121 diputados laboristas se rebelan contra Blair
Tony Blair recibi¨® ayer un primer aviso de una parte de sus propios diputados. Aunque la suave resoluci¨®n sobre la crisis de Irak presentada por el Gobierno a la C¨¢mara de los Comunes fue aprobada por 434 votos a favor y 124 en contra, una enmienda apadrinada por los rebeldes fue rechazada, pero recibi¨® 199 votos a favor, 121 de los cuales proced¨ªan de diputados laboristas. Aunque el descontento es considerable, la cifra final fue inferior a la esperada.
Los 121 votos laboristas contra el Gobierno en la enmienda pacifista, que subrayaba que "la causa de la guerra no est¨¢ justificada todav¨ªa", suponen la mayor revuelta parlamentaria del laborismo contra Blair desde que, en mayo de 1999, 67 diputados votaron contra la propuesta del Ejecutivo de recortar las ayudas a las personas discapacitadas. Pese a ello, el liderazgo de Blair no corre peligro inmediato, porque el n¨²mero de d¨ªscolos est¨¢ lejos de los 412 diputados laboristas que conforman la ampl¨ªsima mayor¨ªa absoluta del Gobierno en un Parlamento compuesto por 659 esca?os.
La prueba de fuego
La prueba de fuego para un primer ministro, que hasta ahora parec¨ªa incombustible y destinado a llevar a su partido, por primera vez en la historia, a una tercera victoria consecutiva ser¨¢ la pr¨®xima votaci¨®n en los Comunes destinada a sancionar el despliegue brit¨¢nico en Irak. Blair se comprometi¨® ayer a someter esa decisi¨®n al Parlamento, aunque ni ¨¦l ni el ministro de Exteriores, Jack Straw, garantizaron que la votaci¨®n vaya a ser antes del despliegue alegando que la fecha estar¨¢ condicionada por razones de seguridad militar.
Si el Reino Unido se une a EE UU en un ataque a Bagdad sin que haya una nueva resoluci¨®n en el Consejo de Seguridad, la votaci¨®n que celebren en Westmister ser¨¢ la que mida el verdadero alcance de la revuelta contra Blair.
Ayer, como pr¨®logo a las votaciones, los Comunes vivieron casi siete horas de debate sobre Irak. En su introducci¨®n, el ministro de Exteriores advirti¨® que la crisis est¨¢ llegando a "un momento crucial". En un intento por calmar los ¨¢nimos, Straw subray¨® que "todav¨ªa no se ha tomado la decisi¨®n de desplegar fuerzas brit¨¢nicas", aunque ¨¦stas se encuentran en las inmediaciones prepar¨¢ndose para entrar en acci¨®n.
El Gobierno tuvo el apoyo caluroso de la direcci¨®n del Partido Conservador. Entre los tories hubo pocas pero destacadas disidencias, como la del ex ministro de Finanzas y aspirante al liderazgo conservador Kenneth Clarke. El ex ministro de Defensa conservador Michael Portillo se aline¨® con el Gobierno, al que critic¨® en todo caso por su "inacci¨®n" en a?os pasados.
Peter Kilfoyle, ex viceministro de Defensa laborista, se aline¨® en cambio con los que creen que la necesidad de usar la fuerza a¨²n no se ha probado. Kilfoyle se declar¨® "leal al laborismo" y critic¨® las "inconsistencias" de la pol¨ªtica de Straw sobre Irak.
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