo cumplieron el acuerdo durante los dos o tres meses siguientes a su entrada en vigor. A partir de entonces comenzaron a exigir a las espa?olas pruebas imposibles para demostrar la procedencia de los no marroqu¨ªes detenidos en las pateras.
El art¨ªculo 2 del acuerdo de 1992 se?ala: "La readmisi¨®n se efectuar¨¢ si se prueba, por cualquier medio, que el extranjero cuya readmisi¨®n se solicita proviene efectivamente del territorio del Estado requerido". Y a?ade: "En [la solicitud de readmisi¨®n] se har¨¢n constar todos los datos disponibles relativos a la identidad, a la documentaci¨®n personal eventualmente pose¨ªda por el extranjero y a las condiciones de su entrada ilegal en el territorio del Estado requirente, as¨ª como cualquier otra informaci¨®n que se disponga sobre el mismo".
Para no admitir a los extranjeros, las autoridades de Rabat se amparan en que los subsaharianos carecen de documentaci¨®n; suelen destruirla para evitar ser repatriados. Ni siquiera los aceptan cuando son interceptados a bordo de pateras tripuladas por marroqu¨ªes que admiten haber zarpado desde su pa¨ªs.
El cumplimiento del acuerdo no implicar¨ªa mayores desembolsos para Marruecos, seg¨²n el art¨ªculo 10, que estipula: "Correr¨¢n por cuenta del Estado requirente [Espa?a] los gastos de transporte hasta la entrada en el Estado requerido de las personas cuya readmisi¨®n se solicite [Marruecos], y los gastos de transporte hasta el Estado de destino de las personas para las que se autorice el tr¨¢nsito. El Estado requirente [Espa?a] asumir¨¢ tambi¨¦n los gastos de la persona no admitida".
Del n¨²mero total de inmigrantes irregulares que llegan a Espa?a en patera, s¨®lo el 50% son marroqu¨ªes, seg¨²n fuentes oficiales. Casi todos los dem¨¢s proceden del ?frica subsahariana, sobre todo de Mal¨ª, Sierra Leona y Nigeria. Dado que el a?o pasado fueron interceptados 16.504 en las playas del Estrecho y de Canarias, la cifra de rechazados por las autoridades de Rabat superar¨ªa los 8.000. Fuentes de Extranjer¨ªa consideran que su repatriaci¨®n a trav¨¦s de Marruecos mejorar¨ªa notablemente la gesti¨®n de los flujos migratorios.
El delegado del Gobierno para la Inmigraci¨®n, Ignacio Gonz¨¢lez, reconoci¨® ayer que Marruecos soporta una fuerte presi¨®n migratoria. Miles de personas entran en su territorio a la espera de una oportunidad para saltar hacia Europa. El delegado present¨® el acuerdo entre Madrid y Rabat como el mejor ant¨ªdoto contra esa situaci¨®n: "Si combatimos la emigraci¨®n desde Marruecos hacia Espa?a tambi¨¦n estaremos combatiendo la emigraci¨®n hacia Marruecos, porque los que intentan llegar a Europa comprobar¨¢n que la v¨ªa Marruecos-Espa?a est¨¢ cerrada".
Ayuda al control
Gonz¨¢lez se refiri¨® tambi¨¦n a la posible habilitaci¨®n, a trav¨¦s de la Uni¨®n Europea, de una asignaci¨®n econ¨®mica para ayudar a Marruecos a controlar sus fronteras, y a la firma de un convenio de readmisi¨®n de indocumentados entre la UE y el pa¨ªs magreb¨ª.
En la reuni¨®n bilateral celebrada ayer participaron 16 personas, ocho por Marruecos y otras tantas por Espa?a. Entre ellas hab¨ªa mandos de la Guardia Civil y de la Gendarmer¨ªa Real. Un portavoz del Ministerio del Interior explic¨® que las conversaciones abordaron asuntos de colaboraci¨®n muy concretos: "Fue un encuentro operativo".
El jefe de la delegaci¨®n marroqu¨ª, Mohamed Dryef, quien, seg¨²n Gonz¨¢lez, reconoci¨® los incumplimientos del acuerdo de 1992, declar¨® que la reuni¨®n hab¨ªa resultado "excelente" y que se hab¨ªa desarrollado en "un ambiente de amistad, sinceridad y voluntad pol¨ªtica para resolver los problemas" en com¨²n. Tambi¨¦n asegur¨® que la cooperaci¨®n entre los ministerios del Interior y los servicios de seguridad de ambos pa¨ªses "funciona muy bien".
Fuentes diplom¨¢ticas marroqu¨ªes insistieron en la buena voluntad de sus negociadores para abordar los problemas de la inmigraci¨®n irregular. Sin embargo, medios policiales manifestaron su temor a que las conversaciones sean una reedici¨®n de las de 1992: "Buenas palabras, tres meses de colaboraci¨®n y vuelta a las andadas".
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