El M¨¢laga contin¨²a su gran aventura
El equipo de Peir¨® muestra de nuevo su cara europea y derrota brillantemente al AEK en Atenas
La aventura contin¨²a. Justamente dos a?os despu¨¦s de que el Bar?a, en la Liga de Campeones, fuese el ¨²ltimo equipo en derrotarle en su campo en una competici¨®n internacional, el AEK volvi¨® ayer a morder el polvo de la derrota. El culpable de su tropiezo fatal fue el M¨¢laga, un novato en estas lides pero que, por momentos, pareci¨® estar mucho m¨¢s curtido que su experimentado rival. En ello, seguro, debi¨® de influir lo suyo Joaqu¨ªn Peir¨®. Quien como jugador ganase en los a?os 60 dos t¨ªtulos europeos y uno intercontinental con el Inter y el Atl¨¦tico, se ha sentido rejuvenecer y ha contagiado su entusiasmo a sus pupilos. Entrenador siempre de conjuntos de segunda fila, no hab¨ªa tenido la oportunidad de volver a Europa y, ahora que lo ha hecho, le ha cogido el gusto y quiere seguir en ella.
AEK 0 - M?LAGA 1
AEK Atenas: Hiotis; Kostenoglu (Konstantinidis, m.80), Wright, Kasaspis, Borbokis, Zagorakis, Maladenis; Lakis, Tsartas (Petkov, m. 65), Georgatos (Ivic, m. 46); y Nikolaidids.
M¨¢laga: Contreras; Josemi, Fernando Sanz, Roteta (Bravo, m. 32), Valcarce; Gerardo Romero; Manu, Sandro (Miguel ?ngel, m. 82), Musampa; y Dely Vald¨¦s (Canabal, m. 74)
Gol: 0-1. M. 28. Musampa intercepta el bal¨®n y profundiza con rapidez para combinar con Dely Vald¨¦s y finalmente, tras un rechace de Hiotis, con Manu, quien remata a placer.
?rbitro: Robert Styles (Reino Unido). Amonest¨® a Fernando Sanz y Miguel ?ngel.
Partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de la UEFA. Clasificado el M¨¢laga (resultado global: 1-0), que se medir¨¢ en los cuartos al Boavista. Unos 20.000 espectadores.
Ni el AEK ni sus aficionados armados de p¨®lvora. Peir¨® hab¨ªa retado a sus jugadores que a no se dejasen amedrentar y demostraran que tienen personalidad. A revivir su esp¨ªritu de Elland Road, tan triste para el Leeds. Y le fueron fieles. En principio, no descomponi¨¦ndose ante los ramalazos de su adversario, m¨¢s aparentes que reales. Despu¨¦s, estir¨¢ndose poco a poco. Con orden, con sentido, provocando el titubeo del ex sevillista Tsartas y sus compa?eros, que quiz¨¢ no se esperasen un M¨¢laga tan consistente, tan decidido. Pero es que el cuadro espa?ol, tras las tablas sin goles en el turno de La Rosaleda, era consciente de que no le conven¨ªa especular a la defensiva, al contragolpe. Precisaba pisar con firmeza el terreno contrario y buscar ese tanto, con valor doble llegado el caso del empate, que le pusiera en el camino de la haza?a. Y lo encontr¨® al filo de la media hora.
Peir¨® hizo un planteamiento de apoyo constante entre sus cuatro l¨ªneas, suficientemente unidas para desbaratar los intentos del AEK, siempre muy pendiente Romero de Tsartas, y suficientemente flexibles para dar de s¨ª hacia delante a la menor ocasi¨®n que se presentara. Manu, Sandro y Musampa eran los responsables de esta segunda funci¨®n como escoltas de Dely Vald¨¦s, el bregador de la punta. Y fue a Musampa a quien le correspondi¨® interceptar un proyecto de avance del AEK todav¨ªa en su parcela. Un detalle inequ¨ªvoco de que estaba atento, presionando. Cort¨® el bal¨®n con el pecho y, con el horizonte despejado, se lanz¨® con decisi¨®n hacia el ¨¢rea. Su primera tentativa de conexi¨®n con Dely Vald¨¦s no surti¨® el efecto apetecido. Pero, tras un rechace de Hiotis, s¨ª la segunda con Manu, que casi, casi, no tuvo m¨¢s que empujar la pelota hasta la red. El AEK y los suyos se quedaron mudos de repente. No se lo cre¨ªan, pero ya estaban cuesta arriba.
Ante el segundo acto se abr¨ªa la inc¨®gnita de los recursos del AEK. Pronto se vio que no eran demasiados. Su t¨¦cnico, el bosnio Dusan Bajevic, prescindi¨® de entrada de Georgatos para doblar a Nikolaidis con Ivic y dotar a su ofensiva de m¨¢s mordiente. Pero si el fino Nikolaidis nunca hab¨ªa podido con Fernando Sanz menos pudo Ivic con Bravo, que hab¨ªa sustituido poco despu¨¦s del gol de Manu a un Roteta tocado. El equipo griego apenas amag¨®, c¨®mo no, en un golpe franco sacado por Tsartas y en varias escaramuzas en las que el ruido super¨® a las nueces. A medida que fueron pasando los minutos, los nervios y las l¨®gicas imprecisiones del oponente dieron un valor a?adido al M¨¢laga, que cape¨® con oficio el temporal y a¨²n tuvo aliento para irse al frente de vez en cuando aunque s¨®lo fuera para ganar metros y respirar mejor. En dos de ¨¦sas, Dely Vald¨¦s y Musampa estuvieron en un tris de dar la puntilla al AEK, pero Hiotis se lo impidi¨®. En el fondo, daba igual. La suerte estaba echada. Este M¨¢laga europeo se hace respetar.
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