Los ¨¢rabes ven como ¨²nica soluci¨®n el exilio de Sadam
Los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo contemplan con impotencia y desuni¨®n los preparativos de la guerra contra Irak
Un gran pa¨ªs ¨¢rabe est¨¢ a punto de ser invadido por un Ej¨¦rcito occidental. Ser¨ªa la primera vez que esto ocurre desde la llamada "Agresi¨®n Tripartita" contra Egipto en 1956. Entonces ingleses, franceses e israel¨ªes invadieron el canal de Suez para derrocar a Nasser, pero tuvieron que retirarse por presi¨®n del presidente de EE UU, Dwight Eisenhower.
Aquel suceso marc¨® el fin de la hegemon¨ªa anglofrancesa en Oriente Pr¨®ximo y el comienzo de la norteamericana. Hoy las cartas son diferentes. EE UU, decidido a ejercer un papel imperial, desea acabar con un Sadam Husein que est¨¢ muy lejos de ser tan carism¨¢tico como Nasser.
Incluso en el mundo ¨¢rabe las cosas son distintas. Derrotado por Israel, desvanecido el sue?o de nacionalismo ¨¢rabe de Nasser, con las econom¨ªas hechas un desastre, pese al man¨¢ petrolero, y unas poblaciones desesperadas que crecientemente contemplan a los islamistas como la soluci¨®n, el mundo ¨¢rabe mira con impotencia y desuni¨®n los preparativos de la guerra.
El domingo, los ministros de Asuntos Exteriores de los 22 pa¨ªses de la Liga ?rabe fueron incapaces en El Cairo de fijar una fecha para una cumbre extraordinaria de sus l¨ªderes. Mubarak segu¨ªa peleando ayer para que se celebre a finales de mes en suelo egipcio. La idea que barajan algunos l¨ªderes ¨¢rabes para evitar la guerra es casi imposible: convencer a Sadam de que renuncie al poder y se exilie.
?sta es la situaci¨®n de algunos de los protagonistas ¨¢rabes del conflicto.
ARABIA SAUD?
A diferencia de 1990 y 1991, Arabia Saud¨ª no se suma militarmente a esta operaci¨®n norteamericana. Su familia real no se siente ahora amenazada por Irak. Al contrario, teme m¨¢s a los medios de Washington que recuerdan sus lazos con el integrismo wahabita al que pertenece el saud¨ª Bin Laden. Por eso, la familia real ultima un plan para terminar con la presencia militar de EE UU en el reino, que data de 1990 y sirve de combustible ideol¨®gico a Bin Laden y de motivo de descontento popular, y efectuar algunas reformas democr¨¢ticas que contenten a Washington. Arabia Saud¨ª no obstaculizar¨¢ el despegue desde su suelo de los aviones norteamericanos.
KUWAIT
El tercio septentrional de Kuwait es hoy un gran campamento norteamericano. Desde ah¨ª se lanzar¨¢ el ataque terrestre a Irak. La familia Al Sabah, que gobierna este emirato, no va a impedirlo. Odia a Sadam y le debe a EE UU su regreso al poder tras la invasi¨®n iraqu¨ª de 1990. Pero la mayor¨ªa de los kuwait¨ªes no son felices con esta guerra. Crece el antiamericanismo, traducido en popularidad de Bin Laden y atentados contra soldados de EE UU. Kuwait es el ¨²nico pa¨ªs ¨¢rabe amenazado de represalias por Sadam, en caso de ataque. Viviendas y oficinas se preparan para protegerse de la ruptura de cristales y la gente, frente a posibles ataques qu¨ªmicos.
EGIPTO
A diferencia de 1990-1991, Mubarak no se ha sumado a la coalici¨®n militar encabezada por EE UU. La guerra contra Irak es muy impopular en el Valle del Nilo, que, aunque no adora a Sadam, vive con angustia los sufrimientos de los palestinos y critica el "doble rasero" de EE UU. El Cairo ha valorado en 8.000 millones de d¨®lares las p¨¦rdidas que le supondr¨¢ la guerra, en concepto de disminuci¨®n en las rentas del canal de Suez, las exportaciones a Irak y los ingresos tur¨ªsticos. Egipto, con una situaci¨®n econ¨®mica muy deteriorada, no ofrecer¨¢ mayores obst¨¢culos al ataque de EE UU. Como recompensa por la paz de Camp David, es el segundo destinatario mundial de ayuda econ¨®mica norteamericana despu¨¦s de Israel.
