"Miraba la porter¨ªa y me dec¨ªa 'por ah¨ª la voy a meter"
Portillo dedic¨® el calentamiento a convencerse de marcar un gol
Calentando en la banda del Westfalenstadion, en el recinto de la hinchada m¨¢s atronadora de Alemania, con el Madrid obcecado por empatar un partido que parec¨ªa su tumba, Javier Portillo s¨®lo ten¨ªa una imagen en la cabeza mientras miraba la porter¨ªa de Lehman: el gol. S¨®lo pensaba en una cosa y hablaba para sus adentros sin atender demasiado al devenir del juego: "Por ah¨ª la voy a meter; entre esos dos palos la voy a meter; por esa l¨ªnea va a pasar la pelota".
Del Bosque le puso a calentar al final del segundo tiempo. Le hizo saltar al campo, por Pav¨®n, en el minuto 89, y lo que sigui¨® fue una explosi¨®n de talento y determinaci¨®n. En 57 segundos atraves¨® el campo, se desmarc¨® en el coraz¨®n del ¨¢rea y recibi¨® un centro de Zidane desde su izquierda. Toc¨® la pelota una ¨²nica vez. ?Con la derecha! Con la pierna mala, mejorada a fuerza de horas de entrenamiento a conciencia. Y el bal¨®n se adentr¨® directamente para el 1-1 en la porter¨ªa de Lehman.
"Es el m¨¢s efectivo del Madrid", dice su padre, "y gana diez millones
El silencio que cay¨® sobre el Westfalenstadion tras el gol fue directamente proporcional al ruido callejero que se desat¨® en el centro de Aranjuez, su ciudad natal. Al d¨ªa siguiente, en la Avendida de la Infanta, a unos metros del r¨ªo Tajo, tres ancianos se paseaban se?alando el peri¨®dico. Hablaban entre ellos: "Y pensar que yo le vi jugar entre las mesas de la taberna de sus padres, cuando era un enano".
El enano ha cumplido 20 a?os y ha crecido 182 cent¨ªmetros en el seno de una familia de mesoneros -la madre cocina, el padre atiende-. Ayer llevaba unos vaqueros bien ce?idos y un jersey de lana de colores ajustado sobre una camisa que le sobresal¨ªa bajo la cintura con meticuloso desorden.
"Mi sue?o de peque?o era llegar a la primera plantilla del Madrid; ahora tengo otras metas", dec¨ªa en la esquina del bar de sus padres, el Pokhara, sin dar muestras de agotamiento tras una noche en blanco por culpa del viaje. Durmi¨® una hora. Se acost¨® pasadas las siete de la ma?ana, despu¨¦s del desayuno, y, demasiado ansioso, se levant¨® y se pein¨® a la gomina con los pelos de punta, listo para aparecer ante las c¨¢maras de varias cadenas. Antes vio su gol, varias veces, grabado en v¨ªdeo. "Mi gol es importante porque ayuda al equipo", dec¨ªa ayer el delantero; "yo s¨®lo espero seguir teniendo minutos; pero que la gente sepa que esto de salir y marcar no siempre va a pasar".
Portillo vive de su efectividad. El s¨¢bado entr¨® al campo en el minuto 87 y marc¨® en el 90, contra el Valladolid. El martes, contra el Borussia, entr¨® en el 89 y volvi¨® a marcar en el 91. Su padre, Juli¨¢n, ten¨ªa ayer la mosca en la oreja mientras regentaba personalmente el reparto de un plato de jam¨®n. "Es el jugador m¨¢s efectivo del Madrid", dec¨ªa; "y s¨®lo gana diez millones [de pesetas] al a?o".
Con una calculadora para los euros -Portillo tiene un sueldo de unos 70.000 al a?o- y otra para los goles, Juli¨¢n hace cuentas. Su hijo lleva un gol cada 89 minutos y supera de lejos a Ra¨²l (uno cada 181 minutos), Ronaldo (uno cada 172) y Morientes (494 minutos y ning¨²n tanto). Sin embargo, Ra¨²l y Ronaldo ganan m¨¢s de cinco millones y Morientes cerca de tres. "No es normal que gane lo que gana", comentaba Juli¨¢n; "me han llamado del club esta ma?ana; pero ahora nosotros vamos a esperar. Nos pasamos todo el mes de diciembre escuchando ofertas de Inglaterra. Habr¨ªa ganado mil millones [de pesetas]. El Betis nos ofreci¨® 60 millones s¨®lo hasta final de temporada... y dijimos que no".
El bar se llena de humo de cigarrillos y botellines de cerveza. Las paredes est¨¢n cubiertas de fotos de Portillo vestido de corto, con la gomina imperecedera: en una instant¨¢nea con raya al medio, en un p¨®ster con la primera plantilla, en un cartel publicitario de Joma y en un poema enmarcado de su amigo El Chiclanero, que en el primer verso ya sentencia: "Portillo es un futbolista / que es un aut¨¦ntico crack...".
Juli¨¢n ha sufrido dos infartos en los ¨²ltimos a?os. Desde 1994 vive pendiente de los viajes de su hijo a la Ciudad Deportiva, de 100 kil¨®metros diarios, y aunque los resultados han sido espectaculares -408 goles- no comprende por qu¨¦ el sueldo no aumenta.
"Yo de dinero no hablo", opina Portillo frente a un micr¨®fono; "yo tengo el mismo contrato que ten¨ªa cuando jugaba en Segunda B y eso es algo que tiene que valorar el club...".
El director general del Madrid, Jorge Valdano, no quiere apresurarse a renovar el contrato del jugador, de cinco a?os de duraci¨®n. "El gol influye sobre su prestigio y sobre su cotizaci¨®n; pero lo que todav¨ªa no hicimos con Hierro no lo haremos con Portillo", asegura Valdano; "en su momento le haremos justicia. Hay que recordar que el mejor pagado de la plantilla tiene 25 a?os [Ra¨²l]".
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