El juego de las diputaciones
Entre las m¨²ltiples declaraciones que acostumbra a producir un viaje pol¨ªtico como el del conseller Mas a Quebec, sorprende la ligereza con la que se ha referido a las diputaciones. ?ste es un tema recurrente que a menudo utiliza, como distracci¨®n, tanto el nacionalismo catal¨¢n como el espa?ol. Unos para mostrar su aparente repugnancia pol¨ªtica hacia las provincias como algo ciertamente extra?o a la historia lejana de este pa¨ªs. Los otros para continuar empleando el in¨²til instrumento de la provincia como arma para difuminar la identidad catalana. Pero resulta que en el entorno de la cotidianidad de las diputaciones se juegan muchos intereses de cara a la ciudadan¨ªa.
Hoy es sabido que existen diversos obst¨¢culos legales para conseguir simplemente la desaparici¨®n de las diputaciones. La Constituci¨®n establece las provincias como entidad local y encarga a las diputaciones el gobierno y la administraci¨®n de aqu¨¦llas. A su vez se requiere una ley org¨¢nica para cualquier alteraci¨®n de los actuales l¨ªmites provinciales. No era as¨ª en la etapa de la Generalitat provisional, cuando por decreto se pod¨ªa haber cambiado el panorama. Y as¨ª lo propuso un cargo de Sanidad, Pere Comas, cosa que le cost¨® su fulminante destituci¨®n por el presidente Tarradellas sin que los partidos del Gobierno de unidad rechistasen.
Para normalizar del todo la literatura catalana, acaso nos falta un 'top manta' de libros. No ser¨ªa, ciertamente, el primero
Respecto a la propuesta de Mas de agrupar todas las diputaciones en una, peque?a, es de entrada algo fruto de la aparente ignorancia. Un estudiante universitario de ciencias sociales, y especialmente de ciencias pol¨ªticas, deber¨ªa saber que, siguiendo el enfoque de las preautonom¨ªas y del camino estatutario previsto en la Constituci¨®n, desde los pactos auton¨®micos de 1981, tras su plasmaci¨®n en los estatutos ordinarios y en la Ley de Bases del R¨¦gimen Local de 1985 (por cierto, pactada por el PSOE y CiU), en las comunidades uniprovinciales el Gobierno aut¨®nomo absorbe la diputaci¨®n.
Lo m¨¢s significativo de aquellas declaraciones es que pueden ser interpretadas como el reconocimiento del fracaso de las leyes de ordenaci¨®n territorial de 1987 (las LLOT), impuestas por la mayor¨ªa gobernante en Catalu?a sin ning¨²n tipo de consenso.
En primer lugar, est¨¢ por abordar la reforma municipal que comporte, no la desaparici¨®n, pero s¨ª la agrupaci¨®n de municipios para garantizar que se recibe una calidad similar de servicios en cualquier punto del territorio, se viva en un municipio grande o peque?o.
En segundo lugar, continuamos trabajando a partir de la divisi¨®n comarcal establecida por Pau Vila, hace casi setenta a?os, con ligeras correcciones. Recu¨¦rdese que en aquel entonces uno de los criterios para determinar los l¨ªmites de una comarca era el tiempo que tardaba en llegar al mercado, por supuesto traslad¨¢ndose la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n en carro.
En tercer lugar, est¨¢ por aplicar la transferencia del grueso de los servicios de las diputaciones a la Generalitat, seg¨²n preve¨ªan aquellas leyes. Y recu¨¦rdese tambi¨¦n que CiU gobierna tres de las cuatro diputaciones.
En cuarto lugar, se ha comprobado hasta la saciedad el galimat¨ªas que ha comportado desmontar la antigua Corporaci¨®n Metropolitana sin sustituirla por un concierto que garantice el gobierno metropolitano coordinado de cuestiones tan importantes para la gente como el transporte, el agua, la recogida de residuos, etc¨¦tera.
En quinto lugar, tras tantos decenios de clamar con raz¨®n contra el centralismo madrile?o, llevamos m¨¢s de 20 a?os de neocentralismo barcelon¨¦s con un gobierno de nacionalistas que no impulsa la creaci¨®n de regiones o veguer¨ªas como estaba establecido. Y por ¨²ltimo, est¨¢ por cumplir el mandato de proponer a las Cortes la creaci¨®n de la provincia ¨²nica.
En este contexto estamos trabajando en la ponencia correspondiente en el Parlament. Desde la misma, como desde cualquier esca?o, podemos o¨ªr a muchos diputados alcaldes, de todos los colores, suspirando por lo bajini: "?Menos mal que tenemos las diputaciones!". Ante esta ponencia, los cuatro presidentes actuales de las diputaciones nos propusieron una v¨ªa que parece realista, como m¨ªnimo mientras tengamos una mayor¨ªa en las Cortes que no parece predispuesta a abonar el camino de la provincia ¨²nica.
Se tratar¨ªa de convertir las diputaciones en consejos regionales desdoblando la de Barcelona y la de Tarragona y creando un organismo para el Alto Pirineo, como se prev¨¦ en los ¨¢mbitos de planificaci¨®n territorial.
Tarragona deber¨ªa desdoblarse a partir de la realidad de las comarcas del Ebro. Y en la real zona metropolitana de Barcelona, la antigua regi¨®n primera, deber¨ªa funcionar un concierto entre las diversas administraciones. Todo ello sin perjuicio de plantear como horizonte el impulso de la provincia ¨²nica en el caso de contar con las suficientes mayor¨ªas pol¨ªticas.
De esta manera potenciar¨ªamos la aut¨¦ntica cooperaci¨®n del poder local y dar¨ªamos a¨²n m¨¢s sentido a muchas de las funciones que hoy realizan las diputaciones.
Por todo ello reclamo seriedad a mis colegas y que seamos capaces de abordar estos temas pensando en aproximar las decisiones a la ciudadan¨ªa y en mejorar los servicios que deber¨ªan recibir los ciudadanos.
Rafael Rib¨® es presidente del grupo de ICV en el Parlament.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.