QATAR
Este min¨²sculo emirato es el cuartel general de la operaci¨®n b¨¦lica de EE UU. Espera que la potencia imperial pague sus servicios convirti¨¦ndolo en su socio privilegiado en el Golfo. Desde Qatar emite la cadena de televisi¨®n por sat¨¦lite Al Yazira, que se ha convertido en el sustituto de Nasser como principal elemento de uni¨®n del mundo ¨¢rabe. Washington la detesta.
JORDANIA
En el reino hachem¨ª se ven muchos carteles oficiales que proclaman: "Jordania primero". El rey Abdul¨¢ ha prometido a Bush neutralidad en esta guerra, aprendiendo del error de su padre, Hussein, que cay¨® en desgracia en EE UU por apoyar a Sadam en 1990-1991. No obstante, Jordania ha permitido el despliegue de misiles Patriot en su territorio. Si al pueblo jordano, con un gran componente palestino, se le pregunta por Irak, responde citando a Israel. "Hipocres¨ªa" y "doble rasero" son las palabras m¨¢s empleadas. La guerra traer¨¢ graves perjuicios a Jordania. Irak es su principal socio comercial y su ¨²nico proveedor de petr¨®leo. El reino teme un aluvi¨®n de refugiados.
PALESTINA
Es el ¨²nico territorio ¨¢rabe donde Sadam, que en 1991 dispar¨® misiles contra Israel y da apoyo econ¨®mico a las familias de los kamikazes, conserva un porcentaje alto de simpatizantes. Pero Arafat no est¨¢ cometiendo el error de 1990, cuando viaj¨® a Bagdad y bes¨® a Sadam. S¨®lo se?ala que la guerra contra Irak dar¨¢ manos libres a Sharon, que sue?a con deportar al veterano l¨ªder palestino. El grupo integrista Ham¨¢s quiere utilizar esta guerra para arrebatarle definitivamente a Arafat el liderazgo palestino. Ahmed Yas¨ªn, l¨ªder de Ham¨¢s, ha pedido a todos los musulmanes que ataquen intereses de EE UU en caso de invasi¨®n de Irak.
SIRIA
Pese a odiar a Sadam, el r¨¦gimen sirio, que tambi¨¦n es baasista, se opone a una guerra contra Irak sin el aval de Naciones Unidas. Un ataque unilateral de EE UU, seg¨²n Faruk al Shara, ministro de Exteriores, "s¨®lo traer¨¢ caos a Oriente Pr¨®ximo y podr¨¢ incrementar la violencia y el terrorismo". Siria pidi¨® en El Cairo que los pa¨ªses de la Liga ?rabe se comprometan a no ceder sus territorios a EE UU para la guerra. Washington mantiene a Siria en la lista de Estados que apoyan al terrorismo. El grupo liban¨¦s Hezbol¨¢ y los palestinos Ham¨¢s y Yihad Isl¨¢mica tienen abiertas oficinas en Damasco.
L?BANO
L¨ªbano considera que "el lanzamiento de forma unilateral de una guerra contra Irak significar¨ªa una violaci¨®n de la legalidad internacional y el colapso del orden mundial vigente desde el fin de la II Guerra Mundial". El presidente sirio Bashar el Asad ha pedido a sus "clientes" libaneses que no hagan nada que pueda justificar un ataque israel¨ª. Pero Hezbol¨¢ se reserva la r¨¦plica a una acci¨®n b¨¦lica israel¨ª en el conflicto de los r¨ªos Hasbani y Wazzani. El agua que all¨ª bombean los libaneses merma el caudal que llega al Jord¨¢n y al mar de Galilea, de donde se provee Israel.
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