Las encuestas del Gobierno catal¨¢n

Gobernar significa asumir responsabilidades. Gobernar no consiste s¨®lo en viajar o inaugurar obras que acostumbran a pagar otras administraciones. Quien tiene la responsabilidad de gobierno debe asumir tambi¨¦n sus responsabilidades ante el Parlamento y dar cuenta de su gesti¨®n ante la ciudadan¨ªa de Catalu?a. El silencio de Artur Mas en el Parlament y su negativa a dar cuenta del esc¨¢ndalo de los sondeos de opini¨®n responde a la idea equivocada de CiU de que es mejor esconder la cabeza bajo el ala y esperar que escampe el temporal, que afrontar con transparencia una situaci¨®n que pone en entredicho la credibilidad del Gobierno de Catalu?a.

En las ¨²ltimas semanas hemos asistido a un goteo de informaciones y denuncias p¨²blicas sobre la manipulaci¨®n y ocultaci¨®n de encuestas y sondeos de opini¨®n encargados por el Gobierno de la Generalitat a varias empresas, en especial Line-Staff y el instituto Opina. La manipulaci¨®n de estas encuestas por el Ejecutivo catal¨¢n no s¨®lo ha servido para ocultar, por ejemplo, que Pasqual Maragall era m¨¢s valorado en noviembre de 2000 que Jordi Pujol o que Josep Piqu¨¦ era conocido por el doble de catalanes que Mas y que su valoraci¨®n casi alcanzaba a la del candidato de CiU, sino que se ha utilizado tambi¨¦n como instrumento de enfrentamiento dentro de la propia federaci¨®n nacionalista. La Generalitat o, mejor dicho, la parte convergente del Gobierno aut¨®nomo, manipul¨® una encuesta para ocultar que el l¨ªder de Uni¨®, Josep Antoni Duran Lleida, era m¨¢s valorado que Mas justo en el momento en el que Pujol deb¨ªa elegir a su delf¨ªn dentro de la federaci¨®n. Adem¨¢s, el Gobierno catal¨¢n ocult¨® algunas preguntas y respuestas sobre un sondeo para conocer la opini¨®n de los catalanes acerca del conflicto de Les Gavarres, y silenci¨® tambi¨¦n la encuesta sobre el campo de golf de Torrebonica.

Las denuncias por manipular encuestas han llevado al Gobierno catal¨¢n a anunciar que dejar¨¢ de hacer sondeos

En este asunto, la federaci¨®n nacionalista ya no puede esgrimir un mal entendido y falso amor por Catalu?a para justificar su actuaci¨®n. La manipulaci¨®n mezquina de las encuestas la pagamos entre todos. Muy nerviosa debe de estar la c¨²pula de CiU ante la posibilidad de perder el poder para impulsar o tolerar la manipulaci¨®n chapucera de las encuestas.

Todos los grupos parlamentarios han presentado en los ¨²ltimos a?os -sin excesivo ¨¦xito- iniciativas para evitar la manipulaci¨®n, instrumentalizaci¨®n y ocultaci¨®n de las encuestas que se realizan a cargo de los impuestos de los ciudadanos. Para evitar esta pr¨¢ctica, el Parlament decidi¨® crear un Registro P¨²blico de Encuestas y Estudios de Opini¨®n. Como registro p¨²blico, su gesti¨®n corresponde a la Administraci¨®n de la Generalitat y debe existir un acceso directo a los datos que constan en el mismo por parte de las personas interesadas en las encuestas. El Gobierno catal¨¢n a¨²n no ha establecido ning¨²n mecanismo tasado para acceder a las encuestas y estudios de opini¨®n por parte de los ciudadanos. Lo m¨¢s l¨®gico, con independencia del anuncio hecho p¨²blico por el portavoz del Ejecutivo aut¨®nomo sobre la futura creaci¨®n de un CIS catal¨¢n, es que cualquier ciudadano pueda comprar las tablas y toda la informaci¨®n relativa a la encuesta realizada, desde la ficha t¨¦cnica hasta la base de datos utilizada. As¨ª ocurre con las encuestas del CIS que, dicho sea de paso, son las m¨¢s serias del pa¨ªs seg¨²n el propio presidente de la Generalitat. S¨®lo as¨ª tendremos garant¨ªas de que el Gobierno catal¨¢n no utiliza la encuesta en beneficio propio y no es manipulada por ning¨²n subordinado con ganas de hacer m¨¦ritos.

En cambio, en lugar de asumir una cierta responsabilidad, ya sea por acci¨®n o por omisi¨®n, y de situarse a la cabeza de la manifestaci¨®n contra los cocineros del Palau, el Gobierno de la Generalitat ha decidido responder a las denuncias de manipulaci¨®n de sondeos con el anuncio, hecho p¨²blico por el secretario general de la Presidencia, de que dejar¨¢ de hacer sondeos y encuestas. Finalmente, el Gobierno aut¨®nomo ha optado por aceptar que alg¨²n funcionario sin identificar manipula las encuestas y ha tomado la trascendental decisi¨®n de dejar de hacer sondeos. Una medida excepcional que s¨®lo se aplica en pa¨ªses donde no existe una democracia consolidada y a los gobiernos no les interesa en absoluto conocer la opini¨®n de sus ciudadanos. Al fin y al cabo, puestos a inventar los resultados, ?para qu¨¦ encargar encuestas?

Por desgracia, el Ejecutivo ha optado por perseguir e investigar a las personas que han destapado la farsa de las encuestas, en lugar de poner de patitas en la calle a quienes hayan ordenado y participado en la mascarada.

Daniel Sirera es portavoz adjunto del PPC en el Parlament.